Días como estos nos muestran muy claramente algunas cosas.
Vemos que la mayoría de las personas responden con profunda empatía y
fuerte emoción cuando escuchan sobre eventos trágicos. Esta es la belleza de
nuestra humanidad. Sentimos pena ante el pensamiento de lo que otros han
sufrido. Sentimos temor ante la idea de que nos suceda a nosotros o a nuestros
seres queridos. Nos sentimos enojados porque alguien, cualquiera, piense que
está bien tomar la vida del otro. Sentimos una conexión con quienes no
conocemos. Sentimos nuestra humanidad más profundamente que nunca en estos
días.
También podemos ver, cuando abrimos los ojos, que los medios principales
de comunicación son como titiriteros emocionales, saturándonos con una historia
trágica a la vez que ignoran otras historias igualmente trágicas. Saturándonos
con un guion de la versión de la historia suministrada a todas las redes
principales de comunicación occidentales. Esta no es la teoría de la
conspiración, es el hecho. Las mismas palabras, el mismo guion. ¿Suministrado
por quién y por qué razón? Estas son preguntas que todos
deberíamos estarnos
haciendo.
Los guiones están saturados con ciertas palabras clave. Un tirador
musulmán es siempre un terrorista, mientras que un tirador blanco es siempre un
tirador loco. Los políticos cierran las fronteras mientras otros gritan, ‘ven,
se los dije, ¡todos debíamos cerrar nuestras fronteras!’. La insinuación
instantánea es que el otro ha traído el derramamiento de sangre aquí a nuestra
tierra y por tanto es mejor que dejemos fuera a todos los otros, aunque la
mayoría de los refugiados sean todas personas normales, al igual que nosotros,
escapando del propio terror del que se les acusa perpetrar.
Ustedes pueden sentir que un día de luto no es el día adecuado para
hablar del mundo turbio asociado a los medios de comunicación y a la política
global, pero esas personas invisibles que están sufriendo y de luto en otros
países, esas personas cuyas vidas ahora se ven agobiadas con penurias
discriminatorias adicionales, esas personas pueden no estar de acuerdo.
Hoy es un día de luto. Es un día para orar. Es un día para erguirnos en
solidaridad con todos aquellos alrededor del mundo que han sido heridos o
muertos por actos despreciables de otros. También es un día para pensar con
mayor profundidad. Para cuestionar aún más. ¿Quién está realmente
detrás de estos actos? ¿Es verdadera la historia que se nos cuenta, o hay
algo o alguien más en acción aquí? O al menos deténganse cuando se den cuenta
que están remontando la ola de una mímica generada por los medios.
Hoy es un día en el cual pueden aventurarse más profundamente dentro de
la madriguera del conejo. Cuando cuestionen y descubran: ¿Quiénes están
financiando y entrenando gran parte de la tragedia que vemos hoy en todo el
mundo? A veces solamente pueden llegar hasta un punto dentro de la madriguera
del conejo y entonces necesitan salir a la superficie de nuevo durante un
tiempo para encontrar alivio e indulto. Para algunos, su regalo al mundo
consiste en no alimentar la energía de la madriguera del conejo, a la vez que
propagan la bondad en la superficie tanto como pueden. Todos tenemos un papel
que jugar, y ahora cualquier papel que sea desde el corazón se necesita
mucho.
Hoy puede haber sido un día de desesperación, pero mañana es un día para
levantarnos de nuevo. Es la única forma en la que honramos a todos los que han
perdido innecesariamente sus vidas no solamente en el día pasado, sino en la
semana, mes, año y décadas pasadas, con respecto a aquello que se ha
planificado con precisión en las madrigueras de conejo de nuestra amada Tierra.
Con todo mi corazón, coloco mi voto para que prevalezca la bondad en la
humanidad. Por muy oscuras que sean las madrigueras de conejo, por fuerte que
sea la agenda de propagación de esa oscuridad entre nuestra amada humanidad,
toda la oscuridad del mundo no puede extinguir lo que significa la luz de siete
billones de personas, la mayoría de las cuales quieren lo mismo: vidas en paz,
bienestar y amor para sus seres queridos.
Y ahora queriendo esas cosas hoy mucho más que ayer.
Y así nuestra luz colectiva crece en medio de estas tragedias.
Nuestro deber y responsabilidad radican en mantener brillando con fuerza
nuestra luz, mantener abiertos nuestros corazones, ver lo que es difícil ver y
seguir insistiendo cuando todo parezca perdido. Recuerden el dicho, siempre hay
mayor oscuridad antes del amanecer y nuestro amanecer está vencido desde hace
mucho tiempo.
¿Harán una promesa hoy? En honor de todos los que a lo largo del tiempo,
cuyas vidas han sido segadas o afectadas por los muchos departamentos de la
oscuridad, en honor de todos esos hijos y nietos y generaciones destinadas a
habitar este planeta mucho después que nosotros hayamos partido, yo mantendré
mi luz brillando con fuerza, mantendré mi corazón abierto, haré lo que vine a
hacer aquí.
© Dana Mrkich 2015. Se permite
compartir este artículo gratuitamente siempre que se acredite la autora y se
incluya la URL www.danamrkich.com
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