El tiempo de la luna
llena propicia un alineamiento superior, si estamos suficientemente preparados.
El alineamiento del sol, la luna y la tierra en el cielo ayuda a experimentar
la magia de la luz del alma y su manifestación hasta el plano físico. La nota
clave para el discípulo en este plenilunio es:
“Construyo una casa iluminada y
moro en ella”.
En Cáncer el discípulo
construye su casa iluminada: una personalidad integrada, la que está reflejada en
un aura magnética y radiante, llevando la luz-espiritualidad a la vida
cotidiana; así nacerá la Humanidad como una Unidad integrada. Especialmente en
Cáncer, los estudiantes espirituales deben meditar acerca de lo superior y
pensar acerca de sus Maestros y Guías. Los Maestros mismos trabajan como
principios reflectores y transmisores de energías superiores y la Luna Llena de
Cáncer se celebra como la Luna Llena del Maestro del Mundo (Gurú Poornima:
Festividad en honor al principio del maestro).
El tierno toque del
Instructor despierta las virtudes del estudiante. El Instructor inspira al
estudiante, y la inspiración conduce hacia la práctica de las virtudes. A
medida que uno sigue el Sendero de las Virtudes, se van gradualmente eliminando
las impurezas de los tres cuerpos. Tal pureza afirma al hombre a recorrer el
Sendero de la Luz.
“Ciertamente tres cosas son realmente difíciles de
obtener en esta vida y solo se consiguen por la gracia de Dios. Obtener un
nacimiento humano, sentir anhelo por alcanzar la liberación y el cuidado y
protección de un sabio” -Viveka Chudamani.
Los maestros moldean
las vidas que influencian. Las lecciones aprendidas de los maestros permanecen
con sus estudiantes a lo largo de sus vidas. Los maestros que derriban barreras
y llegan hasta el alma de los estudiantes, no son responsables por no recibir
el reconocimiento o gratitud que se han ganado. Muchos maestros están exhaustos
por sus sobrecargas y responsabilidades. Tienen sus propias familias,
preocupaciones por la vida y las finanzas que los desafían más que a
cualquiera. Deberíamos respetar siempre a nuestros maestros. Los maestros
necesitan el ánimo y apoyo de la comunidad para sentir que su devoción por los
estudiantes es apreciada.
Sócrates fue ejemplo
de un buen maestro. Él se consideraba a sí mismo tanto un aprendiz como un
maestro. Para Sócrates el amor y la amistad eran los contextos apropiados para
la búsqueda de la sabiduría y la bondad. Sócrates se veía a sí mismo sólo como
un catalizador. El sentía que no eran sus enseñanzas, sino el poder de lo
Divino el que habilitaba a la persona con quien hablaba a mejorarse a sí mismo.
“La inteligencia sin gratitud no tiene ningún valor; todo hombre debe ser
agradecido con aquellos que lo han ayudado”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario