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Centro Holística Hayden
Escuela de Autoconocimiento personal y espiritual
Master Reiki Usui - Master Reiki Karuna - Master Reiki Egipcio Seichim - Terapeuta Holística - Facilitadora espiritual - Numeróloga Evolutiva Humanista.
A través de estas herramientas te encuentras con tu verdadero Ser...aqui estamos....esperando darte la mano.........
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17 de abril de 2011
EL NIÑO Y EL FALSO YO
¿Y si el que le está infligiendo daño, aunque con buenas intenciones, es precisamente la persona de quien depende? ¿De dónde va a sacar un niño los recursos, físicos y psicológicos, para hacer frente a esa paradoja? Si tiene que elegir entre expresar su yo auténtico (con todas sus necesidades y emociones) y la aceptación de los adultos (indispensable para su supervivencia) el niño, instintivamente, adopta un yo falso que confunde lo que necesita con lo disponible; el hecho de ser amado por el mero hecho de existir con el reconocimiento derivado de lo que sabe hacer; maneras de ser con maneras de caer bien; el respeto con el no cuestionar.
Este último tabú impide también al adulto hacerse portavoz de la verdad de su infancia. En nuestra cultura judeocristiana, hasta los no creyentes hemos mamado el cuarto mandamiento, aquello de "Honrarás a tu padre y a tu madre". Identificar "honrar"
1. tr. Respetar a alguien.2. tr. Enaltecer o premiar su mérito.3. tr. Dar honor o celebridad. 4. tr. U. como fórmula de cortesía para enaltecer la asistencia, adhesión, etc., de otra u otras personas. (Hoy nos honra con su presencia nuestro ilustre amigo. Ningún año ha querido usted honrar nuestra mesa.)5. prnl. Dicho de una persona: Tener a honra ser o hacer algo.
o "respetar"
1. tr. Tener respeto, veneración, acatamiento. 2. tr. Tener miramiento ( respeto, atención). Miramiento. 1. m. Acción de mirar, atender o considerar algo. 2. m. Respeto, atención y circunspección que se observan al ejecutar una acción o se guardan a una persona
con alabanza incondicional y acallamiento de cualquier voz crítica tal vez sirve para asegurar una estructura de Profesora poder patriarcal, pero no para establecer relaciones de confianza mutua, y menos todavía para criar hijos que en lugar de adaptarse al sistema lleguen a ser adultos felices, capaces incluso de cambiar ese sistema. Muchos adultos actúan, incluso cuando ya no dependen de personas mayores, como si todavía fueran aquellos timoratos críos que no debían poner triste a mamá ni llamar "tonto" a papá ni apuntar un error del profesor.
Muchas personas utilizan mecanismos para negar verdades que da demasiado miedo asumir. Puede ser útil revisar las típicas frases con las que negamos lo que de niños hayamos podido vivir como abuso o injusticia:
Minimizar:
- Otros lo han pasado mucho peor que yo...
- Sé que pasó.... pero sólo de vez en cuando...
- A mi no me molestó en realidad...
- Yo apenas estuve en casa, así que no me afectó...
Resistir:
- De eso hace ya mucho tiempo...
- Lo que pasó, pasó. Ahora es ahora...
- Lo he sabido siempre, pero ahora necesito salir pa'lante...
- Yo no tengo nada que ver con ellos...
- Las cosas son como son y ya está...
Omitir / Bloquear:
- Yo no recuerdo nada...
- Me parece que todo era normal...
- Yo tuve una infancia bonita, hacíamos muchas excursiones...
Excusar / Justificar:
- Me lo merecía...
- Todos hacían lo mismo en aquellos tiempos...
- Es que no conocían otra cosa...
- Yo sabía que me querían, sólo que no han sabido manifestarlo...
- Lo hicieron lo mejor que pudieron...
Equilibrar:
- Me ha hecho fuerte (me ha hecho bien)...
- Yo tenía todo lo que me hacía falta...
- Yo sabía que en realidad me querían...
- Me ha fortalecido el carácter...
- Pero si eran buena gente...
Poder definir cómo quiere uno ser querido y qué es lo que uno experimenta como daño (aunque me lo hayan causado mis propios padres y a pesar de sus intenciones) es un derecho humano fundamental. No hacer uso de este derecho -por lo menos retroactivamente- no cura, sino que ahonda la herida de la infancia y lleva a personas adultas a vivir en el estado emocional del niño, optando por maneras de reaccionar y de actuar que, aunque en el pasado les hayan podido servir para sobrevivir, hoy en día obstaculizan su crecimiento.
¿A quién se le ocurriría consumir un alimento contaminado solamente por respeto a las buenas intenciones de los que se lo brindan? Aun así seguimos tragando cosas que se nos han ofrecido y hacemos tragar las mismas cosas a nuestros hijos, a pesar de que nuestras condiciones de vida (sociales, culturales, psicológicas y materiales) podrían permitirnos una "alimentación" más sana.
Informes al (011) 4642-1661 y (011) 15-5759-2868
Namaskar
G S
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