por Dr. K. Parvathi Kumar
Cualquiera que sea la cualidad que tengamos dentro de nosotros, sólo se manifiesta a través de nuestras acciones y de lo que decimos. No vamos a ser capaces de mostrar otras cualidades, excepto las que tenemos dentro de nosotros. Normalmente, por el reconocimiento que nos da el mundo, nos volvemos híper-activos, tendiendo a actuar cada vez más para poder obtener más reconocimiento.
Dependiendo
de nuestra seriedad y de nuestra actitud, de la actitud que tengamos, entonces
así será nuestro resultado. Todos queremos la realización, pero no sabemos
cuándo pasará y si pasará. Por ejemplo, si todavía no nos ocurrió, debemos
continuar con nuestras prácticas.
Para
obtener la presencia de lo Divino que está dentro de nosotros, debemos
esforzarnos para verlo también fuera.
Normalmente,
cuando el alma toma la encarnación, mientras está encarnando, olvida su
relación con lo Divino y, solamente, cuando ya es anciano, trata de recordar
todo lo hecho en su vida. Porque, en vez de pensar en lo Divino, la
personalidad se fue corriendo detrás de la fama, del dinero y de la posición
social. Toda alma, antes de encarnar, es una unidad pulsante de consciencia,
debemos saber que estando en el cuerpo o no estando en el cuerpo, nos
mantenemos pulsando.
Si
somos capaces de estar muy cercanos a él cuando estamos en el cuerpo, entonces
iremos lentamente al estado de ser llamado un cisne real, que es nuestro
verdadero estado. Si somos capaces de asociarnos así con el principio pulsante
en nosotros, entonces aquel que nos dice: Cuando estés encarnado, te vas a
olvidar de mí, seremos capaces de acordarnos de él.
Estemos
en la forma o estemos fuera de la forma, siempre estamos con lo Divino, lo
Divino y el alma van de la mano.
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