Aclaración:
Se reemplaza la definición "alma"; Por la de "Conciencia".
FAMILIA
DE LOS MAESTROS
Actualmente existe en
el planeta Tierra una familia que nosotros llamamos la de los maestros. En su
seno residen, entre otros, los Maestros Ascendidos. El objetivo de la
existencia de estas almas es iniciar el movimiento. Cuando se encarnan y la
personalidad asegura la transparencia, se convierten en dirigentes, en
iniciadores de algún movimiento, ya sea en la luz o en las tinieblas.
¿Suscita eso alguna
reacción en ti? El juicio no existe en el más allá. Vuestra alma es libre en
todo momento. A través del filtro terrestre, podéis optar por el amor y la luz.
Tenéis igualmente la posibilidad de uniros al desamor y a la destrucción;
vuestra identidad se pondrá al servicio de vuestra elección. En ambos casos, os
continuara habitando la llama divina. La luz no desaparece extrañada por la
decisión porque como la Fuente, es incondicional. Os
acompañara hasta que
transforméis esa elección. Sois libres y en esta libertad consiste vuestra
iniciación. La vibración que lleva consigo las almas que eligen encarnarse en
el seno de esta familia es la de iniciar el movimiento. Ahora bien, en la
densidad de la encarnación tal vez el alma no deje de pedir “por favor,
permíteme iniciar el movimiento” y tope con la resistencia de la personalidad
hasta los cincuenta y cuatro años, y sea entonces cuando suelte uno amarras y
decida responder a la visión interior iniciando un movimiento; la forma que
adopte ese movimiento no tiene ninguna importancia. Todo ello esta exento de
juicio.
Para estas almas, una
de las pruebas de la encarnación es el ego y las distorsiones posibles de su
condición de maestros: la atracción por el poder, por la manipulación. Porque
el maestro es aquel que dirige, que transmite, que muestra el camino, que debe
iniciar el movimiento a partir del amor y sobre todo de la humildad.
El maestro no necesita
de ningún titulo porque sabe que lo es y por naturaleza, en todas las células
de su envoltura física es maestro no solo con respecto a su vida sino con
respecto a todo lo que toca, lo cual comporta una gran responsabilidad.
Algunos pueden vivirlo
como un peso, otros pueden rechazarlo, no respetar esa energía y distorsionarla
con sus actos. A estas almas, la encarnación les exige comprometerse. El alma
sabe a que familia pertenece, conoce su naturaleza y su identidad. Si la
personalidad decide errar, ¡el alma obligara al compromiso! La fuerza que la
anima en la encarnación puede hacerlo saltar todo por los aires, derrocar todas
las estructuras para favorecer el alineamiento total.
La fuerza del maestro
se expresa tanto en el hacer como en el no hacer. Si se mantiene en su centro,
si conserva la serenidad, su impacto es mucho mayor, ya que la fuerza
vibratoria que había en su alma es tal que bastaría con que pronunciara una
sola palabra en toda su vida, en el momento adecuado, para cumplir su misión.
Así es el maestro, el que inicia el camino.
LA
FAMILIA DE LOS SANADORES
Existe una gran e
importante familia que engloba a muchas almas. Cuenta con muchos núcleos y se
ha escindido para formar otras familias. Se trata de la familia de los
sanadores. Las almas que la componen transmiten el fluido de la sanación y la
prodigan de todas las manera posibles. Estas almas han recibido muchas
iniciaciones en sus manos, su corazón y su conciencia. La energía de la
sanación impregna todas sus células. NO deben buscarla en el vecino ni en
cualquier pócima mágica, pues vive en su interior. Algunas técnicas la
amplifican, y las iniciaciones recibidas aumentan la expansión y la transmisión
de ese fluido. Los miembros de esta familia no solo lo contienen sino que
también lo canalizan y lo esparcen. Este fluido es operativo aunque no hagan
nada; ahora bien, este don se intensifica cuando se es consciente de él. ¡Es
urgente, pues, que las almas que forman parte de esta familia abran los ojos a
esa realidad! En ocasiones, los sanadores que se acercan a nosotros con las
manos en los bolsillos obtienen respuestas algo irónicas a sus preguntas.
¡Menudos sanadores, con las manos en los bolsillos! ¡Que despilfarro!
Cuando estas almas
colocan descuidadamente la mano sobre un amigo o una planta, por ejemplo, el
fluido de la sanación circula y surte efecto. Ya podrían argüir todas las
razones del mundo para bloquearlo que, a pesar de todo, activarían la sanación.
Es muy fácil reconocer
a sus componentes, porque todos se resisten a la sanación. Corre por sus venas,
pero su mayor dificultad consiste en reconocerla; creen que deberían buscarla
en el exterior y les parece que el otro es mucho mejor sanador que ellos. Una
de las pruebas que acechan a las almas encarnadas de esta familia es el ego, el
ego inflado o desinflado del sanador. O se subestiman o se sobreestiman. El
fluido de la sanación es muy potente y esto puede constituir un riesgo. Gracias
a este fluido, sus almas vibran y son muy poderosas, y a la personalidad le
resulta fácil aprovecharse de ello. No obstante, no son victimas de nada ni de
nadie, pues esto forma parte de su aprendizaje en la encarnación. Estas almas
no solo sanan a los seres humanos, sino también a las plantas, los animales,
los objetos que suponéis inanimados. ¡Sanan todo lo que tocan! Son las
depositarias del fluido de la sanación.
Muchos sanadores
padecen enfermedades por el hecho de no reconocer este fluido. ¡En casa del
herrero, cuchara de palo! Es necesario que estas almas reconozcan y asuman su
realidad, porque cuanto mas soslayen esta cuestión, mas enfermedades tenderán a
generar. Resistirse a este fluido provoca bloqueos que en la encarnación se
manifiestan en forma de desequilibrios físicos
¿Por
que es tan importante esta familia?
Se ve que muchas de
las chispas divinas que nacen de la Fuente y revisten la identidad del alma se
dirigen hacia la familia de los sanadores y que muchas almas de esta familia
han elegido encarnarse en este nuevo milenio. ¿Por qué motivo? Fácil de
adivinar, ¿verdad? ¿No será que el planeta necesita ayuda?
LA
FAMILIA DE LOS GUERREROS SANADORES
Estas almas, como
todas las demás, han nacido de la Fuente. Escogieron la familia de los
sanadores y , cuando se produjo una escisión en el seno de esta familia, su
identidad se sintió intensamente llamada a reagruparse con otras almas para
crear una familia responsable de la protección del fluido de la sanación del
universo de las almas y en el resto de los universos planetarios. Se
convirtieron así en guerreros sanadores y fortalecieron su identidad. Se
encargan, en cierta medida, del alineamiento de la sanación allí donde estén,
ya sea en el universo de las almas o en el de la Tierra, Mercurio o Arturo. Ahí
donde se encarnan alinean el fluido de la sanación, lo protegen y lo defienden
de cualquier ataque de energía incompatible. Actúan allí donde ese fluido no puede
penetrar. Tienen un gran sentido de la responsabilidad y es preciso que vayan
con cuidado porque suelen acumular mucho peso en sus hombros y pueden caer
fácilmente en la tentación de salvar a todo el mundo.
Esta es una de las pruebas de su encarnación.
Necesitan buenas bases y son capaces de materializarlas.
Utilizan símbolos específicos, anillos o collares con un significado
determinado, por ejemplo. Se rigen por un código común y les disgusta llevar
tatuajes. Son muy sólidas porque han recibido una iniciación de la familia de
los guerreros con la finalidad de reforzar su condición de guerreros, de
guerreros al servicio de la sanación.
Los guerreros sanadores son los protectores del fluido de
la sanación en el universo. Están presentes y actúan ahí donde se distorsiona
la utilización de este fluido, ya sea en el mas allá o en el mas acá. Estas
almas velan por que el fluido sea canalizado en su máxima pureza: la energía
del amor.
LA FAMILIA DE LOS CHAMANES
De la familia de los guerreros surge también la de los
chamanes, que está todavía en fase de evolución; no está estabilizada del todo
porque aún existe la posibilidad de una nueva división. Estas almas han decidió
entre otras cosas, acompañar al fluido del chamanismo en el planeta Tierra. Se
dedican continuamente a equilibrar los fluidos del planeta con los fluidos
interplanetarios. No se encarnan necesaria y exclusivamente en el pueblo
amerindio: el chaman puede ser ruso o yugoslavo o chino. En el más allá los
credos brillan por su ausencia. El chaman es la vibración propia del alma, y su
misión es ayudar a que el planeta y todos sus elementos sanen y alineen sus
vibraciones.
Estas almas son transmisoras del fluido de la
transformación. Son capaces de transformar la envoltura física, de trasmutar
los órganos internos y sus cristalizaciones o las plantas para extraer sus
propiedades, siempre al servicio del fluido de la sanación.
Como su familia de origen es la de los guerreros es
normal que incorporen este fluido y hagan uso de él para transformar y
transmutar la energía del planeta. Las almas de esta familia son numerosas y
pueden reconocerse y conversar telepáticamente entre si. Necesitan enraizarse
en lugares precisos para activar desde ahí, la sanación en el planeta Tierra.
Si supieran utilizar plenamente la identidad de su alma, prescindiendo de todo
juicio, podrían desplazarse a través del tiempo y el espacio con el cuerpo
físico. Podrían por ejemplo, materializarse en el desierto de Nevada para
reunirse con otros chamanes. Disponen de esta facultad de transformación y de
transmutación en la densidad para servir al fluido de sanación y al chamanismo.
Una de las dificultades con las que topan durante su
encarnación es la de quedar absorbidos por la experiencia física, abrumados por
su peso. No nos referimos físico sino a la opacidad personal. Corren el riesgo
de olvidar que arde en ellos el fuego de la transmutación, de olvidar quienes
son pasando por alto el fluido de sanación que las caracteriza, su naturaleza
guerrera y su capacidad de transformación. Estas almas se valen de rituales y
símbolos sin saberlo siquiera. Es urgente que sean conscientes de las señales
que pueblan su camino y que muestren más respeto por los elementos que les
rodean: el agua, la tierra, el fuego, el cielo, el aire, las nubes, etc.
El chaman debe trabajar con ayuda de su envoltura física.
Le es muy útil en su encarnación terrestre. Negarlo provocaría fugas de energía
vital: caída del cabello, uñas y dientes, problemas de piel. Estas almas
transmiten sin cesar el fluido de la sanación, están en transformación
constante y su cuerpo les sirve de canal, de herramienta.
LA FAMILIA DE LOS GUERREROS
Esta familia no es originaria de la de los sanadores. La
esencia propia del guerrero es proteger, aunque eso no quiere decir que el alma
se encarne con una armadura. Los guerreros son los protectores de la energía:
la energía luminosa o de la energía oscura. Para estas almas no existen las
medias tintas. Si así lo deciden protegerán la vibración de la luz, la
vibración del alma. Quizá notéis que, en el curso de su encarnación y de su
aprendizaje terrestre, tienden a ejercer el rol de salvadores. Ahora bien,
cuando el alma del guerrero se reconoce mas allá de la tercera dimensión, actúa
sin pretender salvar el mundo entero.
Estas almas necesitan encarnarse, en el plano terrestre o
en otros. Se sienten impulsadas a sembrar la compasión a través de la densidad
del planeta escogido. La misión de esta familia consiste en defender, trabajar,
actuar para frenar la oscuridad y proteger el universo de las almas. Esta
acción es magnifica, de una entrega y un amor total y enraizado. Muchas de las
almas de esta familia, olvidando su origen celeste, se convierten en
“guardaespaldas”, llevan armas y se pierden en la segunda dimensión.
Es fácil distinguir a los guerreros porque no son muy
sociables. Acostumbran a ser más bien huraños y a encerrarse en su coraza, pero
siempre están dispuestos a defender o a salvar. Encontrareis a muchas almas de
esta familia practicando artes marciales, porque estas artes están basadas en
la energía guerrera característica de su familia. No obstante, tienen un gran
corazón. Por eso, para los miembros de esta familia, la encarnación es un
periodo delicado y una gran prueba. Aunque percibáis que a la personalidad de
estos le ha faltado tiempo para acorazarse, rebosan amor. Deben aprender a
conservar esta energía de amor aunque sean guerreros, defensores, protectores,
guardianes del umbral.
LA FAMILIA DE LAS HADAS ALQUIMISTAS
En el universo de las almas existe una familia especial:
la de las hadas alquimistas. Estas almas se encarnan en el planeta Tierra para
espiritualizar la materia. Algunas de ellas están muy cerca de los Ángeles
porque, aunque pertenezcan al núcleo de su familia, no son muy densas. Al contrario,
son bastante ligeras y se pasan la vida revoloteando como las mariposas. Les
cuesta mucho integrar su envoltura física y suelen resistirse a la encarnación.
En el ámbito de la experiencia física gozan del don de
desmaterializar todo lo que tocan. Podrían atravesar las paredes con la
envoltura física lo cual explica sus problemas con las llaves o los picaportes
de las puertas, ya que olvidan que no las necesitan. Espiritualizan todo lo que
tocan y elevan automáticamente su vibración. Ante una densidad, actúan mediante
la difusión de ondas que emanan de su cuerpo, y esto nada mas encarnarse, desde
la mas temprana infancia.
Estas almas dan la impresión de estar en la luna, como
ausentes, igual que la imagen que tenemos de las hadas. Han elegido encarnarse
no porque les guste la densidad, en absoluto. Han venido porque su presencia
contribuye a transmutar la materia. Podríamos decir que son auténticos
transformadores vivientes. Su capacidad de volatilizar cantidad de cosas sin
siquiera darse cuenta de ello hace que tengan la sensación de perderlo todo.
Estamos bromeando, pero este ejemplo, aunque exagerado, se aproxima bastante a
su realidad. Les parece estar arraigadas cuando, de hecho, están volando y les
cuesta delimitar lo que va arriba y lo que va abajo. Su principal dificultad,
al encarnarse, reside precisamente en eso, en encarnarse. Si consiguen
conocerse mejor y saber quienes son, pueden aplicar su poder y utilizarlo en la
sanación, en la comunicación, en todos los oficios y profesiones del mundo.
Pueden transmutar todo lo que esta a su alrededor, lo cual significa enfocarse
en un estado vibratorio y activarlo de tal manera que pierda su identidad para
fundirse con el principio divino. El amor es la clave definida de la
transmutación
¿Por qué motivo están presenten aquí estas almas en esta
cambio de milenio? Porque son las encargadas de transmitirnos la siguiente
enseñanza telepática verbal y oralmente: “¡Despertad, queridas almas, pues
podéis espiritualizar la materia¡”
Esta es la razón de su existencia y esta es su identidad
real.
LA FAMILIA DE LA COMUNICACIÓN
Estos mensajeros se dedican a comunicar y a transmitir el
amor de muy diversas formas: mediante el arte, la canción, la literatura, el
teatro…Hay muchos en este momento en el globo terráqueo. Los hallareis en
cualquier ámbito o profesión, como escritores, poetas, periodistas, músicos,
etc. Estas almas se distinguen entre otras cosas, por el hecho de no estar
atadas a lo físico. Esto no significa que algunas de ellas no se sientan atraídas
por los bienes materiales; ahora bien, la mayoría tienen un solo objetivo:
comunicar, hacer que el mensaje sea accesible como sea: a través del canto, el
baile, la escritura, el arte. Todo sirve para comunicar.
Esas almas no destacan por su enraizamiento, por ello
pueden introducirse con facilidad en el mundo de las drogas. Su ligereza no las
ayuda precisamente a encarnarse. Para ellas, lo físico no tiene ninguna
importancia, comparado con el arte de la comunicación y la expresión artística.
Por eso, en el seno de esta familia, hay muchos artistas que, en el periplo de
la encarnación y la personalidad, olvidan que, por encima de todo, son
comunicadores y no necesariamente de la forma que impone la sociedad.
LA FAMILIA DE LOS ENSEÑANTES
Estas almas enseñan todo lo que puede enseñarse, toda
suerte de conocimientos y experiencias. Enseñan el amor, la luz, la perdida de
las ilusiones, la escucha, lo importante que es vivir el ahora… Esta familia
consta de dos núcleos, dos filtros, un equilibrio y dos franjas periféricas;
sin embargo, es estable. A la larga es posible que se escinda y se creen dos
familias igualmente estables. Algunas almas decidirán experimentar esta
división para ejercer una acción mas precisa y directa.
Las almas de esta familia poseen y transmiten el fluido
del conocimiento, fluido que las identifica plenamente. En su condición de
almas encarnadas, van en pos de la verdad, del conocimiento y su anhelo de
transmisión es grande. Son los guardianes del conocimiento difundido en los
distintos planetas. También se los podría denominar “los guardianes del
umbral”. Esta familia administra el cúmulo de conocimientos de todo el
Universo. Su psique disfruta de la virtud de ir a consultar los archivos
akasicos, auténticos depósitos de la diversidad de conocimientos existentes. En
el planeta Tierra, se presentan como estudiosos de la numerología, la kabala o
lenguas clásicas como el sanscrito, todo ello con el fin de transmitir toda la
sabiduría que almacenan.
Si la transmisión del conocimiento sigue un camino
tortuoso y se distorsiona, puede que esta familia sienta la necesidad de
escindirse y crear otra familia cuya intención seria la de actuar como
guerreros del fluido del conocimiento, en claro paralelo con los guerreros del
fluido de la sanación
Estas almas son fáciles de reconocer. Enseñar las colma
de una gran alegría porque esta es su vocación sea cual sea la forma que
adopte. La etiqueta de enseñantes no les hace ninguna falta: lo son por
naturaleza, pues canalizan constantemente el fluido del conocimiento. Cuando
vislumbran la identidad de su alma pueden recibir gran cantidad de
informaciones desconocidas en el planeta Tierra y divulgarlas. No deberían
dudar en canalizar el conocimiento y retransmitirlo. Para ello, basta con que canalicen
el fluido que impregna su alma.
En lo físico, estas almas sienten a veces el impulso de
crear centros en determinadas zonas geográficas para impartir sus enseñanzas.
Si ese es el caso, no lo juzguéis y materializadlo.
LA FAMILIA DE LOS BARQUEROS
Esta familia proviene de un desprendimiento, de una
escisión de la familia de los sanadores, aunque no se asocie con ella. Se
mantiene muy estable, y esta estabilidad es esencial para la acción. Los
barqueros tienen una misión especifica: en el más allá ayudan a las almas en
transito por los diversos umbrales vibratorios que deben atravesar. Están muy
cerca de los umbrales angélicos y arcangélicos, de los umbrales de los maestros
ascendidos y también de las chispas divina. Aquí abajo, asisten en los múltiples
cambios que se dan en nuestro planeta: el paso de la infancia a la adolescencia
o de un empleo a otro, el cambio de milenio, el transito de la muerte…
Facilitan la experiencia del cambio, que es una época de evolución especial.
Las almas que la componen han pasado por un solo umbral
vibratorio. Por eso su identidad no está tan consolidada como la de otras
almas, puesto que deben salvaguardar constantemente la transparencia necesaria
para asumir su función en el más allá, es decir, ayudar a que las almas pasen
de chispa divina a alma y afinen su identidad.
Los barqueros también ayudan a la familia de los chamanes
colaborando en el equilibrio de las transformaciones, de los cambios en el
universo de almas y están muy ocupados. Entablan a menudo comunicación con el
más allá y la noche es el momento mas propicio para ello. Durante la
encarnación podrían exclamar al levantarse: “¡He trabajado duro esta noche!” y
seria verdad, porque no paran nunca. De ahí la importancia de cuidar de su
envoltura física, porque trabajan día y noche.
Sienten con frecuencia la nostalgia del mas allá y
algunas, abrumadas por ese sentimiento, se extravían recurriendo a las drogas y
sustancias alucinógenas para contrarrestar esta nostalgia, pues no saben que
hacer con ella. Otras anhelan morir e incluso volver al estado de pura chispa
divina, porque la identidad vibratoria de su alma no les interesa demasiado.
Bordean el mundo de la no identidad, de la vacuidad divina, y eso puede mover a
confusión, sobre todo para el alma encarnada. Como son muy fluidas, algunas
intentan que su envoltura física se vuelva pesada, para evitar esa sensación de
flotar. Necesitan enraizarse bien para actualizar al barquero que llevan
dentro. Otras, con un cuerpo físico extremadamente delgado, por no decir casi
transparente, deberán persistir en el enraizamiento a pesar de su débil
constitución.
Por su identidad vibratoria, estas almas gozan de una
gran cualidad: querer ayudar a las almas en todo momento y lugar. En cuanto
alguien las necesite, que solicite su ayuda y acudirán sin falta. Las
caracteriza una gran disponibilidad, de día y de noche; se entiende, pues, por
que algunas de ella se extravían en el papel de salvadores. Los barqueros
atraen a las almas errantes, que no tienen identidad o que la han perdido. Esas
almas se dirigen a ellos porque los reconocen del mas allá, pues fueron ellos
quienes las ayudaron a afinar su identidad vibratoria.
Son barqueros de amor y el amor es lo único que cuenta y
los alimenta.
LA FAMILIA DE LOS INICIADORES DE
CONCIENCIA
La acción de estas almas es fugaz. Llegan para un periodo
de breve duración con el fin de despertar la conciencia en el planeta donde se
encarnan. No desencadenan ningún movimiento que no sirva para concienciarse de
algo. Aparecen simplemente para despertar la conciencia y a menudo lo hacen con
una muerte espectacular, para volver y marcharse otra vez.
Están presentes en las catástrofes colectivas, en lugares
donde se producen terremotos, accidentes, huracanes. Inician movimientos de conciencia
mediante su vida y su muerte al partir del planeta. Forman parte de aquellos
episodios trágicos en los que una gran cantidad de seres son asesinados o
torturados y abandonan la Tierra de manera busca y violenta. Estas almas
escogen manifestarse así para despertar la conciencia de los humanos.
Una mente estrecha considerara que esto es una autentica
locura, ¿verdad?. Sin embargo, te exhortamos a acrecentar tu conciencia. Estas
almas vienen para ponerse al servicio de la evolución del planeta.
LA FAMILIA DE LOS PILARES
Cabe mencionar a una familia cuyas almas son llamadas
pilares. Son pocas las que están encarnadas actualmente en nuestro planeta y
permanecen en comunicación constante con otros planetas. Su densidad es
considerable. Cuando un pilar se sienta al lado, se advierte su presencia de
inmediato. Vienen para enraizar los planos celestes en la profundidad de la
Tierra y recrear las conexiones entre los lugares sagrados del planeta. Y,
aunque la personalidad no lo sepa, el alma actúa
Actúa donde la materia o el planeta lo requieran. Están
muy atareados y no dejaran de estarlo, porque velan por el equilibrio y la
unión, estabilizando las energías y creando nuevos circuitos energéticos, sobre
todo en aquellos planetas sujetos a cambios decisivos, como el vuestro en este
momento. Vayan donde vayan, enraízan la energía del mas allá en el mas acá. Son
los encargados de arraigar las vibraciones de la Fuente.
Estas almas se encarnan en lugares estratégicos del
planeta con la función de ser pilares. En su domicilio crean, canalizan y
organizan los meridianos interplanetarios. En ocasiones, les cuesta desplazarse
porque deben realizar una acción concreta allí donde han decidido encarnarse.
Ahora bien, son capaces de trasladarse a aquellos lugares que requieran su
presencia y esto puede desconcertar al ego, que quizá no entienda por que, de
repente, el alma presiona para ir a Yucatán o a Tíbet.
Una de las dificultades de su encarnación tiene que ver
con la envoltura física. Como su acción es muy exigente para con su cuerpo,
deben cuidarse mucho en términos de equilibrio alimentario: aporte de
minerales, proteínas, vitaminas y aminoácidos. ¡Es realmente importante!.
Esta familia posee quince núcleos, lo cual implica una
gran fuerza de mutación y de transmutación. Se parece a un navío en una fase
determinada se producirá una escisión, no ahora sino cuando llegue el momento.
Los pilares se pasean por las familias de almas y vigilan los movimientos de la
energía se comunican continuamente con el universo de las chispas divinas.
“Patrullan” por la periferia del universo de todas las familias de almas. Por
eso dispone de tantos núcleos, para moverse a lo largo y ancho del Universo.
Cuando estas almas eligen la encarnación, precisan de la
densidad física. Con frecuencia sus cuerpos son robustos, ya que necesitan una
fuerza muscular y ósea excepcional, distinta de otras envolturas físicas.
Dependen de lo físico y saben cómo utilizar la materia, como manejarla y
transmutarla. En cierta medida se parecen a los chamanes y también a los
sanadores, pero no lo son. Su voluntad se aplica a sanar los planetas, los
universos interplanetarios e interestelares. Establecen redes gracias a las
cuales pueden circular los rayos y los fluidos, como el de la sanación o el del
conocimiento, y llegar así hasta los planetas y las estrellas. Los pilares
conocen al dedillo el universo de las familias de almas porque son capaces de
recibir sus fluidos y de ayudarlos a descender vibratoriamente, lo cual
facilita su manifestación en la densidad de los planetas.
Son los guardianes de este Universo.
LA FAMILIA DE LOS MECÁNICOS
Son almas que vienen a reparar el planeta. Son
reparadores, o mas bien agentes de sanación expertos en la mecánica y
reparación de determinados circuitos del tejido planetario. Les acompaña a
menudo pilares o chamanes en el seno de su familia terrenal; pueden que, por
ejemplo, los padres sean mecánicos, que unos hijos sean chamanes y otros
pilares y que actúen al unísono.
Estas almas se hacen cargo del medio ambiente, de los
elementos contenidos en el subsuelo, el aire o la atmosfera, de ahí el nombre
de “mecánicos” Aunque pueden adoptar una identidad terrenal muy poco
relacionada con eso, es fácil encontrarlos “a ras del suelo”. Sienten una gran
necesidad de ocuparse de la Tierra, por ejemplo plantar árboles donde no hay.
En el más allá, los mecánicos reparan el campo energético que lo abarca todo,
una especie de velo magnético que forma parte de los universos conscientes. Las
almas de los así llamados mecánicos reparan, si se rompe, este tejido
energético compuesto de diferentes fluidos.
Esta familia solo consta de un núcleo y es muy estable.
Suele trabajar en equipo con la de los chamanes. No tienen porque asociarse
obligatoriamente, pero de todos modos su acción será complementaria. Hay muchas
almas de esta familia encarnadas ahora en la Tierra. Hallareis a miembros de
esta familia en grupos sensibilizados por la protección del entorno
medioambiental, de los acuíferos, de los bosques. Algunas se dedican a la sanación
otras a la comunicación, otras a escribir, pero todas sienten la necesidad de
implicarse para contribuir a la regeneración del planeta. Para estas almas es
clave lo físico, no en el sentido de acaparar bienes materiales sino de poder
vivir en el hábitat del planeta. Están enamorados de la Tierra. Día y noche
reciben informaciones sobre el planeta en el que habitan y sobre otros planetas
habitados por sus hermanos y hermanas.
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