El primer paso hacia la sanación es reconocer aquello que aún no te has perdonado a ti mismo y lo que no perdonas en otros. Hazlo tangible, llévalo a lo físico. Recuerda que la Voluntad se activa con el pulso de la vida, con la energía que fluye a través de ti. Purifica tu cuerpo y mente, y establece una intención: "Voluntad, Amor, Sabiduría, Perdón, Libertad, Consciencia". Desde esa intención, comienza a moverte con propósito, entregándote plenamente a cada paso, sabiendo que al dar lo mejor de ti, atraerás lo mejor de los demás.
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