Centro Holística Hayden

Escuela de Autoconocimiento personal y espiritual

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2 de enero de 2024

2024 Año del Dragón

Según la cosmovisión China el 2024 es el año del Dragón, una fuerza inconmensurable que refiere a la vida rítmica, trayendo virtud y ahuyentando demonios. Habitante de las aguas y los cielos encarna lo mejor de cada animal que lo compone, lo que amplifica su poder y fortaleza ya que es la suma de un colectivo.

Ojalá nos inspire su fuerza milenaria para transformar los destinos de necesidad que quieren trazarnos.

Comparto aquí una pequeña leyenda.

Felicidades compas hermos@s!! 

El vacío central

“Siempre está vacío y no puede ser llenado, es el vacío anterior al mundo. El Tao, es el vacío anterior a los dioses” 

Treinta radios se unen en el centro; pero solo el agujero nos permite usar la rueda.

Modelamos el barro en forma de vasija; y es solo su vacío el que permite usar la copa

Levantamos paredes en toda la tierra, pero son sus aberturas las que permiten habitar la casa.

Así pues, de la existencia provienen las cosas

Pero su valor, de lo que no existe 

El Dragón y el Fénix

Cuando todavía las aguas no estaban controladas y los ríos en su desborde arrasaban los campos, la diosa, madre de lo vivo después de toda calamidad, procreó benéficos descendientes que terminaron ordenando el caos diluvial.

Trabajando en el control de los ríos, de los lagos, del mar y de las nubes, los brillantes dragones navegaron por las aguas y por el cielo.

Con zarpas de tigre y garras de águila, rasgaban con estruendo las cortinas de lo alto que chispearon ante el descomunal embate y dejaron en libertad a las lluvias.

Ellos dieron cauce a los ríos, contención a los lagos y profundidad a los mares. Hicieron cavernas de las que brotó el agua y por conductos subterráneos la llevaron muy lejos para que surgiera de pronto, sin que el asalto abrasador del sol la detenga.

Trazaron las líneas que se ven en las montañas para que la energía de la tierra fluya, equilibrando la salud de ese cuerpo gigantesco. Y muy frecuentemente tuvieron que luchar con las obstrucciones que provocaban dioses y humanos ocupados en irresponsables afanes.

De sus fauces brotó la niebla vivificante y húmeda, creadora de mundos irreales. Con sus escamosos cuerpos serpentinos cortaron las tempestades y dividieron los tifones. Con sus poderosos cuernos; con sus afilados dientes, ningún obstáculo fue suficiente, ningún enredo pudo permanecer. Gustaban de aparecerse a los mortales. A veces en los sueños, a veces en las grutas, a veces en el borde de los lagos, porque ahí solían tener sus escondidas moradas de cristal con frondosos jardines de frutos destellantes y piedras preciosas

El dragón celeste, Long inmortal, siempre puso su actividad al servicio del Tao y el Tao lo reconoció permitiéndole estar en todas las cosas, desde lo más grande a lo más pequeño, desde el gran universo hasta la partícula insignificante. Todo ha vivido gracias al Long. Nada ha permanecido inmutable salvo el Tao innombrable, porque aún el Tao nombrable muda y se transforma gracias a la actividad del Long. Y ni aún los que creen en el Cielo y el Infierno pueden asegurar su permanencia. Pero el Long ama al ave Fénix, el Feng que concentra el germen de las cosas, que contrae aquello que el Long estira. Y cuando el Long y el Feng se equilibran el Tao resplandece como una perla bañada en la luz más pura. No lucha el Long con el Feng porque se aman, se buscan haciendo resplandecer la perla. Por ello, el sabio arregla su vida conforme al equilibrio entre el Dragón y el Fénix que son las imágenes de los sagrados principios del Yang y el Yin. El sabio se emplaza en el lugar vacío buscando el equilibrio.

El sabio comprende que la no-acción genera la acción y que la acción genera la no-acción.

Que el corazón de los vivientes y las aguas del mar, que el día y la noche, que el invierno y el verano, se suceden en el ritmo que para ellos marca el Tao.

Al fin de esta edad, cuando el universo haya llegado a su gran estiramiento, volverá a contraerse como piedra que cae.

Todo, hasta el tiempo, se invertirá volviendo al principio.

El Dragón y el Fénix se reencontrarán.

El Yang y el Yin se compenetrarán, y será tan grande su atracción que absorberán todo en el germen vacío del Tao.

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