Escanea el Horizonte

¿Por qué recibió Moisés la Biblia en el desierto? ¿Por qué no en la playa, o en un lago? ¿Qué tiene el desierto para nosotros? La respuesta es: nada. Y esa es precisamente la clave.
Si piensas en un desierto, nada se enraíza, nada crece. Imagina una planta rodadora que pasa por allí. Lo que quiero decir no es que debas tratar la vida como si sólo pasaras por ella, sino más bien que dejes que tu dolor y tus heridas pasen por ella.
Una persona verdaderamente espiritual es alguien que sabe que es la causa y no el efecto. En términos prácticos, esto significa que nadie es capaz de hacerte nada, pues sólo tú creas tu realidad a partir de tus palabras y tus acciones, ya sean de esta vida o de una anterior.
Por mucho que nos esforcemos por compartir, ser espirituales y seres humanos conscientes, la inhabilidad de perdonar a los demás es una negación completa de las leyes del universo.
Cuando te aferras al enojo, el resentimiento y la culpabilidad, estás pasando por alto una importante lección; la esencia del perdón se haya en entender que en realidad no hay nada que perdonar. Nadie te ha herido, nadie puede nunca hacerte daño.
Todo lo negativo que está presente en un tu vida es un efecto de una semilla negativa que plantaste hace mucho tiempo. La única forma de eliminar esas semillas antes de que se enraícen es dejar ir y confiar en la Luz.
¿Te acuerdas de la Luz?
Esto no significa que debas tumbarte y permitir que te pisen, te utilicen y te lancen a la basura. Al contrario, cuando pones Luz en tus acciones, te volverás muy efectivo.
Pero suelta el pasado. Suelta los resentimientos. Si estás estancado en lo que te ha ocurrido, te vuelves rencoroso, infeliz y pesimista. Piensa en las personas felices y sanas que conoces. Lo más probable es que sean las que están enamoradas de la vida, porque saben cómo soltar el pasado, seguir avanzando y vivir en el momento.
Este mes te da la fuerza para convertirte en un desierto, para soltar todo el lastre del dolor que está intentando enraizarse en un entorno en el que no puede crecer.
Escanea el horizonte y mira las grandes bendiciones que están intentando llegar a ti. Suelta todos los sentimientos de hostilidad y los resentimientos que has estado alimentando hacia los demás; están bloqueando el camino.
Todo lo mejor,
Yehudá

Namaskar
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