By PHILEAS
Olvidémonos
por un momento de todas las cosas que solemos asociar con la navidad: el
arbolito, los regalos, Papá Noel… pero también ignoremos todo aquello vinculado
al nacimiento del niño Jesús: el pesebre, los villancicos, y hasta la misma
natividad.
Si despojamos
a estas fiestas de todas aquellas cosas que se han ido sumando a lo largo de
los siglos, ¿qué nos queda?
En rigor de verdad, la navidad es la denominación cristiana del “solsticio de invierno” (de verano en el hemisferio austral), un hito cósmico que tiene al Sol como protagonista, el cual renace en medio de las tinieblas invernales para llenar el planeta de Luz, Vida y Calor.