Leo es el símbolo de muchas naciones. El majestuoso Leo está siempre exhibido en las ciudades pero pocas veces se lo aprecia o se lo sigue. Los símbolos majestuosos en el cruce
de caminos, en puentes y en muchos otros lugares públicos importantes pasan inadvertidos y quedan descuidados. Se llenan de polvo y se contaminan, lo que constituye una presentación simbólica de la condición de la humanidad.
El próximo paso inmediato para la humanidad es trascender desde el plexo solar, ubicado debajo del diafragma, al corazón, que está por encima del diafragma. Durante miles de siglos no se ha podido dar este solo paso. La historia humana muestra este logro a nivel individual pero no a nivel grupal o de las organizaciones. Cada siglo es testigo de una docena de seres humanos que hacen el paso. Entre miles de millones de humanos una docena es una cantidad insignificante, pero así ha sido hasta ahora.
Los humanos saben lo que deben hacer, pero la predisposición para hacerlo es, en general, insuficiente. No hay falta de conocimiento. Hay incontables enseñanzas, maestros y escrituras que siguen informando. Esta información no se implementa en la vida cotidiana como para poder producir la transformación necesaria. La humanidad siempre sueña con una nueva era y una edad de oro. Esperan que los milagros caigan del cielo, que desciendan los mesías. Pero incluso cuando eso sucede, o los rechazan o lo usan para satisfacer sus propósitos personales.
La llave acertada para que apliquen los humanos no es la búsqueda, tanto en el plano mundano como en el supramundano. Pocos se dan cuenta de que buscar nos hace egocéntricos y egoístas. Lo que menos comprenden los buscadores de la verdad es que la liberación no sucede mientras buscan y buscan. La llave equivocada de la búsqueda debe ser reemplazada por la llave del ofrecimiento. Ofrecernos a nuestro entorno permite la trascendencia y la consecuente liberación. La búsqueda nos condiciona y nos apresa al punto de la sofocación. La planta se ofrece y se despliega en una hermosa flor. La Naturaleza muestra a diario muchos ejemplos de ofrecimiento. El hombre ciego no ve el mensaje, y continúa buscando y sufriendo. Muchos pretenden ser felices, pero lo que menos saben es que el ofrecimiento es lo que trae esta felicidad.
En tiempos recientes, Madame H. P. B., el Maestro C. V. V., Sri Aurobindo, el Maestro M. N. y el Maestro E. K. demostraron vidas leoninas. Nacieron en el mes de Leo y mostraron una manera de vivir leonina. A lo largo de los siglos hay muchos otros que se han ofrecido y han alcanzado la liberación.
Hay un antiguo dicho en Sánscrito que habla de esta llave: Tyagena Ekena Amruta Maanasamu, que significa que el ofrecimiento es la única manera de lograr la inmortalidad. Al mismo tiempo significa que buscar conduce a la muerte. Ofrece y sé un Rey. No busques, pues serás un mendigo.
El mensaje de Leo es el mensaje para todos los tiempos que vendrán, y es aplicable a todos los planos de existencia. Incluso los devas caen si buscan. Incluso el globo solar cae. El Sol brilla en el cielo con tanto resplandor porque se ofrece completamente. Él es el dador. Por esta razón se dice que Leo es la casa del Sol.
Sri. K parvathi Kumar
Namaskar
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