Sábado 19 de Octubre 2013, por Barbara Marciniak.
Aprender a reconocer y leer frecuencias, o niveles de conciencia, ofrece una nueva forma de libertad y autonomía.
El concepto de materia animada o inanimada o materia orgánica o inorgánica no describe claramente todas las posibilidades del universo conocido y desconocido. La conciencia es una constante que siempre está presente. Todo tiene una vibración y frecuencia energética determinada que actúa como identificación y revelación de su singularidad en la existencia. Las frecuencias son vibraciones de energía que se determinan según su periodicidad. Algunas frecuencias viajan a través de las múltiples capas de la existencia y atraviesan lo que ustedes conocen como tiempo y espacio. La habilidad de sentir, percibir y transmitir energía es una función natural de la forma humana. Estos tiempos de energía acelerada y activada ofrecen una oportunidad perfecta para ampliar su mente y desarrollar cierta mejora en sus percepciones, que se expandirán cuando aprendan a buscar las significativas capas y sentidos ocultos de la vida. Participar de lleno en la vida y aprender a observar sus interacciones sin juzgarlas es esencial para desarrollar una conciencia más amplia. Aprender a reconocer y leer frecuencias, o niveles de conciencia, ofrece
Ahora, para hablar de un modo práctico, primero tienen que aprender a
manejar su atención en el aquí y el ahora para realmente tomar conciencia del
lenguaje de las frecuencias. Cualquiera puede enviar señales interiores sin
esfuerzo y generosamente. Zonas de la existencia que parecen no existir están
llamando continuamente a las puertas de su percepción y fuentes de conocimiento
emanan continuamente desde su interior, pero la mayoría de las veces ni
siquiera lo advierten. Sentimientos, impresiones y recuerdos son componentes
válidos de la conciencia y cooperan para jugar un importante papel a la hora de
despertar su energía vital al ampliar su atención y ponerles en contacto con
una mayor visión de la realidad. Cada uno de ustedes está aquí para cooperar
con un propósito colectivo. El papel que juegan en la vida lo urden únicamente
ustedes; ustedes escriben el guión y dirigen la acción, al añadir y modificar
continuamente sus posibilidades. Su creatividad no tiene límites. Cualquier
cosa que hagan en su versión del mundo afecta e influye en el transcurso de la
civilización. Los sorprendentes cambios que están acabando con su globo son
llamativas señales de revueltas interiores de enormes proporciones que están
siendo expulsadas. Y, mientras la gente del mundo entero se enfrenta al reto de
la disminución de su libertad, muchos se acuerdan de los parámetros de
posibilidades que acordaron explorar antes de nacer.
A lo largo de este período de cambio, la intención colectiva de la humanidad parece estar profundamente comprometida con la importante oportunidad brindada para el crecimiento espiritual y la expansión, y la experiencia de hallarse en la Tierra se puede considerar tanto una maestra como un propósito. En el ámbito de la experiencia, están aquí para participar en un importante movimiento de conciencia hacia una memoria colectiva. Para aumentar la apuesta y que la experiencia resulte mucho más interesante y valga la pena, se han introducido todo tipo de obstáculos desde muchos niveles de la realidad. Cada Era tiene su propio plan de juego que puede ser estudiado, explorado y vivido a través de muchos recorridos del tiempo (desde una perspectiva no lineal, el tiempo ocurre simultáneamente). Las posiciones estelares y planetarias en los cielos juegan un papel definitivo al establecer una estructura y un propósito, al transmitir una influencia energética que circunda y, hasta cierto punto define, el potencial y la dirección posible del tiempo en el que viven. Para contribuir plenamente y a su singular manera, han elegido una identidad basada en los numerosos talentos y habilidades que han acumulado gracias a las experiencias de muchas trayectorias del tiempo. Ustedes forman parte de la vida que han elegido. El mero hecho de decidir estar aquí ya es un logro en sí mismo; no obstante, comprender lo que está acaeciendo en su entorno es una conquista aún mayor. Billones de personas han venido aquí para formar parte de esta representación para reconocer y recordar que son seres energéticos cuyos pensamientos, sentimientos y emociones crean el mundo con el que se encuentran. Aprender conscientemente a reconocer las frecuencias y luego producir aquellas que se quieren es la clave oculta de este juego; ser capaz de leer y comunicarse con las energías vitales de su entorno es una meta que bien vale la pena conseguir para toda la humanidad.
Un constante flujo de impulsos creativos procedente de la mente cósmica estimula la exploración y el desarrollo al abrir nuevos caminos de conciencia en toda la existencia. En todos los eventos siempre están relacionadas múltiples capas de propósitos y, cuantas más personas estén implicadas, más energía se genera. La participación mediante el pensamiento, la palabra o los hechos refuerza las formas de pensamiento mediante un potencial que es capaz de modificar el curso de la conciencia humana. La intensidad emocional que hay detrás de la forma de pensamiento determina la manifestación del mismo. Cuando las emociones se manipulan, resulta mucho más desafiante enfrentarse y evaluar claramente la situación. Hace falta una nueva y espiritual perspectiva cósmica vigorosa para que la humanidad pueda comprender y, en último lugar, unificar el propósito de la extrema polarización del mundo civilizado. En este sentido, los antiguos hábitos, patrones y adicciones que limitan y encasillan el espíritu humano están derrumbándose con mucha rapidez y abriendo paso a un nuevo orden de la mente basado en un renacimiento global de responsabilidad, de hacerse cargo y de poder personal.
La luz es una radiación electromagnética que viaja en forma de onda y sus células, que tienen una estructura cristalina, responden rápidamente a la luz natural. Ondas electromagnéticas de radiaciones cósmicas, compuestas de energías de luz pulsante, viajan a través de la existencia para transmitir grandes cantidades de información. El cerebro humano y su sistema nervioso funcionan en los dos aspectos de la realidad, tanto en el físico como en el no físico, y sirven como receptores para un gran número de impulsos eléctricos que llenan el espacio y engloban al planeta. Sus células siempre están en guardia y transfieren, traducen, transmiten y diferencian una miríada de frecuencias. Señales o mensajes en los nervios, el cerebro y el cuerpo son transmitidos mediante débiles impulsos eléctricos que irradian energía hacia la realidad física y no física, manteniendo un contacto constante con los poderes superiores de la mente cósmica. Los rayos del sol sostienen esta conexión y pueden fluctuar respecto a la frecuencia, la calidad y la velocidad de la radiación de la luz solar pulsante y con ello afectar a diferentes áreas del tiempo con transmisiones energéticas muy distintas. Las ciencias modernas tanto de la medicina como de la psicología ortodoxa confían en modelos de la mente que tan sólo reconocen los aspectos del consciente, del subconsciente y del inconsciente y muestran poco interés en el reconocimiento de su conexión innata con la mente cósmica y su vista más amplia de la realidad.
A lo largo de este período de cambio, la intención colectiva de la humanidad parece estar profundamente comprometida con la importante oportunidad brindada para el crecimiento espiritual y la expansión, y la experiencia de hallarse en la Tierra se puede considerar tanto una maestra como un propósito. En el ámbito de la experiencia, están aquí para participar en un importante movimiento de conciencia hacia una memoria colectiva. Para aumentar la apuesta y que la experiencia resulte mucho más interesante y valga la pena, se han introducido todo tipo de obstáculos desde muchos niveles de la realidad. Cada Era tiene su propio plan de juego que puede ser estudiado, explorado y vivido a través de muchos recorridos del tiempo (desde una perspectiva no lineal, el tiempo ocurre simultáneamente). Las posiciones estelares y planetarias en los cielos juegan un papel definitivo al establecer una estructura y un propósito, al transmitir una influencia energética que circunda y, hasta cierto punto define, el potencial y la dirección posible del tiempo en el que viven. Para contribuir plenamente y a su singular manera, han elegido una identidad basada en los numerosos talentos y habilidades que han acumulado gracias a las experiencias de muchas trayectorias del tiempo. Ustedes forman parte de la vida que han elegido. El mero hecho de decidir estar aquí ya es un logro en sí mismo; no obstante, comprender lo que está acaeciendo en su entorno es una conquista aún mayor. Billones de personas han venido aquí para formar parte de esta representación para reconocer y recordar que son seres energéticos cuyos pensamientos, sentimientos y emociones crean el mundo con el que se encuentran. Aprender conscientemente a reconocer las frecuencias y luego producir aquellas que se quieren es la clave oculta de este juego; ser capaz de leer y comunicarse con las energías vitales de su entorno es una meta que bien vale la pena conseguir para toda la humanidad.
Un constante flujo de impulsos creativos procedente de la mente cósmica estimula la exploración y el desarrollo al abrir nuevos caminos de conciencia en toda la existencia. En todos los eventos siempre están relacionadas múltiples capas de propósitos y, cuantas más personas estén implicadas, más energía se genera. La participación mediante el pensamiento, la palabra o los hechos refuerza las formas de pensamiento mediante un potencial que es capaz de modificar el curso de la conciencia humana. La intensidad emocional que hay detrás de la forma de pensamiento determina la manifestación del mismo. Cuando las emociones se manipulan, resulta mucho más desafiante enfrentarse y evaluar claramente la situación. Hace falta una nueva y espiritual perspectiva cósmica vigorosa para que la humanidad pueda comprender y, en último lugar, unificar el propósito de la extrema polarización del mundo civilizado. En este sentido, los antiguos hábitos, patrones y adicciones que limitan y encasillan el espíritu humano están derrumbándose con mucha rapidez y abriendo paso a un nuevo orden de la mente basado en un renacimiento global de responsabilidad, de hacerse cargo y de poder personal.
La luz es una radiación electromagnética que viaja en forma de onda y sus células, que tienen una estructura cristalina, responden rápidamente a la luz natural. Ondas electromagnéticas de radiaciones cósmicas, compuestas de energías de luz pulsante, viajan a través de la existencia para transmitir grandes cantidades de información. El cerebro humano y su sistema nervioso funcionan en los dos aspectos de la realidad, tanto en el físico como en el no físico, y sirven como receptores para un gran número de impulsos eléctricos que llenan el espacio y engloban al planeta. Sus células siempre están en guardia y transfieren, traducen, transmiten y diferencian una miríada de frecuencias. Señales o mensajes en los nervios, el cerebro y el cuerpo son transmitidos mediante débiles impulsos eléctricos que irradian energía hacia la realidad física y no física, manteniendo un contacto constante con los poderes superiores de la mente cósmica. Los rayos del sol sostienen esta conexión y pueden fluctuar respecto a la frecuencia, la calidad y la velocidad de la radiación de la luz solar pulsante y con ello afectar a diferentes áreas del tiempo con transmisiones energéticas muy distintas. Las ciencias modernas tanto de la medicina como de la psicología ortodoxa confían en modelos de la mente que tan sólo reconocen los aspectos del consciente, del subconsciente y del inconsciente y muestran poco interés en el reconocimiento de su conexión innata con la mente cósmica y su vista más amplia de la realidad.
Son seres multidimensionales y, a lo largo del tiempo, la importante
mala interpretación de este aspecto de su ser más grande ha ejercido un
profundo impacto en la mente humana. Como respuesta natural a esa constricción
a largo plazo, se está produciendo una sana rebelión en el seno de la forma de
pensamiento colectivo que mantiene su realidad unida. La liberación de grandes
cantidades de energía psíquica retenida estimula una repentina expansión de
conciencia, que se está transmitiendo telepáticamente por el mundo entero y, al
mismo tiempo, por todas las capas de la realidad.
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