Diti
y Aditi
La
sabiduría Védica ilustra principios cósmicos en forma de narrativas llenas de
contenido simbólico. Los nombres e historias se revelan a aquéllos que conocen
la esencia, pero aquéllos que sólo saben los nombres se confunden.
El
Sol de nuestro sistema es descrito como un ojo que todo lo ve, y también hay un
ojo que todo lo ve para el universo llamado el gran vidente Kashyapa. Kashyapa
encarna la bóveda, el espacio en su forma potencial. En la masonería es también
conocido como el Gran Arquitecto del universo.
Kashyapa
es el que supervisa los mundos;
permance como un observador sin interferir con el trabajo de creación.
Se
dice que Kashyapa tiene dos esposas: Diti y Aditi. Diti
significa la Madre de la Oscuridad, y Aditi, la nooscuridad, o la
Madre de la Luz. Diti es la Reina de la Noche y del Oeste, Aditi es
la Reina del Día y del Este.
En
la rueda del año, las dos mujeres se describen simbólicamente como Cáncer y
Capricornio y Kashyapa como el arco entre los dos signos. Kashyapa da
su energía a las dos mujeres para que puedan trabajar en la creación; pero no
favorece a ninguna. Toda la creación es un tejido de la actividad de estas dos
madres.
Con
Kashyapa, Aditi dio a luz a doce hijos, los doce Adityas. Eran seres
muy poderosos y radiantes. Diti se puso celosa y también quiso niños de Kashyapa.
Lo llevó hacia el dormitorio. Él le dijo que era sólo la hora del crepúsculo de
la tarde y que no era un buen momento, pero ella insistió: "quiero
tener hijos más poderosos y superior en número a los de Aditi." Entonces
Kashyapa respondió: "que así sea".
Diti
dio a luz a miles de seres oscuros porque nacieron de la oscuridad. Los hijos
de Diti se llaman Sarpas, las serpientes rastreras. Se mueven horizontalmente;
son las serpientes del tiempo y pueden atar a los seres en innumerables ciclos
de tiempo. Inmediatamente después del nacimiento cavaron hoyos en el éter y desaparecieron
en los mundos del vacío abismal.
Los Hijos de Aditi
Los
hijos de Aditi ascienden verticalmente; son los Devas, los seres
de luz, las águilas. A través de su presencia, nuestra alma quiere subir a las
mayores alturas; nuestro cuerpo, sin embargo, dice, "es muy difícil,
mejor que me quede en casa". El aplazamiento de buenos hábitos
pertenece a nuestra naturaleza inferior; está bajo el control de los hijos de Diti,
también llamados Daityas. Es su deber el fortalecer el lado material.
Los
Adityas son suaves y tienen el conocimiento; despiertan en nosotros las
cualidades divinas. Los Daityas son duros y fuertes; gobiernan las
actividades de la noche y la ignorancia. Ambos vienen de la misma fuente y
pelean unos con otros. Esto pertenece a la esencia de la creación.
Los
miembros de la Jerarquía no luchan con la oscuridad.
Ellos
saben que no puede haber un nuevo día sin haber primero una noche, ni luna
llena sin luna nueva, ni expansión sin consolidación. Conocen el propósito de
la oscuridad y guían a la gente incluso a través de tiempos oscuros. La
síntesis de la sabiduría ve cómo todo ES, y entiende la creación como el
juego de las fuerzas de la Luz y de la Oscuridad y que el Señor ama igualmente
a ambos.
A
veces en el juego, un lado lleva ventaja sobre el otro y el equilibrio es
perturbado. Cuando hay una perturbación grave, el Señor baja a la creación a restablecer
el equilibrio. Krishna dijo: "Vengo una y otra vez cuando hay
alteración de Dharma, la Ley". Con nuestro libre albedrío decidimos si
nos orientamos a las energías de la Luz o de la Oscuridad y de esta manera el conocimiento
o la ignorancia aumentan en nosotros.
Los Velos de Luz
En
las escrituras, Aditi es descrita como Mula Prakriti; en la
Doctrina Secreta ella se menciona como sustancia primordial. En el Antiguo
Testamento es llamada 'la
Profunda'.
Ella es la Madre del Mundo, la
Madre de los
Devas
que traen la creación a la Luz.
Dice que el espíritu de creación está cubierto por nueve velos. El primer velo es
la luz primordial, Aditi.
De
este primer velo de la Luz emergen otros tres velos, la Trinidad de las
cualidades de Voluntad, Amor y Actividad. Luego están los velos de los cinco
elementos, que juntos dan nueve velos. Ellos causan las diferenciaciones de la
creación. En el sendero espiritual levantamos lentamente los velos para obtener
la percepción espiritual. Así reconocemos la Verdad de que todo es Un Espíritu
funcionando en muchos cuerpos y de variadas maneras. ÉSE es el Espíritu
omnipresente.
Cuando
nos damos cuenta de este conocimiento, estamos en el mundo, pero no limitados
por él.
La
experiencia de la realidad aparente es creada por las inteligencias de la
oscuridad; ellas protegen el fenómeno de la creación. Mientras vivimos en los
cinco elementos, su ilusión es una realidad para nosotros: aunque sabemos que
los otros cuatro elementos han surgido de Akasha, el espacio, no podemos beber
materia ni respirar agua. Así, la ilusión nos permite vivir en la creación.
Sabemos que todos somos almas, no importa si somos hombre o mujer, pero el
marido y la mujer sienten una relación especial, y también hacia sus hijos; y
los niños podrían ser almas mayores que los padres. Esta realidad aparente es creada
por las inteligencias de la oscuridad. Nos identificamos con nuestros papeles,
y si nos olvidamos nuestra realidad original, el juego de la ilusión se convierte
en una realidad sólida.
12 Devas de Radiación
Aditi
es la Luz más allá de la oscuridad,
que también se llama Fuego Cósmico y que es cantada en el Purusha Sukta.
Es una luz invisible que sólo es visible para aquéllos cuyo centro Ajna está
abierto. Lo que vemos como la luz es una apariencia muy posterior. La Luz de Aditi
es la luz de la conciencia. La energía cósmica de Aditi impregna el
espacio con 12 cualidades de energía llamadas los 12 Devas de radiación,
los Adityas.
Funcionan
como unidades de conocimiento a través de los 12 signos solares. Siempre es la
misma luz pero mes tras mes trae diferentes calidades. El rayo de sol de Géminis
tiene otro efecto que el rayo de Cáncer. A través de su luz, que no podemos
ver, se nos acerca un Aditya. Cada una de las 12 luces diferentes
contiene siete rayos otra vez. Así tenemos el número 84 que va con Urano. Urano
también es visto como el Sol mayor; su revolución alrededor del sol, a través
de todos los 12 signos solares, tiene 84 años.
La
Luz más allá de toda oscuridad también existe en nosotros como conciencia de la
impregnación. Esta conciencia nos impregna y nos llena de la cabeza a los pies
y también va más allá del cuerpo. También se llama Vishnu, la persona
cósmica, que es considerada como el primero de los Adityas. "Entre
los Adityas yo soy Vishnu", dice el Señor Krishna: "Entiéndeme
como esta conciencia en ti que lo llena y lo permea todo!"
Los
12 Adityas con sus cualidades están localizados en nuestro cuerpo como
12 puntos potenciales correspondientes a los 12 signos solares. A través de ellos
se despliegan sus estados específicos de conciencia en nosotros. Estos puntos
potenciales son estimulados por una contemplación de estas cualidades enfocadas
en la Luz.
El
Sol de cada sistema solar es un hijo de Aditi. Así, Aditya también
denota el sol cósmico o espiritual, del que emergen 12 sistemas solares. En
nosotros, el sol cósmico, Aditya, es el Sahasrara, el sol
central, Savitri, el centro Ajna, y el sol visible, Surya,
el centro del corazón, que distribuye la Luz.
Además
de los Devas de la radiación, los Adityas, están los Devas de
vibración llamados Rudras – ellos generan la pulsación en nosotros – y
los Vasus, los Devas de formación.
Conjuntamente
con los dioses gemelos, los Ashuin, el principio inseparable
macho-hembra, son 33 grupos de Devas. Los Devas también trabajan
en nosotros. En nosotros está el plano supra-cósmico, el cósmico, el solar y el
planetario. No hay nada en la creación que no esté también en nosotros.
Deberíamos tener esto en mente y tratar de cooperar con los Devas.
Cuanto
más puedan expresar sus cualidades a través de nosotros, más lo material
irradia como una joya. Esta Luz fundamental es la luz de Aditi.
Fuentes:
K.P. Kumar:
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