29 de junio de 2017

La taza y la muerte

By PHILEAS 

“La grieta de la taza de té abre un camino hasta la tierra de los muertos” (W. H. Auden)
Una idea muy poderosa la que sugiere Auden porque, al pasar, no está diciendo que un objeto tan sencillo y cotidiano como una simple taza de té nos  puede enseñar la impermanencia. 
Estamos inmersos en un bosque de símbolos y aunque nuestros ojos somnolientos se nieguen a admitirlo, vivimos en un mundo mágico y simbólico donde hasta la cosa más humilde puede convertirse en un despertador de la conciencia.
Por lo tanto, incluso una pequeña rajadura en la cerámica puede transformarse en un portal de acceso al plano del Alma, a ese espacio que brinda sentido a todas nuestras experiencias y donde el símbolo cobra vida, conectando dos realidades que parecen ser antagónicas.

Sí. Ante los ojos profanos la grieta en la taza es simplemente una imperfección que amerita que la taza sea arrojada al cubo de basura. Nada más. No obstante, mirada con atención, la taza dañada es una mensajera, un objeto mágico que transmite a quienes quieran oírla un magistral consejo de vida: todo pasa, nada permanece.

Tempus Fugit, Carpe Diem. (1)

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