Cuando no tienes amor, le pides al otro que te lo dé. Eres un mendigo. Y el otro te está pidiendo que se lo des a él o a ella.
Ahora bien, dos mendigos extendiendo sus manos uno
al otro y ambos con la esperanza de que el otro lo tenga... naturalmente ambos
se sienten derrotados y ambos se sienten engañados.
Esta es la paradoja: aquellos que se enamoran no
tienen amor, por eso se enamoran. Y porque no tienen amor, no pueden darlo.
Y algo más: una persona inmadura sólo se enamora de otra persona inmadura, porque sólo ellas pueden comprender el lenguaje de la otra.
Una persona madura ama a una persona madura. Una
persona inmadura ama a una persona inmadura.
El problema básico del amor es madurar primero,
entonces encontrarás una pareja madura; entonces la gente inmadura no te
atraerá para nada. Es sencillamente así.
Cuando dos personas maduras están enamoradas,
ocurre una de las más grandes paradojas de la vida, uno de los fenómenos más
bellos: están juntos y sin embargo tremendamente solos; están tan unidos que
casi son uno.
Pero su unión no destruye su individualidad, de
hecho, la realza: se vuelven más individuos.
Dos personas maduras enamoradas se ayudan
mutuamente a ser más libres.
𝗢𝗦𝗛𝗢
No hay comentarios:
Publicar un comentario