Siempre me ha parecido inspirador cuando una gran alma —en este caso Maimónides, el Rambam— comparte con nosotros una inspiración divina que recibió. Él escribió: “Me ha sido revelado un gran secreto. Si entiendes el secreto, todas las dudas desaparecerán. Si entiendes el secreto, los secretos celestiales de Dios te serán revelados”.
Y lo que dice no es nuevo para nosotros, pero creo que su dimensión e
importancia con suerte nos permitirán obtener un nuevo nivel en el Shabat de
Shemot: en la medida en que un individuo tenga una conexión y una adhesión
conscientes a la Luz del Creador, en esa medida la Luz del Creador brilla para
él, lo protege y le envía Luz y abundancia.
¿Cuántos de nosotros durante nuestro día, o quizá durante nuestras
conexiones espirituales, estamos pensando conscientemente en la Luz del Creador
y conscientemente adhiriendo nuestra mente a la Luz del Creador? Debería ser al
menos mientras hacemos nuestra conexión, mientras oramos y mientras leemos el
Zóhar, pero ¿cuántos de nosotros adherimos conscientemente nuestra conciencia a
la Luz del Creador? En realidad es así de fácil y así de poderoso.
Aún no hemos llegado a eso, y no se espera que lo logremos todavía,
pero, tal y como Maimónides dice: un individuo que llega al estado en el que
adhiere su mente a la Luz del Creador 24 horas al día, lo cual significa
simplemente que piensa en la Luz del Creador que está presente (ya sea que esté
trabajando, orando, estudiando o comiendo), y cuya mente está constantemente
adherida al Creador, siempre estará protegido y tendrá la Luz y bendiciones que
vienen de la conexión con la Luz del Creador. Debido a eso, continúa
Maimónides: “Me ha sido revelado que si una persona ha pasado por oscuridad o
dolor, incluso los profetas y las almas más grandes que han existido, dicha
oscuridad y dolor solo se presentaron en el momento en que su conciencia estaba
separada de la Luz del Creador”.
Así pues, digamos que alguien toma diez minutos o una hora para adherir
su mente y conciencia a la Luz del Creador en la mañana. Luego va a trabajar y,
desafortunadamente, aunque no debería ser así, durante las siguientes diez
horas su mente está completamente desprendida. Su mente solo está en el trabajo,
ni siquiera piensa en la Luz del Creador que lo rodea, la Luz del Creador que
lo bendice, la Luz del Creador que está con él. De ese modo, tiene diez horas
de separación total de su mente y conciencia de la Luz del Creador. Y la
cantidad de tiempo de separación, según Maimónides, es la cantidad de tiempo en
la que hay una apertura para que la negatividad entre.
Él dice que no solo el tiempo en que la negatividad llega a un individuo
depende del tiempo de separación entre su conciencia y la Luz del Creador, sino
que también la cantidad de oscuridad y dolor depende del tamaño de la apertura
que la persona permitió para que entrara la oscuridad. Por lo tanto, el tamaño
de la apertura para la oscuridad será conforme a la duración del tiempo de
separación. Pero, de nuevo, si un individuo logra luchar contra eso y
constantemente conecta su mente con la Luz del Creador, esa persona, dice
Maimónides, nunca tendrá dolor ni oscuridad. Y esto no es exclusivo de las
almas elevadas; cualquier persona, continúa él, que sea capaz de mantener menos
distancia entre los momentos de conexión consciente limita la cantidad de
oscuridad que puede entrar en su vida. Según él, este también es el secreto de
las palabras Ehyé asher ehyé: “Del mismo modo que tú estás conmigo,
yo estoy contigo”.
Desafortunadamente, considero que hay momentos, incluso durante la
conexión matutina, en los que nuestra conciencia no siempre va directo a:
“Estoy pensando en la Luz del Creador y conectando mi mente con la Luz del
Creador”, pero eso ocurre en la mañana, entonces no podemos permitirnos todo un
día sin reconexión constante de nuestra conciencia con la Luz del Creador. Y,
de nuevo, puede ser mientras trabajas o mientras comes. No tenemos que pensar
eso siempre, pero cada media hora, o cuando tomamos un descanso o te comes un
bocadillo, por ejemplo, podemos recordar que estamos disfrutando nuestro
bocadillo gracias a la Luz del Creador. De esa manera nos adherimos nuevamente
con ese pensamiento de cinco segundos y, en lugar de dejar que nuestra mente
pase diez horas de desconexión con la Luz del Creador, ahora solo dejamos pasar
dos, luego una y así sucesivamente.
Cuando un individuo logra conectar constantemente su mente de esa
manera, no puede sufrir ningún daño. Ahora bien, por supuesto, pasar de donde
estamos ahora a ese estado no ocurre en un día, pero al menos debemos buscar ir
en esa dirección. Debemos entender que cualquier oscuridad que vivimos llega
debido a la separación de nuestra mente de la Luz del Creador. Una adhesión
constante de nuestra mente a la Luz del Creador significa protección continua y
bendiciones constantes. El nivel y tiempo de desconexión es el indicador exacto
de cuánta oscuridad y dolor puede entrar en la vida de una persona.
Así pues, diariamente asegurémonos de no pasar tres horas sin reconectar
nuestra mente con la Luz del Creador. Debido a que el nivel de conexión entre
nuestra mente y la Luz del Creador determina el nivel de Luz que recibimos y la
protección que constantemente puede llegar a nuestra vida. Como ya sabemos,
todo consiste en conciencia; pero ¿cuántos de nosotros la vivimos?
Pienso que a veces es necesario tener un entendimiento como este para
poder al menos comenzar a acercarnos a eso. Ningún daño le ocurre a un
individuo que puede constantemente mantener una conciencia de conexión con la
Luz del Creador; solo pueden llegarle bendiciones. Por eso tenemos que
considerar esto todos los días: ¿al menos tenemos media hora en la mañana o en
la noche en la que nuestra mente está completamente conectada? Asumamos que sí.
Pero entonces, ¿qué ocurre con las 12, 14 o 16 horas de intervalo? No podemos
dejar tal apertura. Más bien, debemos asegurarnos de detenernos constantemente
para reconectar nuestra conciencia con la Luz del Creador. Debido a que si lo
hacemos —y en la medida en que lo hagamos— cerramos la ventana de posibilidad
de que la oscuridad, el dolor y el sufrimiento entren a nuestra vida. Esta es
tanto una revelación como un secreto muy importante que espero merezcamos
comenzar a vivir.
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