La
encarnación de almas es la representación teatral celestial del mes de Cáncer,
y la liberación de las almas de la forma de la encarnación es la obra de teatro
que se representa en el mes de Capricornio. Las Almas
entran en el cuerpo triple para dar plenitud a sus propósitos, y desencarnan
cuando los propósitos se han llevado a cabo. La vida del ser humano es tan
profunda, y la experiencia de la plenitud es tan vasta, que no podemos
experimentar la totalidad del universo en una vida. De ahí la oportunidad de la
reencarnación. Las almas reencarnan innumerables veces para experimentar
diferentes aspectos de la vida: físicos, emocionales, mentales y búddhicos. A
medida que el alma adquiere plenitud, avanza progresivamente. No adquirir plenitud
nos conduce a la encarnación. Los deseos no satisfechos, pensamientos no satisfechos,
ideologías no satisfechas traen a las almas a los cuerpos de carne y hueso para
que tengan más oportunidades de continuar el programa de realización.
Cáncer
ofrece la encarnación a tres niveles diferentes. El nacimiento del alma puede
darse en el cuerpo de carne y hueso. También puede darse en el cuerpo de luz
dorada. Finalmente, puede darse en el cuerpo de luz diamantina. En función de
la evolución del alma, uno recibe la correspondiente vestidura.
El
proceso inicial del discipulado es aceptar consciente y gozosamente la
disciplina relativa al renacimiento en el cuerpo de luz, e igualmente el
renacimiento en el cuerpo de luz diamantina. Un discípulo es aquel que ha
llegado a la plenitud de las experiencias mundanas y busca las experiencias
supramundanas. Igual que el joven ya no se siente atraído por los juegos del
parvulario, un alma que evoluciona cambia el énfasis de la realización mundana
a la realización supramundana. Sea un cuerpo de carne y hueso, un cuerpo de luz
dorada o un cuerpo de luz diamantina, sigue siendo un cuerpo. Ofrecer cuerpos a
las almas que encarnan es el trabajo de Cáncer. La Luna, Saturno y Urano son
las energías planetarias correspondientes que permiten la encarnación de los
respectivos cuerpos, según la aptitud del alma.
Los
aspirantes que moran en el cuerpo de carne y hueso necesitan emprender el
refinamiento del cuerpo de carne y hueso mediante el pensamiento, el habla y la
acción correctos, de manera que el cuerpo acentúe la luz escondida dentro de la
materia, igual que de la leche sale la mantequilla. Este trabajo puede llevarse
a cabo mediante pensamientos de buena voluntad, un habla amorosa y acciones de
sabiduría.
Para
consagrarnos de nuevo al programa, podemos realizar un nuevo comienzo cada año
en el mes de Cáncer. Júpiter en Cáncer ayuda como Gurú al verdadero aspirante.
Por
esta razón, la luna llena de Cáncer está dedicada al Maestro.
Sri.
K parvathi Kumar
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