por Jennifer Hoffman
1 de Julio de 2013
1 de Julio de 2013
Al comenzar este nuevo mes
también comenzamos la segunda mitad del 2013. En lugar de preguntar: “¿Qué
sigue?”, una mejor pregunta sería: “¿Qué queda?”, en cuanto a qué queda por
aprender, entender, soltar, recalibrar, ajustar y limpiar, porque se siente como
que eso es lo único que hemos estado haciendo desde enero y aun mucho antes de
eso. Incluso con el Mercurio retrógrado de este mes, tenemos por delante
algunos momentos más suaves conforme avancemos a este nuevo período, pero se
aplican ciertas condiciones. Julio es un mes fantástico para limpiar y
prepararnos para los nuevos comienzos (que podrían no llegar hasta septiembre),
lo que se puede hacer como quieran, con
gracia y facilidad, o con una buena dosis de caos.
Últimamente muchas personas me han preguntado cómo
pueden saber que han hecho su trabajo de limpieza, han ascendido, y algunos
tienen miedo de que se van a perder o ya se han perdido todo el evento. Este es
un proceso continuo y no hay nada que perderse, ni tampoco hay un evento que
marcará cuando esto se termine. Lo que estamos haciendo ahora que no hemos
podido hacer antes, es ver dónde hemos progresado, dónde están nuestros pasos
finales, y estamos en un lugar en donde podemos pasar a la compleción. Sin
embargo, esto tiene un precio, y el precio es soltar la necesidad de sanar y
ser sanado, de ver el espejo de nuestra sanación en otros y de pensar que hemos
terminado una vez que todo el mundo esté en el mismo lugar energéticamente,
emocionalmente y en la misma frecuencia y vibración. El otro precio es una
cuestión de valor. Lo que podemos recibir y experimentar es bloqueado por
nuestras limitaciones autoimpuestas. Todo está ahí para nosotros ahora; si no
recibimos, es que o no estamos pidiendo o no estamos pidiendo lo que realmente
queremos. Tal vez estamos pidiendo pero no estamos abiertos a recibir porque
tenemos problemas en torno al merecimiento y ser dignos.
Este es nuestro viaje de aceptación y conciencia de
nosotros mismos, donde dejamos de juzgarnos a nosotros mismos y a los demás por
quiénes y qué somos, por dónde pensamos que estamos o deberíamos estar en
nuestro camino de sanación. En julio tenemos un fuerte elemento de agua o
sanación que ofrece dos vías para esta sanación y cierre finales: suave y
fluida, o un torrente furioso. Si estamos en el aspecto suave y fluido,
practicamos la aceptación y desapego, reconociendo que todos están donde tienen
que estar en todo momento, y nos enfocamos en dónde estamos en nuestro propio
camino. El torrente furioso habla por sí mismo y puede ser un duro remar río
arriba si vamos contra la corriente, o una loca carrera si vamos río abajo
rápidamente y sin remos. Y aunque podamos terminar en el mismo destino, no nos
sentiremos tan bien ni disfrutaremos tanto del proceso.
Es también un mes para la auto-conciencia y hay dos
aspectos en esto también: el yo crítico, duro y sentencioso, o el yo afectuoso,
digno y merecedor. De nuevo, tenemos que elegir, pero en este caso, el destino
no es el mismo. No vamos a poder disfrutar del amor, la paz, la armonía, la
abundancia y la alegría que podemos tener, en todo momento, si somos críticos,
duros, sentenciosos y poco amorosos con nosotros mismos. Somos merecedores, tú
eres merecedor, yo soy merecedor – díganlo hasta que lo crean. La única manera
de cambiar el mundo es comenzar con cómo nos hablamos y pensamos de nosotros
mismos. Todo comienza con nosotros y a menos que estemos dispuestos a vernos a
nosotros mismos en la misma luz, amor y verdad en que somos vistos por nuestra
Fuente, el Universo, nuestros guías y ángeles, vamos a limitar nuestro acceso a
todo lo bueno y maravilloso que está disponible para nosotros.
Lo que sea que queramos o estemos pensando en soltar
de nuestras vidas está igual de listo para soltarnos a nosotros, como estamos
nosotros listos para soltarlo. En julio esto implica los tres grandes: hogar
(dónde estamos cimentados, vivimos y cómo nos vemos a nosotros mismos en el
mundo), relaciones (incluyendo empleos, parejas íntimas y familia) y el
equilibrio de las energías materiales y espirituales en nuestras vidas. Si una
de estas áreas está fuera de equilibrio, lo sentiremos este mes y lo sabremos
cuando estemos remando río arriba, contra la corriente. ¿Cómo lo sabemos?
¿Dónde no somos felices, nos sentimos fuera de control, fuera de nuestro elemento,
fuera de sintonía con nuestra visión de la alegría, el amor, la paz y la
abundancia para nuestra realidad?
A medida que afinamos nuestra frecuencia vibratoria,
encontrando nuestro rango perfecto de alegría, paz, amor y abundancia,
reducimos el rango de frecuencias a las que les permitimos conectar con
nosotros, a la vez que expandimos nuestra capacidad de recibir bendiciones en
estas áreas. Si esto les parece confuso, considérenlo de esta manera: Cuanto
más sepan qué les trae alegría, paz, abundancia y amor, menos dispersan sus
energías en busca de estas cosas, así que pueden enfocar su energía muy
específicamente y con gran claridad, y convertirse en un atraedor en lugar de un
buscador. Como dice la canción, no están “buscando el amor en todos los lugares
‘equivocados’”' y pueden estar en la alegría y atraer más alegría y bendiciones
a ustedes. ¡Que tengan un mes
maravilloso!
Traducción:
Margarita López
Edición: El Manantial del Caduceo
http://www.manantialcaduceo. com.ar/libros.htm
Edición: El Manantial del Caduceo
http://www.manantialcaduceo.
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