"La fe es amor a lo invisible,
confianza en lo imposible,
en lo inverosímil"
en lo inverosímil"
Johann Wolfgang von Goethe
Es
lógico y natural que al estudiar la vida de Júpiter (el regente de sagitario)
lo primero que nos llame la atención sean las desopilantes y risueñas historias
de sus múltiples amoríos e infidelidades; sin embargo, si tenemos la intención
de indagar su mito con mayor profundidad es necesario recordar, por ejemplo,
que su primera esposa fue Metis, la diosa de la Prudencia. Debido a que Zeus fue
advertido que el fruto de ese amor sería quien lo destronaría, siguiendo una
tradición familiar, el dios procedió a devorar a la diosa conjuntamente con el
hijo que estaba gestando.
Pero
esto es solo el comienzo de la historia, luego Zeus se unió con Témis la diosa
de las leyes eternas con las que tuvo varias hijas, primero fueron las Horas
que eran tres y tenían una doble regencia, por un lado eran divinidades de la
naturaleza que presidían el ciclo de las estaciones y por el otro eran
ordenadoras del equilibrio social y
representaban a la Disciplina, la Justicia
y la Paz. Luego nacieron las Moiras conocidas como diosas del destino, tan
inflexibles en sus designios que ni los mismos dioses podían transgredirlos.
Desde ese tiempo remoto Zeus quedó definitivamente unido al orden Eterno,
entendamos que no eran leyes que él fijaba, sino que su sola misión era la de
hacer que se cumplieran para lo cual debía ser imparcial en su cumplimiento,
pero no podía ni modificarlas ni desobedecerlas.
Es bueno
recordar esta parte del mito de Zeus para comprender que el principal objetivo
que debía cumplir era el de cuidar el orden y la justicia en el mundo, tenía en
sus manos el poder de purificar a los homicidas y de velar que se mantuvieran
los juramentos convenidos, así como el de vigilar el cumplimiento de otras
reglas de acuerdo a lo que la ley estipulaba. Si dejamos de lado por un momento
el recuerdo de su vida amorosa, recordaremos que cumplió con gran fidelidad su
misión, haciendo que los Hados los cumplieran tanto hombres como dioses.
Me
interesó presentar este aspecto de Zeus que no es frecuentemente recordado
porque creo que retrata muy bien algo que todo sagitariano siente en lo más
profundo de su ser, como lo es la certeza de la presencia de leyes no escritas
que estructuran el universo, a las que todos deberíamos ser fieles para no
romper el orden universal. Las personas de este signo frecuentemente intentan
actuar de acuerdo a lo que su voz interior les indica, lo que puede ocasionar
que por momentos sean incapaces de escuchar opiniones diferentes a la suya y se
fanaticen con sus propias ideas. Por supuesto, que también son sumamente
criteriosos, sinceros y capaces de crear un clima de paz a su alrededor gracias
a una visión justa y equitativa de la realidad
Zeus
adoraba ir de un lado para otro y moverse con absoluta libertad, así que si
alguien desea aumentar su fuerza jupiteriana sería recomendable que tomase sus
maletas y planeara un viaje a tierras lejanas. Pero lo más importante es que
aprenda a tener un criterio libre siendo por sobre todo fiel a lo que su
conciencia le dicta como bueno para él en cada circunstancia.
Nota clave:
"Veo la meta, alcanzo esa meta y luego veo otra"
"Veo la meta, alcanzo esa meta y luego veo otra"
Sagitario viene después de la dura prueba en Escorpio y
proporciona un interludio de estabilidad durante el cual el discípulo puede
aprender equilibrio, justa receptividad a la inspiración y la perfecta visión
de la meta a alcanzar. ¿Por qué es tan importante adquirir estas
características? De manera simbólica, corresponden a la necesidad del arquero
de estar perfectamente estable y tranquilo antes de lanzar su flecha. Discípulo
es el que busca seguir la dirección interior de su alma. Se establece contacto
mejor con esta dirección interior durante la meditación, cuando la mente se mantiene
estable en la luz del alma. Por este método se establece contacto y se conoce
una percepción intuitiva. Las flechas, en realidad, son
relámpagos de percepción intuitiva que el arquero debe seguir para
mantener su sentido de dirección. Esta dirección aguzada le conduce hacia una
meta, que finalmente le lleva hacia la montaña de la iniciación en Capricornio.
La nota-clave esotérica de Sagitario es: "Veo la meta, alcanzo esa meta y luego veo otra". Se deduce claramente de esta nota-clave que el tema principal de la experiencia en Sagitario es el de la dirección, dirección en el sentido de un propósito que guía, gobierna y motiva. El propósito, que guía, gobierna y motiva la vida del discípulo en Sagitario y en todo el Sendero del Discipulado, es servir en la luz del alma. Una luz que guía a la personalidad en el sendero de servicio a fin de que la personalidad, infundida por el alma, pueda a su vez servir como un "haz de luz" iluminando el sendero de los demás conociendo los caminos de Dios.
Las energías asociadas a este signo están disponibles para toda la humanidad y los que trabajan al servicio de los demás transmiten estas energías de manera constructiva. Nos han dicho que el Cristo utilizó estas energías en la tierra hace 2000 años. Leemos en el Nuevo Testamento que cuando Jesús realizó la forma de servicio que debía emprender dijo: "Debo ir a Jerusalén" y que allí "enfrentó" y tomó el camino de Salvador de la humanidad. Este sentido de la dirección, de la determinación precisa, esta capacidad de enfrentar, viene de la energía de idealismo tan fuerte en Sagitario.
Se dice también que Sagitario es un signo de equilibrio. Quizás seda más justo decir "de equilibrio estable". Después de los esfuerzos hechos en Libra para equilibrar los dos platillos y estabilizar las oscilaciones y de la encarnizada batalla librada en Escorpio, para salir definitivamente de las tinieblas del inconsciente por el triunfo del guerrero, el discípulo en Sagitario es capaz de recorrer el estrecho camino entre los pares de opuestos. La dirección, la meta, el objetivo y un equilibrio estable, son todos atributos asociados a la experiencia de Sagitario. Estas palabras llevan al espíritu la visión del arquero que, con su arco y su flecha, son los símbolos de Sagitario. La imagen del arquero, las piernas equilibradas y firmes, los brazos estables y los ojos fijos en el objetivo, mientras lanza la flecha con precisión y audacia, resume las cualidades que evoca la experiencia en Sagitario. El ojo físico fijado en el objetivo simboliza el reconocimiento, por parte de la personalidad, del yo superior, el alma, y la comprensión de que las divinas cualidades asociadas al alma son las que la personalidad debe expresar en la tierra. La manifestación y la expresión de estas divinas cualidades son obtenidas por una búsqueda de calma y de equilibrio, a fin de permanecer en el ser espiritual lo mejor posible y no moverse de allá más que para lanzar las flechas de la inspiración que en realidad son flechas de intuición, estos relámpagos de luz que iluminan el Sendero del servicio elegido. Es bueno recordar que la aspiración espiritual es dominante en Sagitario, de donde su incansable búsqueda de una meta a otra.
¿Cuáles son realmente las herramientas simbólicas del arquero de Sagitario? ¿Podemos decir que el arco y la flecha son respectivamente los símbolos de la mente y de la meditación?. El arco inmóvil es la mente que permanece en la luz del alma y la flecha es el canal de comunicación de doble sentido creado durante la meditación. En la meditación la mente que permanece inmóvil en la luz recibe la visión del alma y entonces la dirige hacia el plano de la expresión física. Nos han dicho que durante la meditación se crea un canal de comunicación en forma de embudo por el cual una energía más elevada y más sutil e incluso la materia más elevada y más fina pueden fluir a través de aquel que medita. El embudo forma un canal por el cual la percepción intuitiva y la inspiración pueden ser recibidas y distribuidas. Este es un proceso puramente científico que está basado en la vibración y la ciencia de la dinámica. Este proceso está representado simbólicamente por el arquero, su arco y su flecha.
La nota-clave esotérica de Sagitario es: "Veo la meta, alcanzo esa meta y luego veo otra". Se deduce claramente de esta nota-clave que el tema principal de la experiencia en Sagitario es el de la dirección, dirección en el sentido de un propósito que guía, gobierna y motiva. El propósito, que guía, gobierna y motiva la vida del discípulo en Sagitario y en todo el Sendero del Discipulado, es servir en la luz del alma. Una luz que guía a la personalidad en el sendero de servicio a fin de que la personalidad, infundida por el alma, pueda a su vez servir como un "haz de luz" iluminando el sendero de los demás conociendo los caminos de Dios.
Las energías asociadas a este signo están disponibles para toda la humanidad y los que trabajan al servicio de los demás transmiten estas energías de manera constructiva. Nos han dicho que el Cristo utilizó estas energías en la tierra hace 2000 años. Leemos en el Nuevo Testamento que cuando Jesús realizó la forma de servicio que debía emprender dijo: "Debo ir a Jerusalén" y que allí "enfrentó" y tomó el camino de Salvador de la humanidad. Este sentido de la dirección, de la determinación precisa, esta capacidad de enfrentar, viene de la energía de idealismo tan fuerte en Sagitario.
Se dice también que Sagitario es un signo de equilibrio. Quizás seda más justo decir "de equilibrio estable". Después de los esfuerzos hechos en Libra para equilibrar los dos platillos y estabilizar las oscilaciones y de la encarnizada batalla librada en Escorpio, para salir definitivamente de las tinieblas del inconsciente por el triunfo del guerrero, el discípulo en Sagitario es capaz de recorrer el estrecho camino entre los pares de opuestos. La dirección, la meta, el objetivo y un equilibrio estable, son todos atributos asociados a la experiencia de Sagitario. Estas palabras llevan al espíritu la visión del arquero que, con su arco y su flecha, son los símbolos de Sagitario. La imagen del arquero, las piernas equilibradas y firmes, los brazos estables y los ojos fijos en el objetivo, mientras lanza la flecha con precisión y audacia, resume las cualidades que evoca la experiencia en Sagitario. El ojo físico fijado en el objetivo simboliza el reconocimiento, por parte de la personalidad, del yo superior, el alma, y la comprensión de que las divinas cualidades asociadas al alma son las que la personalidad debe expresar en la tierra. La manifestación y la expresión de estas divinas cualidades son obtenidas por una búsqueda de calma y de equilibrio, a fin de permanecer en el ser espiritual lo mejor posible y no moverse de allá más que para lanzar las flechas de la inspiración que en realidad son flechas de intuición, estos relámpagos de luz que iluminan el Sendero del servicio elegido. Es bueno recordar que la aspiración espiritual es dominante en Sagitario, de donde su incansable búsqueda de una meta a otra.
¿Cuáles son realmente las herramientas simbólicas del arquero de Sagitario? ¿Podemos decir que el arco y la flecha son respectivamente los símbolos de la mente y de la meditación?. El arco inmóvil es la mente que permanece en la luz del alma y la flecha es el canal de comunicación de doble sentido creado durante la meditación. En la meditación la mente que permanece inmóvil en la luz recibe la visión del alma y entonces la dirige hacia el plano de la expresión física. Nos han dicho que durante la meditación se crea un canal de comunicación en forma de embudo por el cual una energía más elevada y más sutil e incluso la materia más elevada y más fina pueden fluir a través de aquel que medita. El embudo forma un canal por el cual la percepción intuitiva y la inspiración pueden ser recibidas y distribuidas. Este es un proceso puramente científico que está basado en la vibración y la ciencia de la dinámica. Este proceso está representado simbólicamente por el arquero, su arco y su flecha.
"Veo la meta, alcanzo esa meta y luego veo otra"Me identifica tal cual .
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