Centro Holística Hayden

Escuela de Autoconocimiento personal y espiritual

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7 de mayo de 2011

Aries y el inicio del año védico

K. Parvathi Kumar

“Que el poder de Marte nos conduzca a desterrar al ejército del ego interior (el deseo, el enfado, el espejismo, la aversión, los celos, el orgullo

y el prejuicio). Necesitan ser vencidos por el ejército del alma, es decir, la buena voluntad, el amor en acción y el uso inteligente de to dos los recursos en benefi cio de los demás.” KPK

Saludos fraternales del corazón y buenos deseos para todos los hermanos y las hermanas. El día del Equinoccio de Primavera-Otoño es el día más importante del año. Según la tradición védica, es el día en que comienza el año, al entrar el sol en el signo de Aries. El sol es el Señor del sistema solar y el momento en que el sol ingresa en los doce signos solares es de gran importancia para todos

aquellos que desean transitar el sendero de la Conciencia.

Ambos sistemas prevalecen en la India desde la antigüedad: el sistema basado en la luna para todas las acciones de la personalidad y el sistema basado en el sol para toda actividad espiritual, que denominamos “actividad de la conciencia”. En relación con la vida de cada individuo, es la personalidad la que rige la conciencia, pero la Conciencia única que prevalece sobre todos es aquella representada por la Conciencia solar, también llamada Conciencia de Atman o el Ser.

A lo largo del tiempo, aquello relacionado con el ser y la conciencia queda relegado al trasfondo y se realza y prioriza todo lo vinculado con la personalidad. Es por esto que hoy mucha gente que no sabe que éste es el verdadero ugadi [yuga (era) + adi (inicio)], el ugadi para el alma; el otro ugadi está más relacionado con la personalidad. Estamos más orientados hacia la personalidad, y es por eso que atendemos más a los festivales de la personalidad que a los festivales basados en la Conciencia Solar.

Pero los Maestros de Sabiduría desean introducir nuevamente lo relacionado con la conciencia del alma para elevar nuestra existencia al nivel del ella y no degradarnos al quedar sólo en el plano de la personalidad. La personalidad es tan sólo un medio que nos permite conducir nuestras vidas desde el mandato del alma. El alma desciende cada vez en el momento de nacer, y de arrolla su personalidad mediante la tradición y las costumbres sociales, y en función del propósito que tiene al encarnar, así como un hombre prepara su vehículo antes de partir a un largo viaje.

La personalidad es el vehículo para el alma, y cada persona debe preparar su personalidad desde que nace hasta los 21 o 28 años de edad. Y se supone que el alma debe usar este vehículo para transitar su viaje, que no es el viaje de la personalidad sino el del alma. Mayormente se ha olvidado que somos el alma, que vinimos a realizar el propósito del alma, y nos contentamos atendiendo a los requerimientos de la personalidad.

Los requerimientos de la personalidad son:

© contar con buena salud,

© una buena situación económica,

© tratar de casarse en el momento adecuado,

© conseguir un empleo,

© tener hijos, criarlos.

Todo esto es actividad de la personalidad, común a todos. Hay algo más que esto y es el propósito del alma, que no llega a realizarse hasta el momento de cada muerte y, por lo tanto, el alma decide retornar para hacer lo que debe hacerse.

Entonces, para nosotros, el equinoccio vernal es mucho más importante que el Navaratri [nava (nueve) + ratri (noche), festival hindú de adoración] –el Sharad Navaratri, Vasant Navaratri–, que representan el aspecto solar y duran nueve días. Así debe entenderse. Lo mismo sucede con otras fechas en las que se celebran festivales, pero que no son tan importantes como los solsticios y los equinoccios. Así, el 22 de diciembre es de mayor importancia que otras celebraciones tradicionales, como la del festival del maíz, cuando se festeja traída de la cosecha al hogar.

Por lo tanto, es la intención del Maestro CVV que todos nos reunamos en torno a estos cuatro puntos cardinales, que se llaman así porque ocurren en intervalos de 90 a 92 días. Existe una preparación a realizarse entre un equinoccio y un solsticio, para experimentar el solsticio. Igualmente entre el solsticio y el equinoccio para experimentar el equinoccio. Por eso aquellos que se han preparado bien entre el 22 de diciembre y hoy tienen una base distinta para vivir la experiencia que aquellos que llegan hoy sin preparación, y sienten emocionalmente su participación en el equinoccio. Esto no sirve. Es como preparase para un examen en el último momento. Noventa días de preparación y dos o tres días de iniciación es lo que establece la meditación ocultista dada por el Maestro CVV. Contando desde el 22 de diciembre (solsticio de invierno), es más o menos ahora el momento de iniciación para aquellos que han trabajado conscientemente el ascenso del sol, para tratar de elevarse a círculos superiores. Para ellos concluye un círculo y comienza otro, y así el cierre de este círculo les permite pasar a regiones superiores. Este pasaje es conocido como la función védica de Passover [pasar por encima], preservado por la traición judaica [Pesah]. La tradición cristiana lo ha adoptado sin siquiera conocer su importancia astrológica. Passover o Pascua significa “pasar a regiones superiores”. Todos los grandes seres que han descendido para iniciar a la humanidad, han ascendido entre el 21 de marzo y el mes de junio. Es así que el Maestro CVV falleció el 12 de mayo; Madame Blavatsky, el 8 de mayo; Jesucristo, la tercer semana de abril (que llamamos Viernes Santo), antes de Pascua; Moisés falleció en el mes de mayo, igual que Shankaracharya. Ellos se han elevado a círculos superiores.

Para ellos ha sido posible este pasaje pues trabajaron bien respecto de la luz del alma y su ingreso al espíritu.

Hay tres pasos: el primero es superar la conciencia del cuerpo y construir una buena personalidad, para poder realizar lo que debe ser realizado para la sociedad. Sin una buena personalidad no es mucho lo que puede ofrecerse a la vida circundante. Construir esta personalidad es construir el templo. Una vez construido el templo, el alma puede vivir allí cómodamente. Cuando el templo es la personalidad, el alma que lo habita es la imagen de Dios.

Dios es el espíritu y la imagen de Dios es el alma, que tiene una personalidad a través de la cual se cumple el servicio del templo.[Desarrollar] la habilidad de trabajar para toda la humanidad, esto es importante. Cada persona puede ser un templo. Se llama “templo” porque el objeto es el de servir la vida circundante.

Ha sido así con los templos e iglesias, que se proponen servir a la sociedad con educación, cultura, actividades para inspirar a las almas. Así se lleva a cabo el trabajo de un templo. Cada ser humano debe construir una personalidad adecuada para servir a amplios sectores de la sociedad, incluyendo seres humanos, plantas y animales, y también los cinco elementos. El trabajo es el de contribuir a través de la personalidad con un trabajo de buena voluntad. De este modo, se produce un mayor descenso de energía hacia el alma, y luego la imagen de Dios, que es el alma, transmite más y más a la vida circundante. Algunos templos son más activos que otros, algunos templos en la ciudad son más serviciales que otros. Así es también con los templos humanos.

¿Qué es lo que cada alma encarnada ha hecho para la vida que lo rodea? Esta es la medida más importante, es la única medida que cuenta al momento del Juicio. ¿Qué has hecho? Qué has sabido no es tan importante, ni cuánta riqueza has conseguido, o cuánto poder has acumulado. Si has tenido buena salud a lo largo de tu vida no es importante. Qué has hecho es lo importante.

Esta pregunta debe tener una respuesta. Pero las respuestas no ayudan. El que más hace es el que menos habla, y mantiene la cabeza inclinada. Es el más silencioso porque es quien ha hecho mucho y sabe que los seres de los círculos superiores saben lo que está sucediendo; no le importa si las personas mundanas lo saben o no. No le interesa el reconocimiento del mundo. Sólo le interesa la aprobación de los círculos superiores por la calidad del buen trabajo realizado. Entonces, la respuesta a esta pregunta es el silencio. El silencio puede ser la respuesta de quien no hizo nada, y es también la respuesta de quien ha hecho lo máximo.

Sólo hablan quienes están entre estos dos extremos.

El día del Juicio hay un pasaje [passover], cuando nos movemos de un círculo a otro más elevado. Para algunos es desde el alma al espíritu, para otros, de la personalidad al alma; esto es también un paso. Para aún otros, es desde la consciencia del cuerpo a la construcción de una buena personalidad. Entonces, hay tres niveles.

Sólo se piensa en el cuerpo y su comodidad, su salud y sus problemas... Muchas personas cuando se reúnen hoy en día sólo hablan sobre sus problemas de salud. La enfermedad es algo tan común para el cuerpo. En las condiciones actuales nadie puede pretender gozar de una salud perfecta. Alcanza con tener un cuerpo funcional. No se preocupen tanto de su cuerpo, hagan lo que debe hacerse. Lo mismo con la economía, las decisiones globales. ¿Qué sucede a nuestro alrededor? Nunca hay satisfacción con respecto a la economía, ni para los ricos ni para los pobres, porque cada uno tiene sus propios problemas en su nivel.

Sólo debes preocuparte por preservar tu existencia en el cuerpo.

A muchos este equinoccio puede ayudarlos a realizar un paso de ascenso, para pasar a construir la personalidad como uno haría con un templo. Construir el templo significa primero preparar los ladrillos para el templo. La preparación del ladrillo representa la configuración adecuada de las propias habilidades.

Cada persona posee una variedad de habilidades. Desarrollamos tantas habilidades en nuestra exposición a la vida, nuestra educación y mediante otras experiencias. Todas estas habilidades deben cortarse en ángulos rectos, y manifestarse en las proporciones adecuadas. La gente no emplea proporciones adecuadas en el habla, ni en el pensamiento o la acción. Estos son los tres ladrillos esenciales: en el plano del pensamiento, en el plano vocal y en el plano de la acción. Debemos construir estos ladrillos. La construcción de los ladrillos es muy importante, pues a menos que hayamos formado los ladrillos de cada una de nuestras actividades no podremos construir un templo, porque los ladrillos son su propia constitución. Entonces, podemos usar nuestra habilidad para servir en una variedad de formas, con estas tres dimensiones que vemos en el ladrillo –el alto, el ancho y la profundidad que representan las tres dimensiones que debemos mantener en proporción adecuada respecto de cada actividad que realicemos: el pensamiento, el habla y la acción. Hasta tanto no hayamos construido los ladrillos, no podremos construir ninguna casa ni templo. Construye ladrillo por ladrillo, y construye tantos como puedas, y luego podrás construir un templo.

Entonces, una buena personalidad es el requerimiento básico del que habla toda religión. No importa cuál sea tu religión, todas establecen ciertos valores básicos mediante los cuales cada persona puede tener una buena personalidad. Una vez que logras una buena personalidad, el alma puede funcionar cómodamente a través de ella para hacer algo que sea de utilidad para el mundo circundante. Sin una personalidad bien constituida, no se puede realmente servir. Se pueden tener grandes intenciones de servicio pero no se cuenta con los implementos adecuados. Muchos tienen gran inspiración para el servicio pero no han construido una personalidad adecuada para servir. Cada uno debe reunir habilidades adecuadas para servir a la sociedad. No es gran cosa el ocuparse diariamente de comer, vestirse y luego volver a dormir.

Lo que es importante es desarrollar habilidades y ponerlas en práctica regularmente para servir a los alrededores. Este es, entonces, el primer paso: construir una buena personalidad, es decir, construir el templo. Una vez construido el templo, pensamos en la celebración, ¿no es así? La celebración de una imagen de Dios, sin importar cuán pequeño sea el templo. Es un gran acontecimiento que un alma pueda instalarse cómodamente en un templo y desde allí conducir su servicio.

Pero al haber construido una buena personalidad, lo que suele suceder es que la misma sociedad te expulsa del principal propósito de tu vida. Es allí donde se produce la crisis entre bondad y grandeza. Cuando la gente comienza a reconocerte, sientes que te ven con gran respeto, y te sientes más y más atraído hacia la grandeza, el nombre, la fama, el dinero, la publicidad. Todas estas cosas te alejan lentamente del mismo propósito por el cual has construido esta personalidad. Esto es lo que le sucede a muchos, que se distancian del cumplimiento del programa del alma.

Se centran en ser una gran personalidad, y se involucran más con la difusión de su imagen y la búsqueda de poder, relegando el aspecto divino de su ser. Entonces, construir la personalidad es el primer paso, y el segundo es asegurar que esa personalidad se ponga al servicio del alma. Así como cuando tratas de domar a tu caballo, y le das buena comida y cuidados, pero se hace tan fuerte que luego es él quien decide cómo debes moverte. Esto no puede suceder. Entonces, allí comienza el trabajo desde la personalidad para el alma.

Muchos hindúes creen que pueden alcanzar el espíritu directamente.

No construyen la personalidad, no buscan canalizar el propósito del alma, sino que aspiran directamente a hacerse uno con el espíritu. E inevitablemente sobreviene la desilusión, la decepción, la depresión y el descreimiento. Piensan que esto es inalcanzable y es tan sólo un pasatiempo para las personas que de otro modo no tienen con qué llenar sus vidas. Debido a su fracaso terminan por escaparse y distorsionan la lectura de la situación.

Pero desde un enfoque sistematizado, lo importante es construir una buena personalidad a partir de la infancia y, una vez que hayas completado tu educación y constituido una familia, gradualmente construyes habilidades para servir a la sociedad en forma efectiva. Y luego trabajas con los rituales para que el alma se torne vibrante y funcione a través de la personalidad.

Para quienes funcionan vigorosamente como almas en la personalidad, el siguiente paso es unirse al espíritu. A esto se le llama encontrarse con el Padre.

Por eso, cuando Jesús decidió tomar la crucifixión, dijo a sus discípulos en el día de la última cena: “Ahora me elevaré e iré hacia mi Padre en los cielos”. Ha decidido unirse al espíritu porque ha cumplido su misión como alma, a través de la personalidad.

Por eso dijo: “Puedo destruir este templo y reconstruirlo en tres días”. Así dijo. El templo al que se refirió era el templo de la personalidad. La gente pensó que destruiría el templo de Jerusalén, pero no es así. Fue crucificado un viernes y el domingo reapareció. Hubo tres fases lunares en aquellos dos días. En tres fases lunares retornó y se apareció ante sus discípulos. Es así que, una vez que ha alcanzado el alma, puede construir su personalidad en cualquier momento. Esto es posible para todos aquellos que han conquistado la habilidad de renunciar a la personalidad. Han alcanzado el espíritu, y desde allí pueden volver como alma, y construir una persona.

El equinoccio de primavera-otoño es el día con más potencial del año. El signo solar de Aries contiene el potencial de todo el año.

Lo que está en la frente está en todo el cuerpo. Por eso decimos que aquello que está escrito en tu frente es aquello en lo que devendrá tu vida. “Lo que está escrito” significa lo que está potencialmente presentado. Todos los signos solares están de alguna manera en la frente, aunque en forma detallada estén en todo el cuerpo. Aries contiene todos los secretos del año solar.

Por eso creemos que lo que sucede en ese día es una muestra de lo que será el año entrante. Así que ese día tratamos de obrar bien, con la expectativa de que todo el año sea bueno.

Lo que quiero decir es que el equinoccio es sumamente importante, lo mismo que el signo de Aries. En este festival estamos en el cenit de todo ciclo, en la altura de todo ciclo, que puede conducirnos a un ciclo más elevado. Podemos ver esto en el número ocho, en su forma: allí donde termina un círculo es donde comienza otro superior. Por eso el ocho es un número tan importante: promete el acceso a un círculo superior en la vida, siempre y cuando hayamos concluido bien el presente círculo.

Toda finalización es para un nuevo comienzo, para recomenzar en el mismo círculo o para iniciar el camino en un círculo superior.

Así es que al iniciar el siguiente ciclo tenemos dos posibilidades: volver a transitar el mismo círculo, o ingresar en un círculo superior. A este pasaje se lo denomina Festival de Passover [pasar por encima]. El ingreso en un círculo superior es para aquellos que funcionan como almas y que han logrado aquello que debe lograrse en la vida. Ellos lo anuncian y avanzan hacia círculos superiores. El Maestro CVV lo anunció y partió. Lo mismo Jesús, Shankaracharya y también otros grandes seres que han partido entre los meses de marzo y junio (Sai Baba falleció el 7 de mayo 2011).

El punto tangencial donde se encuentran los dos círculos es el que forma el símbolo de Aries. Una mitad representa el círculo inferior, la otra mitad representa el círculo superior, y ambas se tocan en un punto tangencial. El símbolo girado, “acostado”, representa el ascenso de un círculo a otro superior. En la posición vertical, en forma de “V”, así como se representa el símbolo de Aries, tenemos el descenso de las dos energías dentro del presente ciclo.

Aquellos que están trabajando con el presente ciclo tienen una nueva oportunidad de que se produzca el encuentro de las energías solar y lunar en ellos. Tenemos en nosotros la energía Ida, que es la energía de la izquierda [lunar], y la energía Pingala, denominada energía de la derecha [solar]. Cuando se unen estas dos energías permiten la apertura del tercer ojo, que significa experimentar el alma.

Recibes la sabiduría de tus maestros y tratas de aplicarla en tu vida diaria, lo que constituye una tarea difícil. El mundo es el campo donde debemos actuar, el laboratorio. Pero mantenemos separados estos aspectos. La sabiduría es la sabiduría, la vida mundana es la vida mundana. No permitimos su encuentro, no producimos la síntesis entre ambas. Cuando logras esta síntesis, obtienes la visión. Esta visión se relaciona con el tercer ojo. Cuando las energías solar y lunar se encuentran en ti, se activa en tu cuerpo el punto de nacimiento de Indra, ubicado en la zona del entrecejo. Con esta visión continúas trabajando mejor para los ciclos venideros. Así es que aún aquellos que continúan en el presente ciclo su trabajo a nivel del cuerpo, pueden obtener una mejor programación [en este momento astrológico] y prever qué es lo que deben hacer respecto la actividad del cuerpo para el año entrante. Y también [pueden beneficiarse] aquellos involucrados con la vida de la personalidad, es decir, que tratan de construir su personalidad con más habilidades y agudizando su inteligencia. A menos que las herramientas estén afinadas no podemos trabajar verdaderamente. Decimos que es el proceso de afinar las herramientas masónicas. Puedes, entonces, afinar tus herramientas y prepararte para el año entrante. Así, puedes diseñar un programa para la personalidad y también puedes diseñar un programa para el alma. Puedes programar los tres aspectos de tu vida para el año que se inicia. Éste es un aspecto muy importante del equinoccio.

Cada vez que vas a dar un paso adelante, tú mismo eres una obstrucción para dar el siguiente paso. Cada uno es la obstrucción para sí mismo; no hay otra obstrucción. El ser inferior impide que el ser superior ascienda al ciclo más elevado. Así dice Krishna en el capítulo VI del Bhagavad-Gita: “Es sólo Atman que es un enemigo de Atman en ti”. El Atman que puede ser amigable con tu Atman. El Buddhi sugiere muchas cosas buenas pero nuestra naturaleza formadora de hábitos les echa agua fría. Es así que posponemos muchas cosas buenas que pensamos. No se trata de que no se nos ocurran cosas buenas, de hecho sí se nos ocurren cosas buenas, pero luego, lentamente, se enfrían, se marchitan, y quedan postergadas. Es así que el ser inferior, con su constitución más material, condiciona el movimiento hacia niveles más elevados: el cuerpo trata de condicionar el programa de la personalidad, y la personalidad condiciona el programa del alma.

El alma se ve condicionada por la personalidad y no puede alcanzar el espíritu. Es así que en cada etapa existe un umbral determinado por la parte inferior de tu ser, que es más densa, y lo material siempre divide y debilita el espíritu.

Aquí es importante estudiar la historia de Daksha. Daksha tenía un problema, era muy habilidoso. Daksha significa literalmente “destreza” (dexterity). Así es que el habilidoso se torna orgulloso, ¿no es así? Cuando tienes la habilidad para ser muy exitoso, las cosas se te suben a la cabeza. Te conviertes en una persona tozuda.

Para ver qué sucede con una persona obstinada debes leer la historia de Daksha.

Era tan capaz que hizo mucho para la cosmogénesis, la preparación de la creación, pero se volvió muy obstinado.



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