Habrá un momento en la vida en que tendrás que mirar a los ojos de alguien cercano —tu pareja, un amigo, un hermano— y decirle con firmeza y ternura:
“Voy a ser honesto contigo. A
partir de ahora no entraré más en el torbellino de tus emociones. Las respeto,
las entiendo, incluso las honro… pero son tuyas, no mías. No puedo vivirlas
como si fueran parte de mi alma, porque en este viaje yo también cargo mi
propia mochila emocional, y es lo único que puedo llevar.
Si decides quedarte en esa
tormenta, te apoyaré, siempre desde mi lugar, desde mi calma.
No te abandonaré, pero tampoco me perderé contigo. Desde aquí, desde mi centro, puedo ser un faro, no un barco que naufraga contigo. Te quiero, y precisamente porque te quiero, necesito cuidar de mi
equilibrio.Amar no es llevar el peso de la
vida de otro en la espalda; es caminar juntos, libres, ligeros, cada uno siendo
dueño de sus propias tempestades.
El amor no tiene que doler más
de lo necesario; el amor, cuando es genuino, construye, no destruye".
A veces, amar significa también
aprender a decir: "Aquí estoy, pero sin olvidarme de mí mismo".
Autor FERNANDO D'SANDI
Extraído del libro NOS VEMOS.
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