Mes de Acuario 2022
Acuario llegó, la tan esperada Era está con nosotros y el humano sigue de espaldas a este evento cósmico. Lo cierto es que el tiempo no espera por una humanidad rebelde. Así como la humanidad no es un sistema aislado del medio que lo rodea, tampoco el planeta está aislado del sistema estelar que lo contiene. Los reinos que cohabitan este planeta junto con nosotros ya viven la Era de Acuario. Si los humanos pudiéramos percibir la
Inteligencia que todo lo ordena y lograr la verdadera comunión con la Madre del Mundo quedaríamos sorprendidos y también enriquecidos por su luz, su gracia y su gloria que llega a nosotros cuando inmersos en la belleza de la creación silenciamos la mente.La humanidad está viviendo de espaldas a este tiempo cósmico y
se encuentra envuelta en una especie de burbuja construida por su propio
intelecto. Esa burbuja o cárcel deja fuera la verdad de lo que somos. Estamos
confundiendo lo virtual con la realidad. El Transhumanismo y el Metauniverso
tratan de hacernos creer que hay vida en lo virtual. Pero no es cierto. La Vida
no tiene sustituto. Nada puede sustituir ese sentir profundo de sentirse uno
con cada criatura que habita este planeta. Nada puede sustituir la sensación
bendita de sentir la vida que surge abundante de nuestro suelo, la tierra. Nada
puede sustituir la energía de cada amanecer. Son sensaciones que tocan lo más
profundo de nuestro ser. Lo virtual puede satisfacer al intelecto y engañar los
sentidos, pero hay que tener en cuenta que tenemos un cuerpo, pero no somos el
cuerpo; tenemos un intelecto, pero no somos el intelecto. Nos pertenecen, pero
solo son el instrumento que la Madre nos da para experimentar la vida en este
bello planeta azul.
Cuando leí que el Maestro D.K. decía que la próxima guerra
mundial se libraría en el plano mental, no lo comprendí, sin embargo ahora la
estoy viendo, la percibo. Como es en el plano mental tenemos que lograr un
estado de flujo, un estado de gracia, que nos permita trabajar por encima de
ese plano, más allá del intelecto. Olvidar el esfuerzo y la lucha y
entrar en el camino de la entrega, del dejar ir y dejarse conducir por el alma.
Dejar aflorar la compasión, el amor, la conciencia de unidad. Buscar la luz que
alumbra el sistema que nos contiene, recordar que somos una luz dentro
de una luz aún mayor y permanecer confiados en esa Luz.
La guerra nunca se termina con más guerra, ni siquiera la
mental. Si así fuera, con todo lo que hemos batallado, tendríamos paz. Pero no,
no hay que enfrentar el mal porque nos atrapa en su guerra y su contienda. Hay
que trascender el intelecto creando espacios de profunda neutralidad, esa neutralidad
que es la esencia misma de nuestra alma, que une en nosotros las dos
polaridades de espíritu y materia. Y así, ser puertas que mantienen abierto el
campo mental de la humanidad a energías que provienen de esa “La Luz Mayor” que
contiene la esencia del Plan Divino para esta Tierra. Podríamos decirlo así: No
es combatir la oscuridad sino prender una luz.
El plano intelectual de la humanidad es como la proyección de
una película en donde no hay realidades sino mapas de la realidad, y cada
humano tiene su mapa o su pequeña verdad. La guerra es una consecuencia.
Construir el puente llamado Antakarana es ahora un deber social, porque ese
puente que une la personalidad con el alma permite que una nueva luz entre y
pueda, de alguna forma, iluminar e inspirar las mentes y los corazones
humanos. La paz nunca vendrá por vía del intelecto. Hay que ir más
allá.
La energía sigue al pensamiento... pensemos en la Unidad
de la Vida. Sin ese pensamiento no podemos trabajar en el servicio que la
Jerarquía de Maestros nos pide y la emergencia planetaria requiere. Acuario nos
trae la energía de Síntesis. Tenemos vientos a favor.
Invoquemos la Gracia de sabernos Uno con todo lo creado.
Que la burbuja que nos hace creer que estamos separados se
rompa y podamos entrar en la Edad de la Luz que Acuario nos trae para que cada
uno de los seres humanos pueda realizar su humanidad a plenitud.
Con el amor del alma, Carmen Santiago
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