Por Jennifer Hoffman
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¿Está toda la actividad reciente cambiando las conexiones de ustedes y sus relaciones? Me sorprendería si ustedes me dijeran que no. La energía que rodea nuestras relaciones está cambiando debido a que nuestra energía está cambiando, y percibimos desde donde es que ella fluye hacia fuera, así como qué es lo que regresa a nosotros.
A medida que nos
sintonizamos más con nuestras necesidades y percibimos lo que hacemos con
nuestra energía, vemos donde damos y recibimos y cómo funcionan esos flujos de
entrada y salida. Los flujos que no estén equilibrados se harán más frustrantes
y comenzaremos a ver donde es que debemos hacer cambios.
Ese es el tópico del mensaje de esta semana.
La energía de las concesiones mutuas
Yo noto tendencias en
el tipo de asuntos con los que ayudo a todos, a mis clientes, amigos en facebook,
oyentes del show de radio y otros en mi vida. Últimamente se ha
destacado un asunto principal y son los desequilibrios en los flujos de energía
en las relaciones, los cuales conocemos como concesiones mutuas. Eso es lo
que todo el mundo hace en una relación, les damos a los demás y recibimos de
ellos.
Pero eso no es lo que
siempre sucede. A veces alguien da más de lo que recibe y a veces una persona recibe
y no da nada a cambio. Cómo diferenciamos entre recibir y dar, cuándo sabemos
que es el momento de detener lo que damos y cómo recibimos de los demás, son todos
parte de la nueva dinámica de la relación ahora.
El flujo de energía en
cualquier relación debe ser equilibrado. Eso no quiere decir que todos
entreguen la misma cantidad todo el tiempo, significa que hay un equilibrio en
el flujo de energía para que todos sientan que sus flujos de entrada y salida
son equivalentes (noten que no utilizo la palabra ‘igual’). Que nadie siente
que se aprovechan de ellos, o que están dando más de lo que debían o quisieran,
todos participan y sienten que se produce un intercambio de
energía.
Utilizo el término
‘equivalente’ y no igual porque en cualquier relación, daremos más en aquellas
áreas donde tengamos mayor talento o nos sintamos más fuertes. Por ejemplo la
persona que es buena cocinera probablemente cocinará más si la otra parte no
cocina para nada. O la que disfruta trabajar en el jardín hará la mayor parte
de la jardinería. La que sea ‘fanática a la limpieza’ hará más limpiezas si la
otra persona no es tan ordenada. Pero cuando tenemos problemas es cuando le
damos a alguien que es un ‘tomador’ y no un receptor.
El receptor es alguien
que es capaz de devolver cantidades equivalentes de energías al dador y así el
flujo de energía se mantiene equilibrado. Un tomador es alguien que no devuelve
ninguna energía al dador por diversas razones – ellos no pueden, ellos no
quieren, no creen que pueden, o no saben cómo (generalmente es una combinación
de estas razones). Cuando confrontamos un tomador, nuestra primera reacción es
darle más y más hasta que finalmente ellos nos devuelvan energía a nosotros.
Pero eso no sucederá, y ellos seguirán tomando energía hasta que nosotros, en
frustración, dejemos de dar. Entonces ellos encontrarán otro dador. Ustedes
no pueden convertir un tomador en un receptor, esa es una elección que ellos
deben hacer por sí mismos e implica una profunda transformación que solo puede
llevar a cabo un poder superior a ustedes.
El problema no es solo
con el tomador, qué está limitado por creencias de que no hay suficiente, que
ellos no son suficientes, que no tienen ningún poder y con todos sus problemas
relacionados con la autoestima, la valía y sus méritos. El dador a menudo elije
un tomador a quién darle porque el dador también tiene problemas con recibir,
ellos no creen en el valor real de lo que dan y también tienen problemas de
autoestima.
Aunque los dadores
describan al tomador como una aspiradora que lo aspira todo, piensen en lo que
expulsa la aspiradora: polvo y suciedad. Los tomadores no devuelven porque
ellos piensan que no tienen nada que dar, ellos son personas tristes,
insatisfechas, y se sienten inferiores aunque probablemente amen toda la
energía que ustedes les dan y la tomen de muy buena gana. .
Hay dos pasos en las
relaciones que están equilibradas energéticamente, con flujos equivalentes (no
necesariamente iguales) de entrada y salida. Lo primero es cultivar la propia
capacidad de ustedes para recibir. Ya sean ustedes un dador o un tomador, es la
capacidad para recibir (en lugar de dar o tomar demasiado) la que crea los
desequilibrios energéticos en sus relaciones. El segundo paso es cultivar la
autoestima y capacidad de merecimiento de ustedes.
Son los problemas de
ustedes relacionados con el merecimiento y la valía los que les impiden ser un
receptor, dándole constantemente a los demás, lo que crea los desequilibrios. Y
hay asuntos de poder que están operando aquí porque la persona que siempre
insiste en dar es el que controla la cantidad, oportunidad, flujo y dirección
de la energía en una relación.
Ahora, hay algo en lo
que se debe reflexionar cuando uno considera permitirse recibir al igual que
dar: elijan compañeros que puedan darle a ustedes, y aprendan a disfrutar el
equilibrio de compartir, la camaradería y la energía equilibrada en
todas sus relaciones.
Finalmente, den con un
corazón abierto y sin expectativas, pero equilibren su acción de dar con una
apertura para recibir y así asegurarán que quedarán satisfechos y plenos
también.
Traducción: Fara
González López
Edición y Difusión: El Manantial del Caduceo
www.manantialcaduceo.com.ar/libros.htm
https://www.facebook.com/ManantialCaduceo
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