¿Has revisado tu balance últimamente?
No, no tu balance bancario. Me
refiero a TU balance, es decir, ¿te sientes sólido y estable? ¿Eres
como el árbol, que se mueve con los vientos de las exigencias diarias de la
vida, o te sientes menos arraigado y más propenso a tambalearte?
El balance o el equilibrio es algo que solemos tomar por sentado. Y cuando estamos agobiados por las cosas, puede parecer hasta esquivo (especialmente algunos días;
¡créeme, lo sé!). Pero en realidad, dependemos del equilibrio en casi todos los ámbitos de nuestra vida. La naturaleza tiene sus propios sistemas de equilibrio. Sin ellos, las plantas no crecerían, las nubes no se formarían y ecosistemas enteros se colapsarían. La economía, también, se basa en controles y equilibrios, y todos sabemos lo que ocurre cuando las cosas se desestabilizan. Incluso nuestro cuerpo, cuando goza de una salud óptima, se mantiene innatamente en equilibrio mediante lo que se llama homeostasis. Considera el caso de tu temperatura corporal. Para mantener ese punto ideal de 36,5 grados, innumerables sistemas están en constante alerta para ayudarnos a ajustarnos al calor, al frío, al esfuerzo, a la enfermedad, a las fluctuaciones hormonales, etc. Es todo un milagro, ¿no crees?¿Por qué, entonces, nos cuesta
tanto equilibrar el resto de nuestra vida? ¿Y cómo podemos aprovechar ese
regulador vital interno para mantener nuestros pensamientos, acciones e
intenciones en armonía?
En primer lugar, podemos
revisar nuestra alineación. Si un neumático del auto está montado con un giro
ligeramente diferente, todo el vehículo se tambalea. Y si intentas conducir,
puedes acabar saliéndote de la ruta por completo. Del mismo modo, cualquier
objetivo que nos propongamos requiere una alineación entre nuestras intenciones
y nuestras acciones para poder alcanzarlo. En su libro Taming
Chaos (Domar el caos), Rav Berg explica que cualquier cosa que
deseemos crear solo puede llegar a manifestarse cuando se mantiene el
equilibrio. Tal vez esperes ser una estrella en tu carrera. ¿Has pensado por
qué lo deseas? ¿Es por el reconocimiento, el dinero o el poder? ¿O tu
objetivo está alineado con un deseo más profundo, uno que te llene o que haga
avanzar tu crecimiento espiritual? Nunca subestimes el poder de la intención
para ayudar a equilibrar y dirigir tus acciones.
La asesora profesional y
autora Marsha Prospere sugiere dividir los objetivos más grandes en lo que ella
llama “miniobjetivos”. Por ejemplo, si Héctor quiere correr un maratón y
empieza corriendo 16 kilómetros la primera vez, puede acabar con lesiones que
lo desvíen por completo de su objetivo final. Por otro lado, si crea
miniobjetivos con carreras cada vez más largas, junto con un entrenamiento de
fuerza/estiramiento y objetivos nutricionales, probablemente logrará el
equilibrio en su camino hacia el éxito. Prospere también señala que “tus
objetivos deben equilibrarse —en lugar de socavarse— unos a otros”. Por lo
tanto, si esperas dormir más y también aumentar tu rutina de entrenamiento
matutino, puede que tengas que establecer miniobjetivos para cada uno que se
adapten, en lugar de entrar en conflicto. Quizá la estrategia sea acostarse más
temprano o agregar una clase de ejercicios a la hora del almuerzo y dormir un
poco más en la mañana.
Ahora es tu turno:
¿Cuáles son tus objetivos
actuales? Escribe uno o dos, y luego divídelos en mini objetivos más pequeños.
Piensa en los PORQUÉS que
hay detrás de tu deseo de alcanzar cada uno de ellos, ¡y asegúrate de que cada
paso se alinee con tu sentido de propósito superior Y ADEMÁS que ayude a
fomentar el equilibrio y la armonía en el panorama completo de tu vida!
Y, cuando sientas que estás
cayendo en algo demasiado hondo, ten presente que siempre puedes recuperarte.
Cada inhalación se equilibra con una exhalación. ¿Hay algunos lugares en tu
vida donde se necesite más equilibrio ahora? Por ejemplo, ¿estás dando demasiado
a los que te rodean sin dedicarte tiempo a ti mismo? ¿Te concentras más en las
ganancias materiales (que solo aportan felicidad a corto plazo) y no lo
suficiente en tu crecimiento espiritual o interior?
En mi caso, sé que tiendo a
sentirme tambaleante cuando hago demasiadas cosas sin detenerme a recargarme.
Con el lanzamiento esta semana de mi libro, El don de ser diferente (coescrito
con mi hija Abigail), ¡me doy cuenta de que tendré que seguir mi propio consejo
y bajar el ritmo después de toda esta maravilla y emoción! Dicho esto, me he
sentido profundamente feliz y energizada por la oportunidad de ayudar a dar una
voz a los niños con diferencias de aprendizaje. Eso es porque cuando
estamos viviendo nuestro propósito, estamos cargados con más energía del
Universo, o del Creador. Y cuanto más nuestro deseo incluya el deseo de
compartir nuestra Luz con los demás, ¡más fuerte será ese impulso!
Nuestro estado natural es
mantener la balanza lo más equilibrada posible, tanto en nuestro interior como
con el mundo. Podemos recuperar nuestro equilibrio y llevar esta energía de
Libra al siguiente mes y más allá.
Tal y como escribió el Rav:
“Sin la simetría del equilibrio, no puede haber belleza”. Es el equilibrio lo
que nos mantiene vivos, y es el equilibrio lo que nos ayudará a prosperar.
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