Debemos ser
libres, no para hacer lo que nos plazca, sino libres para comprender muy
profundamente nuestros propios instintos e impulsos. La libertad no es para
hacer lo que nos antoja, sino que consiste más bien en estar libres de todo el
tormento de la vida, de nuestros problemas, ansiedades, miedos, heridas
psicológicas y de todo el conflicto que hemos tolerado en nosotros mismos y en
el mundo. Estar por completo libres internamente del “Yo” sin ser absorbidos
por algo – ya sea un paisaje, una idea, etc…, es la esencia de la belleza”
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