Estamos por participar del gran acontecimiento
cósmico, la gran Iniciación Solar a ocurrir entre los días del 12 al 23 de
diciembre próximo. A todos mis amigos, a los que leen estas cartas por email,
los que las leen en www.nuevopensamiento.com o
en la página del Nuevo Pensamiento en Facebook, mis mejores deseos desde lo
profundo del corazón para que toda esa afluencia de luz despierte en sus
conciencias realidades internas que pulsan por expresarse, con la capacidad de
darle a la vida nuevos significados y mostrar nuevas posibilidades que hasta
hoy parecían imposibles.
Entramos en un nuevo tiempo que requiere de
nosotros el esfuerzo de estar más conscientes de todo lo que pasa tanto en
nuestro mundo externo como en nuestro mundo interno. La calidad de vida
depende de estar o no conscientes, porque la vida siempre nos pide una
elección, y esa elección marca el rumbo de nuestro destino.
El verdadero trabajo de formación espiritual
consiste en dominar y orientar todo lo que sucede en nuestro interior. Vigilar
el pensamiento es la tarea principal, la más importante porque muchas veces
podemos ser arrastrados por pensamientos que despiertan en nosotros sensaciones
y sentimientos que son contrarios a lo que realmente queremos.
Todo lo que ves se graba en tu memoria, en donde se
archivan millones y millones de imágenes. Si no estás atento, estas imágenes
pueden aparecer de súbito y desaparecer tan rápido que tu mente consciente no
se dé cuenta. Actúan así de forma subliminal aunque salen de tu propio archivo.
Por ejemplo, si estás en un momento de rabia, puede aparecer en tu pantalla
mental una imagen de violencia que has visto en la televisión, pero como estás
en un momento en la que el pensamiento parece un caballo desbocado, ella
desaparece de tu conciencia externa de inmediato para ser sustituida por otra.
Sin embargo su súbita aparición puede muy bien inducirte a una reacción aún más
violenta que la que podría ameritar tu estado de fastidio, de rabia... y dices
lo que nunca debiste decir o agredes de una forma que no sueles hacer.
Me da susto pensar en el arsenal de violencia que
tenemos registrado en nuestra memoria. Tantos crímenes, tanto horror, tanta
sangre, monstruos de todo tipo, calamidades...
En una ocasión, meditando, me llegó una imagen
mental que procedía de una película que había visto hace unos días. Al darme
cuenta se esfumó, porque el hecho de estar consciente de lo que pasa dentro de
uno, nos salva, nos libera. Simplemente me dije, esto no es mío y me anclé en
mi Presencia, el alma que ilumina, la luz que guía. Era una imagen muy fea y
grotesca. Fue entonces que me di cuenta del proceso. No, no era que estaba
pensando en eso, surgió de mi registro sin que mi yo consciente la buscara.
Entonces me pregunté, ¿qué la hizo aparecer? Busqué adentro, muy adentro sin
encontrar nada que lo justificara, no encontré el porqué del recuerdo tan
inapropiado. Entonces recordé que no existe nada aislado en el universo, que
vivimos inmersos en una trama, que somos hilos del tejido de la vida, que no
estamos separados unos de otros y, por lo tanto, recibimos del entorno muchas
influencias, energías que viajan por el espacio mental y emocional humano e
influyen en nosotros. Que las atraemos o rechazamos de acuerdo al estado en el
que nos encontremos y al grado de conciencia que podamos portar. Cuando las
energías son negativas pueden extraer de nuestro registro de memorias lo más
feo y - si no nos damos cuenta que fueron grabadas por lo que vimos o vivimos -
podemos creer que somos esas grabaciones que están registradas en nuestra
mente. Y no; somos el alma, la conciencia, esas imágenes son el contenido de
nuestra mente, contenido que se puede borrar, es la memoria que muchas veces
nos hace repetir los mismos errores porque al estar tan identificados con ella,
creemos que somos eso. Y así negamos nuestra divina esencia, y lo más sagrado
que tenemos, la divina voluntad, el poder de elegir libres y conscientes,
la dirección de nuestra vida.
Buscamos la causa de tantas y tantas guerra, de
tanta violencia... ¡Qué triste encontrar que está en el archivo de nuestra
propia memoria! ¿Te has preguntado cuántos crímenes ha visto un niño de 12
años? No lo sé calcular, pero ¿serán decenas... cientos... miles?
La pregunta que surge como consecuencia de estas
reflexiones es: ¿Qué podemos hacer con tamaño registro de imágenes negativas
que al presentarse bajan la vibración y nos alejan del alma?
Primero - ¡No
acumular más! Enfocarnos en las cosas bellas, buenas y verdaderas que tiene la
vida. Has consciencia de que lo que ingresa en ti, en algún momento, puede
saltar a tu memoria cuando menos te lo imaginas. Busca grabar cosas
bellas, enriquecedoras... ¿Has pensado ir al mar, a la montaña, simplemente
para llenarte de belleza? ¿O levantarte temprano para ver el amanecer, o mirar
los colores del atardecer, una flor, o los ojos de aquel a quien amas?
Segundo – Borrar lo que
está grabado. Medita en el azul, visualiza e imagina que la mente, los sentidos
y los tejidos corporales se llenan de azul. Así limpias tu mente.
El Maestro Kumar nos ha pedido que encendamos luces
(velas) y cantemos el Gayatri. Que estemos enfocados en el mundo interno
especialmente del 12 al 23 de Diciembre, tiempo en el que se dará el fenómeno
cósmico de iniciación solar y la alineación de nuestro sol con el centro de la
Galaxia. Es una gran oportunidad para expandir la conciencia, si acompañamos el
proceso conscientemente. Es una oportunidad para impregnar de luz nuestra mente
y borrar todo record y memoria, núcleo y raíz, diseño de todo aquello que no
responde a la verdadera naturaleza del alma humana.
Toda esta energía, toda esta luz que ya se está
desplegando puede ocasionar algunas molestias y por la red se ha estado
hablando muchísimo de ello. Mi consejo es que te enfoques en todo lo bueno que
trae la luz. Ella ilumina, revela, te hace más consciente y te acerca a Dios.
Que este maravilloso tiempo que nos ha tocado vivir
aporte a tu vida esa nueva luz que revelará el camino, ése que vas a recorrer
de aquí en adelante. Deja atrás todo el pasado, libérate de la carga del
recuerdo, reconócete como lo que eres, un inmortal vestido de carne. Recupérate
a ti mismo, recupera tu fuerza, tu belleza y tu poder infinito de amar como
Dios ama.
Nuestro Padre Sol se alinea con su Padre y su
Abuelo. Que este alineamiento de los tres soles, el sol físico, el sol central
y el sol cósmico ocurra también en tu interior iluminando todos los aspectos de
tu ser para que logres la plenitud. Imagina que unes el centro coronario
(cabeza), con el centro ajna (entre las cejas) y el centro cardiaco (corazón)
teniendo en cuenta que el corazón representa al sol físico, el ajna, al sol
central y el coronario al sol cósmico. Une tus tres soles y ábrete plenamente
para que toda esa afluencia de luz recorra todo tu ser.
A todos mis amigos, mis
mejores deseos ahora y siempre. Con profundo amor,
Carmen Santiago
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