Inseguridad.
No es divertida. Y hasta los más empoderados y
seguros de sí mismos entre nosotros se enfrentan a la inseguridad de vez en
cuando. Es así de escurridiza… La inseguridad es una forma más sutil de miedo,
y a menudo operamos desde la inseguridad sin darnos cuenta de ello.
Mientras que el miedo es una incertidumbre sobre lo que podría suceder como resultado de una amenaza percibida, la inseguridad es una incertidumbre que tenemos sobre nosotros mismos; una falta de seguridad sobre nuestro valor, nuestras habilidades o nuestra capacidad para enfrentar ciertos desafíos.
La inseguridad presentarse como cualquiera de los
siguientes:
Ansiedad
Miedo al abandono o al rechazo
Síndrome del impostor
Autosuficiencia extrema
Supresión de emociones
Incapacidad para expresar enojo
Autocrítica severa
Perfeccionismo
Comparación con otros
¿Alguna vez has “dejado pasar” asuntos que
probablemente no debiste en relaciones o en tu lugar de trabajo? Y si tuviera
que adivinar, no lo mencionaste porque sentías que el riesgo de un resultado
negativo era demasiado alto. Nos merecemos abogar por nosotros mismos.
Merecemos expresar nuestros deseos, fijar límites y crear una vida que nos
favorezca. Y, sin embargo, muchos de nosotros estamos más inclinados a abogar
en nombre de los demás.
¿Te suena familiar? “Postergo las
confrontaciones y conversaciones incómodas. Me doy una fecha límite. Y luego
cambio esa fecha límite cuando se presenta la que había fijado anteriormente”.
¿Te sientes identificado? Tal vez le hayas dicho
esto a un amigo mientras tratabas de resolver cómo abordar una situación
estresante.
La inseguridad es la culpable, y aunque esa frase
puede parecer suficientemente inocua, con el tiempo esa respuesta puede llegar
a ser increíblemente perjudicial. Lo que puede parecer una omisión menor en una
oportunidad puede convertirse en un punto ciego enorme y un estancamiento a
largo plazo. También es importante saber que hay muchos tipos diferentes de
inseguridad, y comprender cómo y cuándo puede surgir en ti te ayudará a
enfrentarla y desmantelarla mejor.
Los psicólogos han identificado que las
inseguridades se dividen en seis categorías:
Física
Emocional
Social
Financiera
Intelectual
Relacional
Curiosamente, a pesar de ser algo que puede
filtrarse en cualquier lugar, la inseguridad se hace, no nace. Sin dudas tiene
un componente psicológico, pero por lo general surge de una fuente externa al
principio de nuestra vida: un mensaje, un patrón de pensamiento, una creencia
que adoptamos como resultado de una persona o situación. Comprender esto puede
ayudarnos a detenerlo en seco en el momento en que reconocemos que está
sucediendo.
Antes de continuar, lo diré aquí: si bien la fuente
puede parecer externa, este es un trabajo puramente interno. Si crees
constantemente que te sentirás seguro una vez que logres algo o te veas de
cierta manera, estoy aquí para reventar tu burbuja.
Los kabbalistas enseñan que lo que vemos en el
exterior, en el mundo material, es apenas el 1 % de toda nuestra experiencia.
Ni siquiera una parte del panorama completo. El otro 99 % reside en los reinos
invisibles: nuestra experiencia interior, nuestra conciencia, creencias,
emociones y perspectivas. Los cambios realizados en el plano del 99 % son los
que crean cambios en el mundo físico del 1 %. Cuando estamos demasiado
concentrados en el exterior, es cuando nos quedamos estancados, congelados en
un bucle de pensamientos y creencias inseguras. ¿Quieres un ejemplo de lo
poderosa que es la experiencia del 99 %?
Esa cita que compartí arriba sobre posponer
conversaciones incómodas proviene nada menos que de Oprah Winfrey en una
entrevista que hizo con Fast Company en 2015. Podría decirse
que es una de las mujeres más exitosas de la historia, ¡su mundo exterior sería
todo lo que la mayoría de la gente cree que necesita para no volver a sentirse
insegura! Y, sin embargo, no es inmune a la inseguridad. Aunque ella no permite
que la inseguridad la controle, y en la entrevista, describió las dos preguntas
que se hace cuando surgen esos sentimientos de inseguridad. No son muy
diferentes a las muchas herramientas que ofrezco para erradicar el miedo de
nuestras experiencias cotidianas y se pueden usar siempre que sientas las frías
garras de la inseguridad:
1. ¿Qué es lo peor que puede pasar aquí?
Cuando te sientas inseguro o ansioso por una
situación, haz una pausa por un momento y pregúntate: “¿Qué es lo peor que
puede pasar aquí?”. Al hacer esto, estás saliendo de la respuesta emocional
inmediata y cultivando el pensamiento crítico sobre las consecuencias reales de
la situación. Con frecuencia, descubrirás que el peor resultado es muy poco
probable o algo que puedes manejar. Incluso esta comprensión puede minimizar
significativamente la intensidad de esos sentimientos de inseguridad. He aquí
una guía paso a paso para abordar esto:
Identifica el miedo: Define claramente lo que
te hace sentir inseguro. ¿Es el miedo al fracaso, la vergüenza o el miedo a
perder una relación importante? Ten muy claro lo que temes que suceda.
Imagina el peor resultado: Piensa en el peor
resultado que podría ocurrir de manera realista. ¡Sé específico en tu análisis
y de verdad trata de hacerlo tan terrible como puedas imaginar! Esto es
contradictorio porque una de las herramientas para detener el miedo en seco es dejar el
catastrofismo. Pero he aquí la diferencia: si tienes pensamientos catastróficos
consciente e intencionadamente, deberías darte cuenta cuán absurdo e improbable
es ese resultado. Si esta herramienta no funciona para ti, prueba lo contrario.
En su lugar, visualiza el mejor resultado posible.
Planifica para lo peor: Incluso si crees que
es poco probable, aún puedes planificar con anticipación. ¿Cuáles son las cosas
que podrías hacer para manejar el peor resultado?
Recuerda, te recuperarás: Las cosas rara vez
son tan terribles como imaginamos que serán. Winston Churchill lo expresó
elocuentemente: “El éxito no es definitivo, el fracaso no es fatal. Lo que
cuenta es la valentía para continuar”.
2. ¿Por qué le tengo miedo a esta experiencia?
Esta pregunta subsiguiente sirve para llegar a la
raíz de la inseguridad, que es el primer paso para erradicarla. Es una técnica
poderosa para confrontar y comprender por qué ciertas personas y situaciones
generan inseguridades. Debajo de la inseguridad hay una serie de patrones de
pensamiento negativos y creencias limitantes que es posible que haya que
examinar, y esta pregunta es el umbral a esa exploración.
¿Por qué temo tener una conversación difícil?
¿Por qué tengo miedo de hacer esta presentación?
¿Por qué tengo miedo de invitar a esta persona a
una cita?
¿Por qué me resisto a tomar medidas al respecto?
¿Por qué las fotos de la casa perfecta de ese
influencer me hacen sentir mal?
Este enfoque autorreflexivo también ayuda a
cultivar una mayor sensación de control sobre tus respuestas emocionales, la
clave para disminuir los poderes de tus inseguridades con el tiempo. Cuando
puedes hacer estas preguntas, estás invitando al pensamiento racional a la
ecuación, lo que también te ayuda a ver la situación desde un lugar intelectual
y sensato.
La inseguridad es algo a lo que todos nos
enfrentaremos —tú, yo, Oprah— pero entrenarte para verla como una oportunidad
en lugar de un defecto te ayudará a transformarla en crecimiento. Encontrarnos
cara a cara con nuestras inseguridades elimina su poder sobre nosotros, y
cuando podemos estar a la altura de las situaciones difíciles, estamos diciendo
sí a nuestra transformación. La mejor versión de nuestra vida requiere una
disposición a sentirnos incómodos, y ser capaces de confrontar y manejar las
voces de las inseguridades es parte del proceso. ¿De verdad la inseguridad
puede frenarnos hasta este punto? Desde luego que sí. Pero solo cuando lo permitimos.
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