La porción, y Shabat, de Beshalaj es muy importante. Es la porción del milagro de la separación del Mar Rojo y el Shabat de los 72 Nombres de Dios. Hay una enorme cantidad de textos sobre esta porción escritos por los kabbalistas, pero el Maharal, un gran kabbalista de Praga, nos da una enseñanza en particular sobre el concepto de certeza que me gustaría compartir. Al profundizar nuestro entendimiento sobre este concepto, seremos capaces de avanzar hacia un estado mucho más elevado de certeza en la Luz del Creador.
En uno de sus libros, Netivot Olam, el Maharal
habla de los secretos de la certeza. Comienza citando un versículo del Libro de
Mishléi, Proverbios, y nos explica que el Rey Shlomó dice que puedes encontrar
muchas personas que comparten, pero encontrar a alguien que tenga certeza es
casi imposible. Sucede así porque cuando dices que alguien es generoso, no
significa necesariamente que comparta el 100 % de su tiempo; aunque solo
comparta el 5 %, sigue siendo una persona generosa. Cada uno comparte en modos
y cantidades diferentes, pero a todos los podemos llamar personas generosas.
Pero decir que alguien tiene certeza es muy difícil. ¿Por qué? Porque, a fin de
cuentas, tener certeza significa que el individuo tiene completa certeza en la
Luz del Creador y, en consecuencia, no tiene miedo ni preocupaciones.
Luego nos dice que otra parte de la certeza es que podemos
confiar en alguien que la tenga. Podemos estar seguros de que esa persona hará
lo que dice. Sabemos que si esa persona se comporta en cierto modo, siempre
será así. El Maharal vincula estos dos tipos de certeza; la gente puede tener
certeza en una persona que tiene certeza en la Luz del Creador. No puede haber
una sin la otra.
Sin embargo, el Rey Shlomó dice que es muy difícil encontrar
a alguien que tenga ambos niveles de certeza. ¿Por qué? Porque cuando alguien
tiene certeza en la Luz del Creador significa que el individuo tiene certeza
total en que la Luz del Creador está involucrada en todo lo concerniente a su
vida y que todo lo que llega a él proviene del Creador; por lo tanto, no tiene
miedo ni preocupaciones. Ya que tiene certeza en que todo viene del Creador,
sabe que, a fin de cuentas, es para su beneficio. Este es el primer tipo de
certeza.
El segundo tipo de certeza tiene que ver con el individuo.
Una persona en la que se puede confiar 100 % en que hará lo que dice es solo
aquella que no cambia ni vacila en su certeza, ya sea en su certeza en el
Creador o su trato con la gente. No obstante, un individuo que vacila aunque
sea un poco ya no puede considerarse como una persona que tiene certeza. El Rey
Shlomó dice que es difícil de encontrar, y de lograr, un verdadero nivel de
certeza porque ésta tiene que ser fuerte.
Todos estamos en lugares diferentes con nuestra certeza en
la Luz del Creador. Creo que podemos admitir que no estamos en el nivel del que
hablaba el Rey Shlomó. Pero debemos llegar al estado que el Maharal llama
fuerza de certeza, porque tener certeza es una cosa, pero para ser llamado una
persona de certeza debemos tener una fuerza de certeza que nunca vacile. Esa es
la diferencia entre una persona generosa y una con certeza, tal y como el Rey
Shlomó lo señala. Alguien que solo comparte un poco en la semana sigue siendo
una persona generosa. Pero alguien que tiene un poco de certeza no es una
persona con certeza. Una persona con certeza es aquella que, cuando llega la
oscuridad y los desafíos, tiene la fuerza de certeza.
Así pues, allí es donde él comienza este entendimiento. La
mayoría de nosotros puede decir que es una persona generosa. Sin embargo, decir
que somos una persona con certeza significaría que tenemos certeza con respecto
a la Luz del Creador y a nuestro trato con los demás. Porque tener certeza
quiere decir que no vacilamos ni un poco. Cuando los desafíos llegan, no
cambiamos. No permitimos que entre la duda.
Cuando un individuo se esfuerza por alcanzar esta fuerza de
certeza, según el Talmud, todas las puertas se abren. El secreto de la
palabra Amén es que representa emuná o
certeza. Por eso, si una persona tiene certeza, entonces todas las puertas del
Jardín de Edén, todas las bendiciones de la Luz del Creador, llegan a esa
persona. Todas las puertas se abren ante quien tiene certeza. No hay otra cosa
que pueda hacer una persona, ni siquiera acciones de compartir, que pueda abrir
todas las puertas. Por lo tanto, al entrar en Shabat Beshalaj, donde el regalo
de la certeza está disponible, tenemos que comenzar siendo realmente sinceros con
nosotros mismos y analizar nuestra certeza con más profundidad para ver si
podemos siquiera llamarla así.
La manera más fácil de saber si tenemos la fuerza en nuestra
certeza es preguntarnos: Cuando algo ocurre, ¿comienzo a vacilar? Si comienzo a
hacerlo, no tengo fuerza de certeza. Ya que la certeza solo puede ser llamada
así si tiene una fuerza que la respalde, no solo cuando la tenemos porque las
cosas están relativamente bien. Cuando habla de una persona que dice Amén con
toda su fuerza, significa que su emuná, su certeza en la Luz del
Creador, tiene toda la fuerza de la persona invertida en ella. Entonces, todas
las puertas, no solo las del Jardín de Edén sino también las de todas las
bendiciones, se abren para dicha persona.
Luego revela otro importante secreto. ¿Qué significa que
estén cerradas las puertas del Jardín de Edén? ¿Qué significa cuando decimos
que un individuo no puede atraer esa bendición? La mayoría de las personas
tienen ciertas bendiciones y regalos en su vida que quieren recibir, pero están
bloqueadas. Tienen una barrera espiritual a su alrededor y, desde el mundo
físico, no podemos desbloquear esas bendiciones.
Entonces, ¿cómo las desbloqueamos? Cuando una persona
despierta no solo certeza, sino fuerza de certeza, se vincula con la Luz del
Creador. No podemos tener unión o un vínculo real con la Luz del Creador salvo
que tengamos fuerza de certeza. Por lo tanto, cuando podemos despertar una
certeza fuerte, nos vinculamos por completo con la Luz del Creador y podemos
abrir todas las puertas porque lo que las mantiene cerradas es la distancia
entre nosotros y el Creador. Una vez que despertamos una fuerte certeza y nos
vinculamos con la Luz del Creador, saltamos la barrera y nos encontramos en el
estado en el que todas las puertas están abiertas.
Es importante entender que ni siquiera las acciones de
compartir o las acciones espirituales de conexión nos permitirán saltar la
barrera. Solo hay una cosa que puede desbloquear todas las puertas de las
bendiciones y eso es la fuerza de certeza, porque nos vincula con la Luz del
Creador y Él es parte de esas bendiciones. Por consiguiente, cuando dice que
podemos abrir el Jardín de Edén, eso significa que podemos desbloquear todas
las bendiciones que necesitamos. Una vez que tengamos total fuerza de certeza,
que nos vincula con la Luz del Creador, estaremos en el Jardín de Edén y las
puertas estarán abiertas. Entonces podremos atraer a nuestra vida todas las
bendiciones que estuvieron bloqueadas. Esta fuerza de certeza es un poderoso
entendimiento y un increíble regalo que está disponible para nosotros a través
de la porción y el Shabat de Beshalaj.
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