Haz
que tu vida sea
El
mejor reflejo de mi nombre.
Adéntrate
en mi reino
en
cada paso que des,
en
cada decisión que tomes,
en
cada caricia y cada gesto.
Constrúyelo
tú por mí, y conmigo.
Esa
es mi voluntad
en
la tierra y en el cielo.
Toma
el pan cada día
consciente
de que es un privilegio
y
un milagro.
Perdono
tus errores,
tus
caídas, tus abandonos,
pero
haz tú lo mismo
con
la fragilidad de tus hermanos.
Lucha
por seguir
el
camino correcto en la vida
que
yo estaré a tu lado,
y
no tengas miedo
que
el mal no ha de tener en tu vida
la
última palabra. Amén.
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