Es una gran trampa del Lado Negativo para no sólo hacernos caer, sino también impedir que nos levantemos.
Todos somos reactivos a veces; incluso hay momentos en los que somos extremadamente egoístas. Depende de nosotros si nos quedamos revolcándonos en la negatividad y torturándonos, o elegimos cambiar.
Cuando hacemos algo mal, nuestras cabezas pueden llenarse rápidamente de preguntas como: ¿Por qué ha ocurrido esto? ¿Cómo puedo haber hecho algo así?
Pueden parecer preguntas inteligentes, pero la clave para nuestra transformación y nuestra plenitud espiritual es preguntar: ¿Cuándo empezaré a trabajar para mejorar las cosas?
La respuesta puede –y debe– ser siempre: "¡Ahora mismo!", por muy hondo que hayamos podido caer hace cinco minutos. Adoptar el compromiso de intentarlo de nuevo e intentarlo con más fuerza que antes es lo que nos reconecta con la Luz. No debemos olvidar o ignorar el daño que nuestras acciones negativas han causado, pero la perseverancia no es algo que deba posponerse.
Lo que realmente cuenta no son nuestros éxitos, sino lo que hacemos con nuestros fracasos.
Ningún hombre ha ganado una maratón o un campeonato del mundo sin haberse caído o sin haber perdido algunos partidos. Nunca te rindas.
Te dire un secreto: el momento más oscuro es siempre antes del amanecer. Cuando estás colgando de un hilo con todo en contra tuyo y sientes que no puedes aguantarlo un minuto más, ahora no es el momento de rendirte porque es el momento en que la Luz está a punto de ser revelada.
No podemos permitirnos olvidar que con certeza y con la Luz no hay nada que no podamos hacer. Nada.
Todo lo mejor, Yehuda
Secuencia de los 72 Nombres
Recuerdo cualquier acto negativo de mi pasado. Reflexiono sobre algunos de mis rasgos más desagradables. Siento el dolor de las personas a las que he lastimado. Pido a la Luz que erradique todos mis rasgos negativos. La fuerza denominada arrepentimiento repara espiritualmente mis pecados del pasado y disminuye el lado oscuro de mi naturaleza.
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