Bien amados, pronto estaréis celebrando
lo que se ha acordado que fue mi nacimiento, como Jeshua ben Joseph, aunque
realmente yo nací en lo que llamaríais el final del verano. Arbitrariamente, se
ha establecido que lo hice en el momento de mayor oscuridad del hemisferio
Norte, para llevar allí la luz. De cualquier modo, no es mi nacimiento personal
lo que importa, sino el nacimiento del Niño Cristo en ti, que está despertando
y que cada vez es más evidente para ti y para los demás.
Así que dentro de unas
pocas semanas de vuestro tiempo, celebraréis el día del nacimiento del
verdadero Cristo. Cuando lo hagas, reconoce para ti mismo, que es el nacimiento
de tu propio Cristo el que estás celebrando. Ofrece los regalos que son un
símbolo de tu amor, a tus seres queridos, pero ten presente que el mayor regalo
de todos es el amor y la amistad que compartes con ellos. Los bienes tangibles
funcionan como un símbolo de tu amor, pero son cosas que van y vienen, a veces
tienes más regalos tangibles en tus armarios de lo que estos pueden contener,
hasta el punto en que ya no caben más, por lo que decides dárselos a otros, o a
alguna organización para que los redistribuya.
Este año, en estos días
previos a la celebración del nacimiento de Cristo – lo que realmente sucede
cada día –, permítete sentir cada vez más la santidad que habita en ti, la
bondad, la alegría, la inocencia, y la Luz de tu interior. Cada mañana al
despertar, di para ti mismo “doy la bienvenida al Cristo que soy, doy la bienvenida
al Cristo que camina por este mundo pero no es de este mundo. Estoy en el mundo
como el Cristo, y estoy creando cambios que producen un gran impacto”.
Cada vez que decides
reconocer el poder del Cristo en ti, cambias la frecuencia vibratoria de la consciencia
colectiva y permites que ésta ascienda, y realmente en algún momento la
consciencia colectiva va a despertar y va a ascender. Puede suceder que los
cuerpos también sientan esta ascensión y se eleven físicamente, aunque este no
es el objetivo más importante. La ascensión física puede ocurrir cuando se
llega al lugar del “¡Ajá!”, cuando tienes el insight que hace que todo se
disuelva en la luz y ya no necesites ni quieras el cuerpo denso y te sientas
tan ligero que asciendes, pero como he señalado, este no es el principal
objetivo.
El objetivo es despertar
al lugar donde vas a tener un momento de claridad en el cual vas a saber con
certeza “yo Soy lo que Soy”, lo que he sido siempre. Yo Soy el Cristo y celebro
el Cristo en mí, y como no existe separación, celebro también el Cristo de
todos con los que me encuentro.
Cada persona con la que
te encuentras, ha sido invitada por ti a tu consciencia, comparte la misma
energía y la misma sustancia de la que tú estás hecho. Todos son el Cristo, ya
sea que tu lo sepas o no. Y cada día que pase, vas a ir reconociendo cada vez
más al Cristo que camina e interactúa contigo, hasta el punto en que le vas a
sonreír y darle la bienvenida.
Durante estos días
previos a la Navidad, permítete reconocer cada mañana “doy la bienvenida al
Cristo dentro de mí, realmente estoy muy contento, más contento que nunca en mi
vida.” Algunas Navidades, han estado para ti llenas de estrés y te has hecho un
montón de preguntas, incluso del tipo de qué regalos hacer, si dará tiempo a
comprarlos todos, etc.
Otras veces, el estrés
ha sido más profundo todavía y te has hecho preguntas como “¿por qué estoy
aquí? ¿Por qué estoy de nuevo celebrando algo que no entiendo?” Tú te has hecho
estas preguntas a medida que iban pasando los años. “¿Qué estoy realmente
celebrando en Navidades?” Durante algunas Navidades te has sentido muy
decepcionado, porque no se producía lo que tú sentías que tendría que suceder.
Tal vez la familia y los
parientes estaban ahí, y había alguno que miraba mal a algún miembro de la
familia, se producían resentimientos, realmente no eran felices, y tú te
preguntabas “¿por qué tiene que suceder esto justo el día del nacimiento de
Cristo? La familia podría ser feliz por lo menos por un día…”
Bastante a menudo, ya
que se supone que es un día especial, algunos parientes sacan a relucir lo que
menos se parece al amor y al Cristo. ¿Y por qué hacen eso? Lo hacen con el fin
de saber de que todavía los puedes amar aunque actúen de forma totalmente
contraria a lo que se supone que una celebración navideña debería ser.
Ellos están preguntando
a veces de una manera muy escandalosa: “¿si estropeo este día podrás seguir
amándome?” y tu les respondes “aún así, te amo. Te amo hoy y te amaré también
mañana. Te amaré siempre, porque sé Quién eres.” Realmente no dices estas
palabras en voz alta pero te muestras amoroso y bromeas con ellos, y llevas tu
luz y tu risa a estas celebraciones.
Hemos hablado ya varias
veces, sobre los cambios que se están produciendo y los que vienen. Como todo
lo que no es de la luz se está mostrando abiertamente para que la luz brille
sobre ello.
Estás en un lugar donde
puedes sentir estos cambios, habrá algunos que entiendas y otros ante los que
tendrás que tomar una respiración profunda y elegir distanciarte un poco
diciéndote a ti mismo: “bueno, sé que esto sirve para el plan de Dios, porque
todo lo que está ocurriendo nos lleva hacia la Unidad.”
Algunas veces vas a
tener que tomar más de una respiración profunda, así que te recomiendo, que te
rodees tanto como te sea posible, de personas de mente afín que apoyen al
Cristo que está naciendo.
Ahora bien, sé que
también caminarás entre hermanos y hermanas que no usen tu mismo lenguaje y que
no compartan tus mismos puntos de vista. Los amarás y estarás con ellos, pero
tan a menudo como te sea posible busca a aquellos de mente afín y que apoyan los
mismos cambios que tú deseas.
Eres muy fuerte, así que
no te vas a sentir herido si estás con otros que tienen puntos de vista
diferentes, pero vas a querer ir cada vez más con gente con la que puedas
mostrarte sin ninguna armadura, porque ya las habéis usado durante muchas
vidas,… y ahora simplemente quieres estar con amigos que te aman, te entienden
y saben lo que realmente está sucediendo – no lo que aparenta estar sucediendo
–.
Así que tan a menudo
como te sea posible, rodéate de amigos de mente afín. No tienes que rechazar a
los otros, pero ve siempre que puedas con amigos que te apoyen y a los que tú
apoyes, ya que los cambios van a ser muy grandes. Siempre van a ser cambios
para el mayor bien de todos aunque a veces nos pueda parecer que no es así.
En esos casos, si estás
rodeado de amigos, y puedes afirmar “esto también está sucediendo para que
nazca el Cristo en todos nosotros”, entonces todo lo que esté ocurriendo va a
adquirir un aspecto distinto, a veces literalmente.
No hay nada que temer,
escúchalo bien, porque una vez que aceptes esta idea en tu interior, el miedo
perderá su poder para siempre. El miedo ha sido tu compañero durante muchas
vidas, y has aprendido cómo armarte porque pensabas que había algo ahí fuera
que era más fuerte que tú.
En primer lugar, no hay
nada “ahí fuera”. Todo está dentro de tu consciencia, además de eso, no hay
nada que tú estés creando que te pueda dañar, ya que tú eres el creador, y si
tú lo eres – y yo te lo garantizo – igual que lo creas, lo puedes deshacer.
El miedo no es Real. Es
verdad con “v” minúscula, pero no es Verdad con una “V” mayúscula. El miedo es
algo que creaste para sentir la aventura, para sentir la descarga de
adrenalina. No hay nada fuera de ti y no hay nada contra lo que tengas que defenderte.
Uno de los grandes
cambios que se aproximan es el de dejar ir el miedo y el juicio. El miedo ya no
tiene poder sobre ti. Sólo tiene poder cuando tú se lo das y piensas que podría
ser cierto, pero no es Real. El juicio proviene de la creencia en la
separación, y hunde sus raíces en el miedo.
La única Verdad de tu
ser es que eres energía, la energía a la que yo llamo Amor, yo he igualado la
energía al amor porque cuando tú estás en el amor te sientes expansivo, y
cuando sientes amor por alguien, te olvidas del pequeño yo y estás únicamente
interesado en el otro. Por un momento, más o menos largo, te das cuenta de que
te has olvidado de ti mismo y de la armadura que pensabas que era necesaria; y
te sientes a ti mismo como uno con la persona que tienes ante ti, y en ese
momento conoces solamente el Amor.
El Amor es expansivo, el
Amor es energía y tú eres energía. Tú has sido siempre energía, y siempre has
tenido el poder de elegir cómo usar esa energía, qué forma darle; y luego, al
haber creado con tu propia energía, te has encontrado a ti mismo enamorado de
tus creaciones hasta tal punto que sentiste que tenías que defender esas
creaciones. Creíste que algo ahí fuera podía llegar y derribar tu “castillo de
arena” o cualquier cosa que hubieras creado y, así empezaste a identificarte
con tus creaciones y a olvidar que tú eras el que las habías creado en primer
lugar.
A esto se le ha llamado
la “pérdida de la gracia”, el olvido del “yo soy el Ser divino quien creó esto
en primer lugar”, esto ha sido también la caída dentro de la densidad, y ahora
estás ascendiendo fuera de ella, porque ya has tenido suficiente. Te he
escuchado decirlo “ya he tenido suficiente… ya me he cansado del miedo. Ya he
estado suficiente tiempo con problemas y sintiéndome vulnerable.” Tú no eres
vulnerable. El Niño Sagrado nunca necesita defenderse, no es vulnerable, el
Niño sagrado es energía.
Es lo mismo que ocurre
con los circuitos eléctricos que encienden la luz. Qué creativos sois a la hora
de traer simbolismos a la realidad. Especialmente durante esta época del año.
Adornáis con luces todos los lugares para recordaros – si os detenéis un
momento para pensarlo – que sois vosotros los que estáis creando esas luces.
Habéis puesto los símbolos de la luz a vuestro alrededor para recordaros que
sois la Luz.
Tú eres el Niño Cristo
que nace en un mundo que todavía cree en la oscuridad, en la posibilidad de que
exista la oscuridad, pero estás ascendiendo fuera de ese lugar ahora, porque ya
has completado ese holograma.
Este año, cuando llegue
el día de Navidad, no vas a estar en el mismo lugar en el que estabas hace uno,
dos o diez años. Ahora estás despertando al Cristo interior, que es el lugar
donde conoces tu propio poder, no como el mundo define lo que es el poder, no como
se hace en la dualidad donde un día puedes tener poder y al otro perderlo.
El verdadero poder
reside en tomar consciencia del Cristo dentro de ti, el cual nunca perdiste.
Has experimentado muchas aventuras, pero nunca te has perdido, y además nunca
has pecado. Has hecho elecciones y has vivido con sus resultados, después has
vuelto para tomar otras elecciones, pero en Verdad, nunca has pecado. Tú sólo
has jugado.
Simplemente te estoy
dando algunas ideas para que entiendas que no hay nada que temer. Como dijo una
persona sabia: “no hay nada que temer excepto al miedo mismo”, y una vez que
llegues a darte cuenta de que no hay nada que temer – y realmente no lo hay –,
entonces sentirás que eres libre. No tienes por qué preocuparte de que el
cuerpo “no te vaya a funcionar como te gustaría”, o temer que tus amigos,
compañeros de trabajo o tu jefe te vayan a decepcionar, tampoco tus líderes ni
el gobierno tienen ese poder, y tampoco tienes que preocuparte del 1% como lo
haces ahora, déjalos ir, déjalos que se entretengan jugando sus propios juegos.
Porque por tu sistema de creencias y tu consciencia sabes que estás bien y que
siempre vas a estar bien.
No necesitas un puesto
de trabajo, no necesitas a alguien que te dirija y te diga cómo puedes ganar
dinero, si no tuvieras ese empleo, estarías sirviendo en otro lugar, porque de
eso se trata la vida: de amar, servir, y recordar. Así que si no estuvieras
donde estás, estarías en otro lugar sirviendo y amando, y habría un intercambio
de energía porque es lo que tiene que haber, nunca hay un “vacío”, siempre hay
un intercambio de energía.
Amado mío, especialmente
durante estas vacaciones, durante este tiempo sagrado, permítete vivir en la
alegría, es el regalo que yo te hago, te lo doy libremente, y tú puedes
aceptarlo libremente porque te es dado sin ataduras. Tú eres la Vida, siempre
lo has sido, siempre lo serás en una forma o en otra, siempre has estado
sirviendo a la Luz, porque tú eres la Luz, y tú reconoces lo que tú eres.
Tú reconoces a aquellos
que están empezando a despertar a la Luz que son y te unes para celebrar la Luz
con ellos. Por eso te digo que salgas y busques a personas de mente afín y
estés con ellos tanto como te sea posible, porque esto expandirá y hará crecer
tu sentimiento y el conocimiento de la Luz y la divinidad que hay en ti.
Así que en la medida en
que te sea posible, busca a aquellas personas que están listas para disfrutar
de la vida, conocer la inocencia, a las que están dispuestas a jugar, reír,
cantar y celebrar verdaderamente el nacimiento de Cristo. Es el Cristo que
despierta quien está leyendo estas palabras.
Despierta cada mañana y
saluda al Cristo en ti diciéndole: “bien ¿qué te gustaría hacer en este día
santo? ¿Cómo podemos servir a la Luz? ¿Cómo podemos conocer la Luz? ¿Cómo
podemos conocer que nosotros somos la Luz?” y saldrás de un salto de la cama,
te harás unas cosquillitas en los dedos de los pies, y seguirás adelante como
el Cristo que eres.
Que así sea.
Jeshua Ben Joseph
(Jesús)
En expresión a través de
Judith Coates
http://www.oakbridge.org
No hay comentarios:
Publicar un comentario