por Karen Berg
Esta semana me gustaría pensar en la
siguiente interrogante: ¿Quién está más cerca del Creador?
¿La persona que ha hecho todo en la vida de manera
correcta y siempre ha sido un niño o una niña buena? ¿O es la persona que ha
hecho cosas negativas, ha ido a los lugares más oscuros, pero al final dijo:
"No iré más a ese lugar, tomaré toda esa energía y la convertiré en algo
positivo"?
Desde una perspectiva kabbalística sabemos
que es la segunda persona porque no es importante que tan "buenos"
seamos (o pensemos que somos) sino más bien cuánta negatividad estamos
venciendo.
En la espiritualidad decimos que las
maldiciones son más importantes que las bendiciones porque sólo en las
maldiciones podemos encontrar la belleza de la existencia. Sólo en la oscuridad
podemos crecer para ser como la Luz. Ciertamente, aquéllos de nosotros que
hemos tenido que levantarnos en contra de las adversidades para ser quienes
somos ahora nos hemos hecho más fuertes debido a ello.
Muchas veces las personas dicen:
"¿Sabes? Tengo tantas cosas saliendo mal en mi vida". Es seguro que
muchos de nosotros atravesamos todo tipo de desafíos diferentes en esta vida.
La elección que tenemos es decidir cómo vamos a lidiar con estos desafíos. ¿Nos
daremos por vencidos y diremos: "Pobre de mí, soy una víctima, no puedo
hacer nada al respecto. Esta es mi vida, no tengo elección"? ¿O vamos a
levantarnos y a tomar el control de nuestras vidas?
En la actualidad incluso los científicos
están diciéndonos que todo existe sólo en la conciencia. Podemos superar casi
toda adversidad si decidimos con certeza que podemos hacerlo.
Por supuesto, hay cosas que no podemos hacer
sin importar cuanta certeza tengamos. Si decides saltar por la ventana desde el
décimo piso y tienes certeza en que no vas a morir, créeme, no funcionará. No
hay duda de ello.
Pero
esa no es la certeza de la que estoy hablando. Hablo de la certeza de que
cuando nos elevamos sobre las nubes, el sol está siempre brillando.
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