¡Hermanos! Que la consciencia de la Vida Una dentro de la cual todos vivimos,
nos movemos y tenemos el ser, acompañe todos nuestros actos.
En este tiempo en que las diferencias de creencias, de aspecto, de
color, de religión, de posición política nos separan al punto de vernos como
enemigos, es cuando, la Consciencia del Alma tiene que prevalecer. Este es un
imperativo categórico para la consciencia de los humanos, un compromiso de los
servidores. Que no nos atrevamos a llamarnos un servidor del Plan de Dios
sobre la Tierra, si no practicamos en la vida de cada día aceptar las
diferencias, convivir con los que piensan diferentes, con los que tienen otra
visión de Dios.
No estamos diciendo que todos tenemos que sentir, pensar o creer, lo
mismo. Estamos diciendo que a pesar de las diferencias en la vida de la forma,
dentro de nosotros, en nuestra más pura esencia, formamos una unidad, de tal
modo que, lo que hacemos a cualquier humano, nos lo estamos haciendo a nosotros
mismos.