El mes astrológico de Escorpio, o como se denomina
en hebreo Mar Jeshván (Jeshván amargo), es la Columna Izquierda de los signos
de agua y está gobernado por el planeta Marte (Maadim) y Plutón.
El Libro de la Formación habla de siete planetas en
el Sistema Solar. En el último siglo se han descubierto tres planetas más, y
como resultado se ha encontrado que Plutón influye en el signo de Escorpio.
Todos los signos de agua son emocionales, pero los
de Escorpio son particularmente irracionales cuando se trata de sus emociones.
Se van a los extremos, tanto positivos como negativos. En el mundo de Escorpio
sólo existe el blanco y el negro; no hay áreas grises. Si no eres su amigo,
entonces eres por defecto su enemigo, y sin duda serás tratado como tal.
Como la Columna Izquierda de los signos de agua,
los de Escorpio tienen un tremendo deseo de poder y control, y los buscan a
toda costa. No flaquean, no vacilan, y permanecen en su trayectoria con total
determinación y fortaleza, lo cual puede resultar a veces en una fuerza y una
violencia innecesarias. Marte, que gobierna el mes de Escorpio, es el planeta y
el dios griego de la guerra, lo cual hace que todos los Escorpio sean guerreros
con el impulso de eliminar a su enemigo sin importarles el precio que otras
personas tengan que pagar por ello.
Plutón rige la vida y la muerte, así como el poder
y la energía de la semilla, que en el mejor de los casos se manifiesta a sí
misma como una vida nueva. También le da a los de Escorpio unos profundos
deseos sexuales que están arraigados en la compulsión de propagar la raza
humana. En sus esfuerzos por ser “fructíferos y multiplicarse”, los de Escorpio
pueden ir muy lejos y dañar sus propios órganos sexuales y reproductores,
lo cual les provoca impotencia, infertilidad y cáncer.
Escorpio es un signo fijo, lo cual significa que no
les gusta el cambio y que quieren ostentar el control total sobre sus vidas y
las vidas de los que les rodean. Su peor miedo consiste en perder el control.
En el mundo Escorpio de los extremos, el amor lo es
todo. Si sienten que su amor no es correspondido, ese amor puede convertirse en
odio. Perdonar y olvidar es muy difícil para un Escorpio. La típica persona de
Escorpio no descansará hasta vengarse de aquel amigo que la traicionó y le
decepcionó. Este es el Tikún (corrección) más fuerte de los de Escorpio:
encontrar la Columna Central, controlar el impulso de vengarse, y vivir, amar y
dejar ir.
Mar Jeshván, tal como se conoce formalmente a este
mes, significa en hebreo Jeshván amargo. Sin embargo, puede transformarse en
Ram Jeshván (Jeshván elevado). Nuestro trabajo a lo largo del mes consiste en
transformar aquello que es amargo en dulce, aquello que es modesto en elevado.
Se necesita una conciencia fuerte y autocontrol para lograr esta
transformación. No es fácil hacer que las fuerzas oscuras se vuelvan
completamente blancas.
Los del signo de Escorpio son buenos con los
negocios. Les gusta el dinero porque les da control y poder. Son muy buenos
políticos, doctores, fisiólogos, astrólogos y financieros. Tienen una poderosa
habilidad metafísica e intuición, y unos poderes místicos y espirituales muy
potentes. Si un Escorpio elige el “mal camino”, puede convertirse en el miembro
más letal y despiadado de la Mafia.
El Gran Diluvio tuvo lugar en el mes de Jeshván. La
generación de Noé fue muy corrupta y Dios no vio otra solución que destruirla
completamente con el diluvio. Sólo Noé, su familia, y un par de todas las
criaturas de la Tierra pudieron salvarse gracias a la protección que les
proporcionó el Arca.
Jeshván tiende a ser un mes pesado de energía
negativa. Es uno de los pocos meses carente de festividades, lo cual lo
convierte en un buen momento para enfocarse en los patrones en los que hemos
caído, los sentimientos negativos que albergamos y los resentimientos que
todavía cargamos.
Si superamos nuestra tendencia natural a la
venganza, a tomarnos la ley en nuestras propias manos, a dar a los demás lo que
“merecen”, y nos limitamos a revelar más Luz en el mundo, podemos esperar
sobrevivir a este difícil mes. Tal como dice el Rav Berg, la guerra contra la
oscuridad no se lucha con armas y artillería, sino encendiendo tantas velas
como podamos. Cuanta más Luz traigamos al mundo, más oscuridad erradicaremos,
pues la oscuridad no puede existir allí donde se encuentra la Luz.
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