El 1 de abril, se produjo el Novilunio en Aries dando comienzo a un nuevo ciclo zodiacal solilunar.
En esta ocasión, se sitúa en el grado sabiano 12 de Aries, que
dicta así: «Un vuelo de gansos salvajes de forma triangular», cuya nota clave
es: «una confianza idealista en una imagen mental de orden universal».
Simbólicamente, a lo largo de los años, el triángulo ha representado el poder que se puede conseguir al lograr el equilibrio después de, por ejemplo, una decisión difícil.
En otra interpretación, la base de un triángulo puede verse
como una base sólida que permite lanzarse a una realidad superior.
Pero antes de seguir veamos el gráfico y dime que ves...
Sí, justamente un triángulo, la única figura que apreciamos en toda la carta.
Y se trata de un triángulo de aprendizaje, que une las
energías de Tauro, Acuario y Piscis.
Recordemos aquí que los triángulos tricolores son figuras de
aprendizaje con una especial capacidad de desarrollo. En el triángulo, los tres
colores indican la existencia de una dinámica en tres niveles, con un
«mecanismo de crisis» en tres fases: conflicto, reflexión y solución.
Pero el triángulo no es la única observación de la carta de
este Novilunio, tenemos dos más:
Por un lado, tenemos una conjunción del Sol, la Luna y
Mercurio en Aries creando un semisextil a Urano, una figura lineal que es
paralela al sextil del triángulo, que es la que marcará la dirección y el
significado del mismo.
Por el otro, la presencia de los cuatro elementos, la misma
que nos aporta una visión holística del momento en la que todos los tipos de
energía e inteligencia están activadas.
Ahora te toca mirar tu carta y situar en la misma este
triángulo. Ahí es dónde se desarrollarán los nuevos comienzos de Aries...
Dinos, ¿dónde lo tienes?
Pon especial atención a tu intuición, que puede llegar a
sorprenderte con nuevas ideas, inteligencia emocional y un sentido práctico
para llevarlas a cabo.
Concibe este Novilunio como una nueva oportunidad para
trabajar los doce arquetipos desde tu interior. Aprovecha también la promesa
implícita de este nuevo ciclo solilunar: el comienzo de una vibración más sutil
presente en nuestra esencia...
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