Durante demasiado tiempo, la humanidad ha existido en un estado de desconexión que, en última instancia, ha creado el estado de desequilibrio que ahora vemos en nosotros mismos y en nuestro mundo. A medida que nuestra conciencia se expande, nos hacemos más conscientes del desequilibrio y reconocemos que nuestro viaje de sanación y crecimiento exige que restablezcamos el equilibrio: el equilibrio entre nuestra cabeza y nuestro corazón, entre nuestro
cuerpo y nuestro espíritu, y entre nuestra vida interna y nuestra vida. vida externa. Cuando logramos el equilibrio, podemos reconectarnos y reunir todos los aspectos de nosotros mismos y fusionarnos para volvernos uno con la naturaleza, nuestra verdadera naturaleza nuevamente.Mientras nos encontramos en el umbral
entre el final de una era y el nacimiento de la siguiente, puede ser difícil
dejar de lado todo lo que hemos conocido, todo lo que se ha vuelto cómodo y
familiar. Puede sentirse como si todo lo que tenemos y todo lo que hemos creado
estuviera siendo amenazado. Cuando nos sentimos amenazados, tendemos a
aferrarnos desesperadamente a lo que tenemos y a lo que sabemos en un intento
de sentirnos seguros y protegidos. El cambio puede sentirse como una amenaza,
especialmente cuando no sabemos lo que viene a continuación, pero también puede
ser emocionante, estimulante y energizante. Todo depende de cómo elijamos verlo
y experimentarlo.
Se te muestra una y otra vez lo que
ya no funciona, lo que ya no es relevante y lo que debes cambiar para que la
vida prospere. A medida que llega al final de otra semana energéticamente
intensa, lo que es viejo, estancado y difícil de liberar está saliendo a la
superficie. Las energías están agitando tu conciencia empujándote a ver lo que
se debe ver y para que ocurra el cambio. Esto puede ser algo frustrante, ya que
se confronta y revisa lo que es viejo. Sin embargo, es importante que recuerdes
que este es un momento de dejar ir, de crear un espacio donde pueda surgir lo
nuevo para que surjan oportunidades y donde se actualice el potencial. Permite
que cualquier resistencia restante al cambio desaparezca.
Para algunos, soltar y rendirse puede
ser tan fácil como exhalar. Para otros que están más apegados y continúan
resistiéndose al cambio, será frustrante, confuso y caótico. Tómate un tiempo
este fin de semana para reflexionar sobre dónde te resistes al cambio, dónde es
difícil rendirte y dónde aún puedes estar apegado al guión de cómo debería ser tu
vida.
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