Previo a la porción de esta semana,
las primeras 7 plagas (las cuales representaban el control sobre las siete
Sefirot de abajo o los siete niveles de negatividad de abajo) fueron desatadas.
En este Shabat vemos al Creador desatar las tres últimas plagas, y de tal modo,
remover los tres niveles más fuertes y más difíciles de vencer o las primeras
tres Sefirot de negatividad; las cuales representaban para nosotros aquellos
aspectos de nuestro trabajo espiritual y de nuestro Deseo de recibir para
nosotros mismos que son mucho más difíciles de transformar.
El Zóhar explica que
el relato de Moisés, el Creador y el Faraón no se trata de un evento histórico.
Se refiere de hecho a la batalla que cada uno de nosotros tiene con las fuerzas
de la oscuridad y con las fuerzas de la negatividad (las cuales son llamadas
“Faraón”). También nos explica que cada una de las plagas fueron de hecho
procesos para romper las fuerzas de la negatividad y exhumar la Luz que las
sostenían; una vez que quitamos la Luz que sostiene a las fuerzas negativas,
estas ya no tienen el poder para crear oscuridad o negatividad.
En el Zóhar, Rav Shimón
nos revela que Moisés estaba atravesando su propio proceso espiritual y explica
la razón detrás de la primera palabra que el creador expresa en la porción de
esta semana. La Parashá comienza con un llamado del Creador hacia Moisés de
“Ven al Faraón”. Pero lógicamente pensaríamos que lo que el Creador debería
decirle a Moisés es: “Ve al Faraón” ¿verdad? La palabra utilizada es “Bo”, la
cual se traduce como “ven”, esto significa dos cosas, que el Creador irá con
Moisés hacia el Faraón o que el Creador está llamando a Moisés para que vaya
junto con Él hacia el Faraón. Así que, ¿por qué dice “ven al Faraón” en vez de
“ve al Faraón”?
Cuando leemos en la Torá la historia
literal, no tenemos un verdadero entendimiento de lo que ocurre a nivel
espiritual detrás del escenario. Moisés había creído, hasta este punto, que con
la asistencia de la Luz del Creador, él tenía el poder de ganar la batalla por
sí mismo. Él había creído que con la asistencia de la Luz del creador, tenía el
poder de ganar la batalla por todos los israelitas de aquel entonces contra las
fuerzas de la oscuridad y la negatividad. Como estudiamos en Kabbalah, la
certeza es importante. No tener dudas y no tener miedo es importante. Moisés
estaba en ese lugar; no tenía temor. Él tenía certeza en que, con la asistencia
del Creador, poseía el poder para pelear en contra de las fuerzas de la
negatividad.
Pero el Creador no está de acuerdo
con eso… no está contento con eso como veremos.
El Creador viene y esencialmente le
dice a Moisés: “Tu no entiendes contra lo que estás luchando. No entiendes las
fuerzas de la oscuridad dentro de ti y dentro de este mundo, fuerzas contra las
cuales debes batallar”. Y el Creador, como explica Rav Shimón, lleva a Moisés
hacia las “habitaciones dentro de habitaciones” para mostrarle cuán poderosas
son las fuerzas que él está tratando de vencer, enseñándole la enorme fuente
del poder del Faraón y la raíz de las fuerzas de la oscuridad y la negatividad.
Moisés no se había dado cuenta de la
batalla que tenía frente a él, y una vez que se le mostró esta visión del
enorme poder que tiene el lado Negativo, se llenó de temor. El Zóhar dice
que se llenó de tanto temor que dijo: “No puedo hacerlo. No puedo pelear esta
batalla. Estoy muy asustado, incluso como para acercarme”. En el momento en el
que el Creador vio a Moisés atemorizarse, se explica que fue el momento en el
cual el Creador dijo: “Yo pelearé, yo venceré al Faraón”.
¿Por qué? Porque sólo el Creador
tiene el poder y la habilidad para luchar esta batalla y vencer a las fuerzas
de la Negatividad. Nadie más. Él nos está enseñando que mientras tenemos esta
falsa certeza en nosotros mismos, la cual la mayoría de nosotros tenemos,
detenemos de hecho la Luz del Creador de venir a la batalla.
Esto nos da una herramienta
importante, si la tomamos, para nuestro trabajo espiritual. La única razón por
la cual la mayoría de nosotros cree que tenemos la habilidad de pelear esta
batalla contra nuestra propia oscuridad y que tenemos la habilidad de
transformarnos a nosotros y al mundo por nuestra propia cuenta, es porque no
tenemos verdadera conciencia o conocimiento de las fuerzas contra las cuales
estamos peleando. Al igual que Moisés, debemos reconocer cuán difícil es la
batalla que estamos tratando de luchar.
Pensamos que podemos hacerlo nosotros
mismos, o nosotros con la asistencia de la Luz del Creador, porque realmente no
entendemos la batalla que está frente a nosotros. El problema es que el Creador
está listo a cada instante para venir y vencer toda la oscuridad que se nos
avecine. Pero no se lo permitimos, y tener la conciencia de: “puedo hacerlo con
la asistencia de la Luz del Creador” es lo que detiene a la Luz del Creador de
venir a vencer las fuerzas de la negatividad (tal vez creamos que podemos hacer
un 60% y necesitamos que el Creador haga el 40% restante, o que podemos hacer
un 80% y necesitamos que el Creador haga el restante 20%).
Así que uno de los grandes regalos
que tenemos que pedir poder recibir en este Shabat es llegar a darnos cuenta
verdaderamente de que no podemos hacerlo. Podemos hacer un poco. Podemos hacer
pequeñas cosas. Podemos traer algo de Luz a nuestras vidas. Pero no podemos
lograr la remoción final y completa de la fuerza de la fuente de la oscuridad y
del caos en nuestras vidas y en el mundo. En el momento en que llegamos a este
punto, así como Moisés, el Creador viene y da la batalla por cada uno de
nosotros. La Luz del Creador está esperando. Él quiere venir y pelear contra la
oscuridad. Él quiere vencer todas las fuentes de nuestro caos. Pero no lo
dejamos, porque nuestro ego es muy fuerte.
Era importante para Moisés que se le
mostrara que la certeza que pensaba que tenía era falsa, ya que sólo al darse
cuenta de ello la totalidad de la Luz del creador vendría a vencer a “Faraón”,
a las fuerzas de Negatividad. Y por ende nosotros, al igual que Moisés, debemos
darnos cuenta que tampoco podemos hacerlo por nosotros mismos. La batalla
final, la realización final, la remoción final del dolor, el sufrimiento y la
muerte, es imposible de alcanzar por nosotros mismos, y uno de los propósitos
de la porción de esta semana es despertar esa conciencia. En el momento en el
que realmente lleguemos a este entendimiento, sólo en ese momento, el Creador
puede venir con el 100% de la totalidad de la Luz para pelear la batalla contra
la negatividad.
Bendiciones y
Luz,
Michael Berg
Michael Berg
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