Centro Holística Hayden

Escuela de Autoconocimiento personal y espiritual

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A través de estas herramientas te encuentras con tu verdadero Ser...aqui estamos....esperando darte la mano.........

14 de septiembre de 2009

Cultivando tu jardín


Mes de Libra 2009

Este mes continuamos con las enseñanzas del Maestro Saint Germain las cuales traduzco y resumo para ustedes.

Sentir la necesidad de ayudar a otros es parte de la evolución y una característica de todos los que se acercan al Sendero de Iniciación. El Alma se hace sentir y surge el deseo de ayudar. Es tan grande que se puede definir como una necesidad.

Una de las primeras maneras en que el estudiante aprende a servir es dando consejo y es aquí en donde, si no se tiene el suficiente cuidado, se cometen los más grandes errores.

Antes de estar calificado para dar consejo hay que aprender ciertas cosas y una de ellas es “no juzgues, si no quieres ser juzgado”. No decidas cuál acción es la correcta o la incorrecta en relación a otra persona. No critiques ni condenes – aún silenciosamente – sus acciones y, por lo tanto, la única medida de lo que es correcto o incorrecto es sólo para ti mismo.

No puedes considerar, ni por un minuto, que algo que está haciendo alguien, o ha hecho, está equivocado. Debes comprender que lo que el otro está haciendo es bueno para él, porque su acción está de acuerdo a su comprensión. Te darás cuenta que lo que ese ser humano está haciendo le enseñará las lecciones necesarias que le darán un entendimiento rico y completo.

Cuando comprendas estas cosas, trata de entender lo que el otro no entiende. Cuando no juzgas, podrás ver lo que será su próxima lección y así lo podrás ayudar.

Otra cosa que el estudiante debe comprender antes de que pueda dar el correcto consejo es que no debe imponer su voluntad al otro. No debe forzar a su hermano a aceptar lo que no está listo para aceptar. Cuando un hermano se niega a aceptar consejo significa que no está listo para dejar de lado la experiencia. Debe continuar con ella hasta que él mismo encuentre la salida.

El estudiante de la verdad, entonces aprende a aguantar la lengua hasta que se le pida que hable. Aún cuando el pedido se haga, el estudiante debe ser muy cuidadoso de no imponer su voluntad. Desde una profunda impersonalidad explica claramente, pero sin presión, en donde está el problema. La naturaleza de su consejo está en señalar la salida, en traer la causa de la dificultad de la otra persona a la vista, y mostrar la forma en que la dificultad puede ser superada. En otras palabras, le presenta muy claramente las diferentes opciones y se le deja libre para escoger por donde quiere ir.

Mientras está haciendo esto, está derramando su Amor hacia el hermano, dándose cuenta internamente del poder sanador del Amor.

Una vez que el hermano ha visto las opciones ante él, y hecho su decisión, el estudiante debe aceptar la decisión. No dice ni piensa: “Estás cometiendo un error”. Sabe que el otro está haciendo lo que debe hacer para poder crecer, y aunque sus palabras no hayan sido completamente entendidas para aclarar la situación del otro, ha sembrado una semilla que con el tiempo crecerá y dará sus frutos.

Hablemos un poco de plantar semillas, porque esto es lo que se hace cuando uno da un consejo. Para estar seguro que tus semillas crezcan, debes reconocer la estación adecuada. Conocer, también, si un campo es fértil y ayudar a producir las condicionas que son apropiadas para el crecimiento. Así es como lo hace un jardinero y una vez que las semillas se sembraron trabaja con la naturaleza dándoles agua y algunas veces, alimento para cultivarlas.

El estudiante de la Verdad debe aprender esto si va a ser de verdadera ayuda a los demás. Primero reconocer la estación de siembra, esto es, responder a las indicaciones del otro que sugieren la necesidad de ayuda y lo hace preparando el terreno para plantar las semillas.

Preparar el terreno es emanar amor y el entendimiento silencioso que ya hemos mencionado.

Cuando el otro pide ayuda, el estudiante planta la semilla: la presentación y la comprensión de las diferentes opciones.

Después que planta la semilla, sigue ayudando por medio de su continua proyección de amor y entendimiento silencioso, además de arrancar las malas hierbas que crecen junto a la semilla. Las más comunes son el miedo, los celos, el resentimiento, el orgullo, la codicia, la crítica, el prejuicio y la intolerancia.

Los estudiantes de ocultismo saben que cuando la luz del alma aflora hace crecer tanto las semillas de la Verdad como aquello que está latente en él y es indeseable. De seguro habrás visto a alguien que ha dado un paso adelante en el Sendero, que ha entrado en un más amplio entendimiento, despertarse en él la crítica a todos los que no piensan como él. Algunas veces se desarrolla el orgullo y piensa de sus logros como algo que lo pone por sobre los demás.

El primer paso para eliminar estas “hierbas” es darse cuenta que están ahí y que crecerán y deben ser extraídas. Nadie está exento de este proceso aunque muchos no lo reconocen. Por lo tanto, si piensas que esto no es aplicable a ti, mejor mira de nuevo, porque una mala hierba está escapando a tu visión.

El segundo paso es aprender a no desmayar cuando lo descubras. Es una buena señal para lograr que tu campo sea fértil y tu jardín florezca.

El tercer paso es descubrir y eliminar la hierba en el tiempo correcto. Debe ser lo suficientemente grande para que la veas, quiere decir que se está haciendo obvia en tus actitudes o actividades. No la dejes crecer mucho pero tampoco trates de sacarla antes de tiempo porque puedes arrancar lo que no es y eliminar así una buena raíz que ya has plantado. Asegúrate que sea obvio antes de que trates de eliminarla.

El último paso es arrancarla. Aplica presión desde arriba para que salga completa. Tus herramientas son el Amor Divino y la Voluntad Divina. Primero date cuenta que eres el jardinero y que puedes hacer lo que quieras con tu jardín. Puedes convertirlo en un campo de malas hierbas o un magnífico jardín de comida espiritual para los espiritualmente hambrientos.

Entonces traes tu voluntad, para que se relacione con la hierba. Tu voluntad es tu intención y es, en realidad, el plan de tu jardín. Lo ves como lo quieres ver, en tu mente, y luego sigues trabajando con el Amor Divino.

El Amor Divino es una herramienta estupenda y puede ser usada de muchas maneras. Una de sus características es la atracción magnética. La aplicación constante del Amor Divino impulsado por la Voluntad Divina o intención, gradualmente sacará la hierba de lo profundo de tu jardín a la luz del día donde se puede ver, con todo y raíz. Entonces conocerás la causa, y la hierba habrá sido un instrumento en el crecimiento de tu entendimiento.

Que tu aplicación de la Voluntad Divina y el Amor Divino sea tan suave que no rompa la hierba y tan firme que asegure su eliminación.

Primero debes aprender a hacer este proceso en ti para luego ayudar a otros. Puedes empezar sacando tus propias malas hierbas y convirtiéndote en un centro radiante de Amor y de luz.

Esta enseñanza tiene muchos puntos de reflexión.

Que te sirvan tanto como me han servido a mí, con el amor del Alma,

Carmen Santiago

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