“Los valles serenos y los campos verdes que resplandecen con pureza representan a Virgo”, dice el Maestro Djwhal Khul. Los nativos de Virgo ni son de hablar mucho ni, cuando lo hacen, se orientan a asuntos mundanos. Tienen pureza de expresión, que se revela desde el silencio natural que llevan en sí. Son modestos y no exhibicionistas. No creen en promocionarse ni en venderse a sí mismos. Son, lejos, los mejores servidores y son tan tiernos como los bebés en el vientre.
Recuerden que Virgo es el sexto signo del zodíaco y que su símbolo esotérico es el de dos triángulos ubicados en yuxtaposición, es decir, con uno apuntando hacia arriba y el otro, encima, apuntando hacia abajo. Es un hexágono, una cruz tridimensional que trabaja a través de la potencia numérica del seis. Es el símbolo del Kumara. Los nativos de Virgo tienen mayor oportunidad de ser hijos de Dios.
Los hijos del hombre se convierten en Hijos de Dios a través del tiempo y siguiendo la ley de evolución. Uno puede lograrlo adoptando los correspondientes procesos de transformación. En el símbolo del doble triángulo, también conocido como el sello de Salomón, el triángulo que apunta hacia abajo representa las actitudes mundanas, y el triángulo que apunta hacia arriba representa las actitudes divinas.
El hombre es doble, y como tal tiene potencialidad para la mundanidad y también para la divinidad. Para propósitos mundanos, las herramientas que tiene son tres. Para propósitos divinos, las herramientas que tiene también son tres. Las herramientas mundanas son: el deseo, la emoción y la acción egocéntrica. Las herramientas divinas son: la voluntad divina, el amor y la acción desinteresada. Cuando el hombre se orienta al triángulo divino saliéndose de la mente mundana, da a luz a la mente divina, que se llama Buddhi. Cuando el Buddhi se activa, uno puede gradualmente reemplazar el deseo personal por la voluntad divina o la buena voluntad, el apego emocional por el amor divino, y el pensamiento mundano por el pensamiento o la acción divinos.
Cuando uno se esfuerza en el sentido señalado, construye un puente entre el Buddhi y la mente y permite que el Plan divino se manifi este a través de la mente en el mundo terrenal. De este modo la profecía del Reino de Dios en la Tierra se cumple a nivel individual. El hijo del hombre se convierte en Hijo de Dios. Virgo ofrece esta oportunidad a todo hombre que tenga en sí la potencialidad de los dos triángulos y las seis herramientas. Cuando uno trabaja con la pureza de motivación, la gracia desciende y otorga plenitud. La gracia es la bendición para los virginianos.
Sri K. Parvathi Kumar
Namaskar
Galatha Shendrix
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