Hay hombres poderosos, que están a la escucha, que
comprenden, que reflexionan, hombres cuya presencia te tranquiliza, te
sorprende, te encanta; hombres tranquilos y hombres dulces.
Hombres que no te miran para llenar su vacío interior. Buscan entender, ayudar, ser un apoyo. Aceptan ser vulnerables, sonríen, bendicen, han aceptado su feminidad. Que Integrada y expresada, se convierte en un motor fantástico de agudeza intelectual, intuición, los hace sensibles, se conmueven y lloran y sus lágrimas curan, perdonan. Son las lágrimas de un Sol.