Pamela canaliza a María Magdalena
2012
Queridos
amigos:
Queridos
amigos, soy vuestra hermana, María Magdalena. Estoy a vuestro lado como una
hermana muy cercana. No estoy elevada sobre ustedes sino que soy alguien a
quien conocen desde adentro. Sientan por un momento nuestra conexión profunda –
somos uno, parte de la misma familia.
Yo también
he recorrido el camino de ser un ser humano en la Tierra, he conocido y he
explorado esas profundidades, y he sido tocada por una Luz vívida y brillante
que me inspiró y se apoderó de mí y me recordó y me hizo soñar y desear un
mundo mejor y más bello en la Tierra. He conocido los dos extremos, tanto la
Luz como la oscuridad. Esos extremos son polos que van de la mano; podrían
decir que uno es motor del otro. La vida parece tener que ver con los opuestos:
Luz y oscuridad. Los sentimientos que evocan parecen ser
opuestos, aún así hay
una conexión oculta entre ellos; ellos no pueden funcionar uno sin el otro. La
experiencia de la Luz sólo es posible por haber experimentado la ausencia de
Luz, y por contraste con su opuesto, la oscuridad.
Nunca la
Luz es más visible que cuando surge de la oscuridad. Sólo piensen en los
primeros rayos del sol al despertar el día, la cálida luz de la mañana que baña
el mundo. Cuán profundamente puede tocarlos, especialmente cuando ustedes
emergen de la noche oscura y fría. El contraste crea las dinámicas – vida,
movimiento, crecimiento, cambio – de modo que la oscuridad tiene una función en
vuestras vidas. Sin embargo, los seres humanos a menudo experimentan la
oscuridad como antítesis de la Luz; no como una fuerza para el cambio y el
crecimiento, sino como una trampa o pozo en el cual quedan atrapados y ya no se
pueden mover. Desde ese profundo pozo parece como si hubieran
perdido contacto con la Luz, como si hubiera sido separada de ustedes.
Todos
ustedes conocen ese estado mental de ser separados de la Luz, de ser privados
de un sentido de significado y propósito en su vida. De hecho eso es estar
muerto. La única forma posible de morir no es la muerte física, sino cesar
cualquier movimiento en su corazón, en sus sentimientos, en su mente. En
realidad, la muerte no existe; vuestra alma es eterna y vive. Lo único que es
mortal en ustedes es sólo la forma; vuestra esencia es eterna y no puede morir.
Sin embargo, ustedes temporalmente pueden perder de vista su esencia a tal
grado que interiormente se vuelven rígidos y dejan de moverse. Están muertos
por dentro y se sienten extremadamente deprimidos. Éste es un estado
inmensamente doloroso.
Viajen
conmigo por un momento. Desciendan conmigo dentro de ese estado deprimido e
investíguenlo con una mente abierta. ¿Qué sucede si alguien pierde toda
esperanza, se retrae y se siente impotente contra todos los sentimientos que
brotan desde adentro? Usualmente esta reacción es disparada por eventos
externos que son disruptivos; sucesos que una persona es incapaz de ubicar en
su marco de referencia, y que hace que todo en la vida de esa persona se vuelva
incierto. Pueden ser grandes cosas, tales como la muerte de alguien cercano,
enfermarse, perder el trabajo o romper una relación. Estos son sucesos que
afectan profundamente a las personas y pueden llevarlos al borde del abismo.
Sin
embargo, la oscuridad a veces también puede revelarse desde adentro sin una
clara causa externa. Viejas cargas emocionales que ustedes alguna vez
almacenaron en vuestra memoria del alma salen a la superficie. Experiencias
dolorosas, posiblemente derivadas de vidas anteriores, brotan de sus
profundidades y ustedes tienen que tratar con sentimientos oscuros, con miedos
y dudas. Profundas experiencias de carencia, de soledad y de ser derrotado
pueden entrar en su psiquis sin una razón. Ellos pueden hacerles perder su
apoyo tanto como cualquier evento externo que les ocurra.
Cuando
alguien queda atrapado en una depresión, en la oscura noche del alma, siempre
sucede con la experiencia de ser absorbido y de ser incapaz de arreglárselas
con todas las emociones. El flujo de emociones dolorosas, pesadas, se
experimenta como demasiado grande para soportarlo. Ustedes son abrumados por
ellas, o así parece, y se cierran desde una profunda sensación de impotencia.
En el momento en que lo rechazan y se niegan a enfrentar las emociones, ustedes
se estancan. Esas emociones quieren fluir; es esencial para las emociones que
continúen moviéndose hacia adelante, como el surgimiento de una gran ola en la
playa. Pero ustedes tienen miedo de permitir eso, entonces se niegan a
acompañar ese movimiento y se retiran de ese torrente de emociones. Construyen
un dique, una barrera y dicen: “yo no puedo lidiar con esto. No quiero esto.
Quiero terminar con esto”. Vuestra reacción, a menudo por pura impotencia, crea
una depresión, la cual es un estado de entumecimiento y de estar cerrado a la
vida. Con el tiempo esta situación se vuelve insoportable y ya no quieren
vivir.
Desde una
perspectiva terrenal, ustedes quieren morir porque la vida es intolerable.
Visto desde la perspectiva del alma, ustedesestán muertos, y es una
experiencia tan insoportable que quieren hacer todo lo posible para darle un
fin a esta situación. El deseo de morir es esencialmente un deseo de cambiar,
un deseo de volver a vivir. Las personas que quieren cometer un suicidio tienen
un profundo deseo de vivir, no de morir. Es precisamente este sentimiento de
estar muerto por dentro lo que los conduce a una extrema desesperación. Es su
deseo de vivir lo que los lleva a terminar con su vida física.
Cuando
ustedes experimentan una depresión, hay una combinación de profunda resistencia
y al mismo tiempo de extrema vulnerabilidad. La depresión es un modo de defenderse
contra el enorme poder de las emociones que amenazan con engullirlos. Piensan
que los destruirán, entonces en vuestra impotencia construyen un escudo
alrededor de ustedes; se envuelven en un capullo de no querer o no ser capaces
de sentir nada. Ya no quieren estar más aquí, tal como el proverbial avestruz
con su cabeza en la arena. Se están sofocando en la arena y aún así eso parece
la única forma posible de salir. Y luego de un tiempo ya no son más capaces de
sacar su cabeza de la arena, la depresión. Han llegado a cerrarse tanto a la
vida y a cualquier sentimiento que ya no son capaces de cambiar las cosas y de
lograr un cambio; la opción de decir “sí” a vuestras emociones parece estar más
allá de vuestro poder. La depresión ahora ha alcanzado un clímax.
Por un
lado ustedes no pueden aceptar sus emociones de miedo, de desesperación, de
tristeza y de soledad, o compartirlas con otros, mientras que por otro lado
saben y sienten que es agonizantemente doloroso vivir sin emociones;
eso es una forma de muerte, una total negación de vuestro centro viviente.
Luego de un tiempo ustedes quieren volver a sentir. El dolor de nosentir
es mayor que el dolor de sentir vuestras emociones. Ésa es vuestra
salvación, y éste es el punto de inflexión. La negación a sentir, y el decir
“No, no puedo, no quiero esto, quiero estar muerto, quiero desaparecer”, los
vuelve tan huecos y vacíos por dentro que ya no pueden sostenerlo más. Lo que
sucede desde la perspectiva del alma es que la vida se vuelve más fuerte ahora;
no puede ser retenida indefinidamente. Cuando la fuerza de vida ha sido
fuertemente retenida por mucho tiempo, crea una fuerza opuesta que finalmente
entra en erupción. La fuerza del maremoto que quiere rodar a la playa no puede
ser retenida por siempre. En cierto momento, desde vuestro interior, emerge un
“sí”, incluso si ustedes no lo saben conscientemente. Nada es estático en la
vida; el impulso por vivir es imparable. Cuando se ha alcanzado un clímax,
ustedes crean eventos en vuestra vida que proveen cambio; que crean un punto de
inflexión.
A veces
esto sucede en la forma de un intento de suicidio. Si falla, puede haber una
espiral ascendente porque el sufrimiento de esa persona se vuelve muy visible
para el mundo exterior. Cuando alguien descubre cuánto otra persona se preocupa
por él o ella, puede surgir una apertura a más Luz y al recibimiento de
comprensión y simpatía. Sin embargo, también puede suceder que alguien no se
abra y permanezca deprimido. No hay recetas fijas sobre cómo ocurre un punto de
inflexión. Sin embargo, la vida tiene una fuerza de empuje y de conducción que
hace que sea imposible persistir por siempre en un estado estático de
conciencia.
Incluso
cuando la vida terrenal termina por realmente tomar la propia vida, ustedes del
otro lado inmediatamente tienen que enfrentar nuevas elecciones, porque aún
tendrán que experimentar ahí vuestros sentimientos. La tristeza que estaba ahí
mientras estaban vivos, con sus sentimientos de dolor y ansiedad, ahora es
capaz de presentarse incluso más agudamente, y de un modo menos velado. A veces
el reino astral, donde terminan luego de la muerte, los enfrenta directamente
con las emociones que reprimieron y a través de esto comienzan a fluir otra
vez. Por ejemplo, alguien puede sentirse desesperado y horrorizado cuando ha
fallecido y descubre que la vida realmente no ha terminado; o ven las emociones
de sus familiares en la Tierra, su dolor y tristeza, y son muy afectados por
esto. Al ser tan tocados, un nuevo flujo puede ser puesto en movimiento en el
alma de quien ha muerto. Puede llevar a un punto de inflexión, haciendo que el
alma se abra a recibir ayuda de guías quienes siempre están ahí, tanto en la
Tierra como en el cielo. La ayuda siempre está ahí, provista por
vuestra apertura a ella.
No importa
de qué modo ustedes giren o viren, la vida es más poderosa que cualquier deseo
de morir. La vida siempre reasume su derecho a ser, ustedes no pueden matarla. Por
lo tanto, siempre hay esperanza. Aférrense a eso por ustedes mismos, pero
también por otros a quienes ven sufrir. Las cosas pueden parecer tan
desesperanzadas a veces, pero siempre hay otra mirada, aunque ustedes no puedan
imaginar en vuestras mentes cómo eso pueda ser y cómo el cambio va a tener
lugar. La vida siempre es más fuerte que la muerte, la Luz es más fuerte que la
oscuridad. Finalmente el agua rompe el dique, porque el agua tiene el poder de
mover; empuja, ¡está viva! El poder del agua es mayor que la fuerza
de resistencia que quiere retenerla.
Sientan
por un momento la fuerza conductora de vida en ustedes mismos. Cada uno de
ustedes a veces se encuentra con partes que están atrapadas, patrones que se
repiten indefinidamente: dudas acerca de ustedes mismos, sentimientos de
inferioridad, incertidumbre, desconfianza, ira, resistencia. Ahora imaginen que
esas partes sólo están ahí y que la vida continúa fluyendo, y aunque permanecen
rocas en el arroyo que parecen tan fijas e inamovibles, aún son desgastadas por
el movimiento y el empuje del agua que corre a través de ellas. Lleva tiempo,
pero no olviden quiénes son: ¡ustedes son el agua viva! Cuanto más se
recuerden esto, más podrán reclamar la energía de esas piedras y rocas que
yacen en el arroyo. Hay dolor del pasado que sigue estando ahí. Ustedes no
tienen que minimizarlo, o hacerlo irrelevante, pero tampoco tienen que cargar
con las piedras del río. Es suficiente con recordar que ¡ustedes son el
agua!
Esto puede
ser difícil por momentos porque, en parte, han llegado a identificarse con esas
rocas que bloquean vuestra energía: “yo soy alguien que no está correctamente
arraigado; me resulta difícil sentir que la Tierra es mi hogar; acarreo
tristeza y traumas del pasado”. Y todo eso es verdad, pero imaginen por un
momento esas ideas como rocas o piedras en un río amplio y grande – una enorme
vía fluvial. Porque eso es lo que son; ésa es su verdadera fuerza vital. Es
vuestra alma que fluye y fluye, siempre a lo largo de esta vía: viva, burbujeando,
embistiendo y rugiendo, explorando y descubriendo. Ese flujo no emite juicios
acerca de esas rocas que encuentra, las engulle. ¡Ustedes elijen!
Por
supuesto, ocasionalmente ustedes quedan atrapados en vuestra conciencia en
tales bloqueos cuando comienzan a identificarse con eso por mucho tiempo. Pero
pueden desprenderse de ese bloqueo tan sólo experimentándose como el agua que
fluye. Recuerden que son un alma-conciencia viviente, siempre moviéndose y
fluyendo y que no está atada a esas rocas –son libres. Cuanto más retiren
vuestra conciencia de esos bloqueos, las rocas que yacen ahí, más fácil ellas
se entregan al flujo. Se desprenden más rápidamente porque ustedes se sueltan
de ellas y se identifican con el agua en movimiento. El agua es vuestra
alma, y no puede ser retenida. Siéntanla fluyendo y moviéndose y
resplandeciendo. Imaginen que se derrama sobre ustedes lavándolos y sientan la
fuerza burbujeante, la Luz que centellea en ella. Sientan cómo vuestra alma, en
su parte más profunda, no es amenazada por la oscuridad que experimentan; por
esas rocas que parecen ser tan sólidas e inflexibles. Vuestra alma no se
preocupa para nada por lo que está ahí, porque sabe que las rocas pertenecen a
ese lugar; son parte del paisaje de la vida. Traten, cuando están atascados
dentro de tales rocas, de escuchar el agua que corre por ellas. Recuerden el
agua y la facilidad con la que fluye.
No tienen
que hacer todo ustedes mismos. La vida los provee con infinitas oportunidades y
posibilidades. A veces podría llevarlos dentro de oscuros y profundos valles,
pero también los impulsa hacia arriba otra vez hacia Luz. Incluso cuando tienen
la sensación de no poder luchar más, y no pueden ver cómo las cosas alguna vez
puedan salir bien, la vida aún los impulsa. El arte de vivir es
preservar vuestra confianza, incluso cuando no parece quedar nada en qué
confiar y cuando todo lo que para ustedes era cierto ha desaparecido de su
vida.
En este
momento en la Tierra, muchas personas están involucradas en el procesamiento de
la oscuridad del pasado; partes del alma están viniendo a la Luz ahora mismo y
quieren ser vistas. ¿Y por qué esto es así? Porque ustedes están dando un salto hacia
adelante. Es realmente un salto en la evolución de la conciencia de la
humanidad. Este salto no puede hacerse sin alcanzar los lugares oscuros en
vuestra conciencia, aquellos que están llenos de miedo, de desconfianza, o de
una tristeza muy profunda por todo lo que han experimentado en la Tierra. No le
teman a esa oscuridad – ¡acéptenla! Cuando ustedes le dicen “sí” a la
oscuridad, comienza a soltarse y a fluir, y ése es el arte de vivir esta vida.
Y cuando ustedes sienten: “yo realmente no puedo decirle sí a esto”, recuerden
que hay algo en ustedes queaún dice “sí”. Eso es lo que los salvará y los
llevará hacia adelante – confíen en la vida.
Los amo a
todos, los amo mucho. Tal vez piensen: “¿Cómo puede ser? Tú no puedes
conocernos a todos personalmente”. Pero ustedes como seres humanos no conocen o
se dan cuenta realmente de cuán extensa es la red de almas. Cuando se han
conectado con alguien desde el alma, ésa es una conexión permanente. La unión
que una vez se forjó no se separará con el tiempo, porque en nuestra dimensión no
hay tiempo. Hay una red viva conectándonos como almas. Nosotros
compartimos una cierta historia, un cierto deseo, una llama que alguna vez fue
encendida en nuestra conciencia. Con esta llama la Tierra gradualmente se
ilumina. La conciencia despierta en todas las personas nos une y crea un nuevo
cimiento, desde el cual ese salto en la conciencia realmente va a tener lugar.
No necesitan reflexionar sobre esto. Permanezcan en vuestro propio proceso,
vuestro propio camino – eso es suficiente. Sientan la poderosa confianza en la
vida, no sólo en ustedes, sino en muchos otros, con la cual una ola de
conciencia está inundando la Tierra.
© Pamela
Kribbe 2012
Sitio en
español:
Traducido
del inglés por Sandra Gusella
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