Hamsa Šiva Soham
Carta Circular de Vaisakh Nº6 Escorpio 2013
Cuando el Sol entra en Escorpio, los aspirantes tienen dos posibilidades extremas. Una posibilidad es volar alto en el cielo, como un águila, y la segunda posibilidad es correr hacia la oscuridad de los agujeros subterráneos de las serpientes. El poder de Escorpio es de doble filo: puede cortar por los dos lados. El poder de Marte lo es en altura y profundidad, como el de Escorpio. Se puede ser el más desagradable y el más noble. El relato de la serpiente y el águila pertenece a Escorpio.
La astrología védica habla de una síntesis en
Escorpio, que representa el icono de Shiva. El semblante de Shiva siempre está
en paz y tranquilo, y sin embargo lleva el tercer ojo que puede destruir el
mundo entero. La naturaleza de Shiva se describe como el Fuego Cósmico, y sin
embargo lleva una luna creciente en la cabeza. Se dice que Shiva el Señor es el
conquistador de la muerte y quien otorga la inmortalidad (Mrutyunjaya), aunque
lleva una cobra venenosa en torno al cuello. Shiva es el Yogui más destacado de
toda la creación y sin embargo tiene una familia. Tiene dos consortes. Una es
el poder i
nvencible estable, que siempre se sienta en su regazo izquierdo, mientras
que la otra es la energía que siempre fluye, que brota desde lo alto de su
cabeza como el Ganges.
Los Sabios presentaron los extremos aparentemente opuestos en su síntesis
en forma de Shiva el Señor. Shiva el Señor es el varón-mujer Ardhanari, donde se
unen los aparentes opuestos: espíritu y materia. A Shiva se lo considera
visible y, sin embargo, invisible. Se lo sitúa en el nordeste de la creación,
representando su naturaleza visible e invisible. Visibilidad e invisibilidad no
son sino los dos aspectos del uno. Los rayos del Sol en Escorpio le permiten a
uno desaparecer. La desaparición no es más que una instancia en el sendero del
discipulado. La oruga desaparece como un discípulo dentro de un capullo, y
reaparece como una hermosa mariposa. De la misma manera, el hombre
autoconsciente desaparece en la cueva de su corazón sólo para reaparecer como
un Iniciado, donde la autoconciencia se ha reemplazado por la conciencia divina.
El discipulado requiere la muerte de la personalidad y el nacimiento del Alma.
Escorpio abre las puertas a esta Iniciación. Todas las iniciaciones son
sigilosas y silenciosas, y Escorpio ofrece el necesario sigilo y silencio. El
misterio de Escorpio es inconmensurable y por lo tanto de gran interés para
todos los buscadores de la verdad. Que la octava casa del zodíaco traiga la
muerte a lo indeseable para dar lugar a un renacimiento de lo deseable.
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