Rav Yehudá Áshlag, el fundador del Centro de Kabbalah en 1922, escribió que las palabras “como a ti mismo” nos dicen que debemos amar a nuestro prójimo en la exacta medida en que nos amamos a nosotros mismos; no menos. Esto implica que tenemos que desear ser sensibles a las necesidades de todas y cada una de las personas con quien estamos en contacto, y ocuparnos de ellas en la misma manera en que nos ocupamos de nosotros mismos.
Muchos de nosotros pasamos cada momento de nuestra vida atendiendo nuestros deseos y deleitándonos en nuestro dolor, real e imaginario. Dar el salto para sentir el dolor de alguien más requiere trabajar un grupo de músculos totalmente diferente.
Si queremos fortalecer esta parte de nuestro ser, tenemos que tratar de sentirnos en los zapatos del otro. Cuando nos eliminamos del panorama y expandimos nuestro deseo para saber qué es lo que la otra persona está viviendo, comenzamos a sentir su dolor. En este punto, podemos amarla como nos amamos a nosotros mismos.
Pero esto no quiere decir que sólo debemos dar y dar sin pensar, o sentir lástima y derramar simpatía. No. Lo que esto requiere es empatía.
A mí me ayuda meditar en el milagro de la concepción y el nacimiento. Piensa en ello, en cuán asombroso es el hecho de que todos comenzamos siendo una sola célula. Una célula que evoluciona en diferentes frecuencias de Luz según el proceso individual de nuestra alma. Sin embargo, nuestra esencia es la misma.
Cuando tengamos problemas en relacionarnos con alguien que ha tenido una experiencia de vida completamente diferente a la nuestra, recuerda que todos somos iguales en el fondo.
Comprométete a salir más allá de ti mismo. Busca oportunidades para conectarte con al menos una persona y realmente sentir su dolor. Oblígate a ser un canal puro estando abierto y ocupándote del otro. La Luz hará el resto.
Todo lo mejor, Yehuda
Secuencia de los 72 Nombres
Por medio de estas letras, paso la verdadera prueba de carácter espiritual: Puedo ver todos los lados de los problemas que se me presentan. Me enfoco en la unidad y en el alma, en oposición a la división y uno mismo.
Namaskar
G S
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