CABEZA Y COLUMNA VERTEBRAL
Nosotros,
los seres humanos, vivimos en la tierra como seres erguidos y nuestra cabeza es
el punto más elevado. Es la que se desarrolla primero en el feto. Las otras
partes del cuerpo crecen hacia abajo a lo largo de la columna vertebral.
También la conciencia desciende desde la cabeza a través de la columna
vertebral y deviene la conciencia terrestre.
En el
camino de la evolución, la conciencia vuelve a ascender a través de la columna
vertebral hasta la cabeza, su origen espiritual. La cabeza y la base de la
columna vertebral se asemejan a los dos polos de un imán, alrededor de cuyo eje
se forman las líneas de fuerza de nuestra existencia. La cabeza es la cúspide.
De igual manera el eje de la tierra, alrededor del cual rota el globo, tiene su
cúspide en el Polo Norte y en la Estrella Polar. En nosotros, el centro de la
cabeza y el principio “Yo Soy” son los centros de rotación, y la columna
vertebral su eje.
La
cabeza contiene todos los órganos de los sentidos; el centro energético en la
cúspide de la cabeza contiene los equivalentes superiores de todos los centros
de energía dispuestos a lo largo de la columna vertebral, como así también los principios
de todos los signos zodiacales, un cosmos en miniatura. La cabeza es la parte más
radiante de nuestro cuerpo, y su parte superior está regida por el signo de
fuego Aries. Puede meditarse sobre el arco que forman las cejas con la nariz
como el símbolo de Aries ^ en la cabeza.
ARIES, ALEGRÍA
REFRESCANTE DEVIVIR
Se
considera a Aries el signo más radiante, como cabeza del zodíaco. Desde el
punto de vista espiritual, constituye el punto de comienzo y de llegada. En el
curso del día corresponde a la hora del mediodía. Aries es la semilla, la
primera vibración que surge como una nueva idea. Es el primer impulso desde el
trasfondo de la eternidad, el ímpetu para un nuevo comienzo. Esto está representado
por la cabeza de carnero golpeando con fuerza hacia delante.
Este
signo es refrescante, regocijante alegría de vivir, que va adelante con
entusiasmo. Representa expansión, fuerza impetuosa e impulso de destruir formas
atrasadas para inaugurar estados mejores y más progresistas. En el plano
individual Aries significa guerra, destrucción, conmoción. El planeta regente
aquí es Marte, el principio de “Yo quiero”.
Su
color es el rojo, la sangre es su tejido y el hierro su metal. Se considera que
las personalidades de Aries son poderosas y no pierden el tiempo. Tienden a ser
impulsivas, cabezas duras y a no pensar. Son frecuentemente, en su entusiasmo,
demasiado rápidas.
Lo que
ha de realizarse en diez días lo hacen en tres días, pero se enferman los
próximos siete días. Aries, como generalmente las personas de los signos de
fuego, deben aprender a avanzar a una razonable velocidad, y no a excesiva
velocidad.
A Aries
le gusta ser brillante y tiene una alta opinión de sí mismo. Si alguien tiene
éxito por sus logros y se hace fuerte, su voluntad y orgullo también se incrementan.
En Los Vedas hay una historia de un hombre muy inteligente y capaz, el rey
Daksha, que era muy orgulloso. Daksha existe en todos nosotros como la
conciencia de la personalidad. La historia nos dice, en símbolos, como el Señor
hizo que Daksha se hiciera humilde, cortándole la cabeza y reemplazándosela por
una cabeza de carnero. El corte y reemplazo de la cabeza simbólicamente significa
el cambio del plan individual por el Plan
Divino.
Mediante la sincronización del plan individual al Plan Divino, el ser humano
supera su auto voluntad y se eleva de la conciencia personal a la conciencia
del alma. Es recomendable, durante el mes de Aries, reflexionar sobre la
historia de Daksha.
SEMILLAS PARA EL PROXIMO
AÑO
La
Astrología espiritual nos enseña que el comienzo de un ciclo contiene, como el
nacimiento, las semillas para todo su desarrollo. El mes de Aries contiene las
semillas del ciclo anual entrante. Desde los tiempos antiguos se consideró que
los 15 días que van desde la Luna nueva a la Luna llena de Aries son
particularmente importantes para sembrar las semillas para el año solar
entrante. Esto también es válido para los meses de Aries, Tauro y Géminis. A quienes
trabajan intensamente para darle un mejor orden a sus cinco sentidos y a su
mente, les resulta más fácil, de esta manera, mantener la ecuanimidad y la
recta orientación durante el resto del año. El tiempo los ayuda en sus empeños.
Cada
vez que el Sol pasa por Aries, Tauro y Géminis, el Planeta tiene la oportunidad
de recibir y expresar energías provenientes de círculos superiores. Con la Luna
llena de Aries emerge la nueva idea, que es recibida y asimilada por los
iniciados. En la Luna llena de Tauro la energía espiritual es trasmitida a los
discípulos. En Géminis es llevada más hacia el exterior y trasmitida
ampliamente a la humanidad.
Quienes
desean unirse al grupo de co-trabajadores, elaboran el plan de acuerdo con sus
entendimientos para el resto del año, y de esta manera se preparan para el
próximo ciclo.
AUMENTANDO LA VIBRACIÓN
En el
pasado era parte del Gran Plan hacer que la humanidad fuera auto-consciente.
Ahora el tiempo urge para que las personas seamos conscientes del alma,
abiertas a las necesidades del todo. Es una crisis para que la humanidad nazca
de nuevo en espíritu y trabaje desde un nivel más elevado.
Nuestro
desafío es prestarle total atención al alma y hacerse receptivo a su ritmo. Hay
muchos que cooperan solo en pequeña medida y muchos más que están ocupados con
cosas no esenciales y con ellos mismos. Pero las cosas de la personalidad son
de menor importancia. Ya es tiempo para dejar el jardín de infantes, poner en
práctica los conceptos espirituales, y no solamente jugar con ellos. El ejercicio
más eficaz es ver siempre y en todas partes, durante todo el día, la presencia
de lo divino, aun en situaciones desagradables y dificultosas.
El año
que comienza en Aries originará un gran cambio de vibración, un descenso de
rayos de luz.
Esto
podrá ser percibido por quienes le presten una correcta atención. Todos los
signos de fuego del nuevo ciclo serán particularmente significativos para adoptar
un ritmo más elevado. Que comience este foco incrementado, y que por lo tanto
se lleve a cabo el trabajo.
EL NUEVO COMIENZO
En su
camino de Sur a Norte, el Sol atraviesa el ecuador el 21 de Marzo, y
presenciamos el Equinoccio de Primavera. Cuando el sol atraviesa el ecuador, el
círculo formado por el camino aparente del Sol alrededor de la tierra y el
círculo formado por La Tierra moviéndose alrededor del Sol, se tocan. Este punto
de intersección a 0 grados de Aries representa astrológicamente el principio
del año solar. El equinoccio es la tijera que corta el anillo anual, formando
así un nuevo principio. En la astrología india hay una constelación de la Luna
en Aries llamada Krittika en Sánscrito, y que significa la tijera. El hombre ha
recibido el corte de los círculos como un símbolo de lo alto, y lo ha expresado
en el símbolo de Aries ^ . Los simbolistas usan también la cabeza de un carnero
para simbolizar una relación directa de la eternidad con los ciclos del tiempo.
En el
círculo del año, Aries es el clímax de la ascensión del espíritu fuera de
materia. Es el punto más alto de la luz, el medio cielo del sentido. Como signo
cardinal de fuego, Aries representa el fuego eléctrico o cósmico que existe
como conciencia pura, del cual emerge toda la creación. Si meditamos en este
signo durante la Luna Llena de Aries, tendremos la posibilidad de experimentar
la luz más radiante de nosotros mismos. Aries es el signo de la iniciación, y
el Sol está exaltado en él. En un yogui, el principio solar está en el centro
de la cabeza y en el hombre éste es el principio de la liberación. Se dice que
el gran Maestro Jesús experimentó su resurrección durante la Pascua, que cae en
Aries.
Moisés,
el dador de la ley al inicio de la Era de Aries, y discípulo del dios del fuego
en el arbusto ardiente, se representa con dos cuernos blancos en su cabeza.
Ellos simbolizan el amanecer de la luz de la ley en el hombre a través del
centro de su cabeza.
EL CORTE DE LA CABEZA
Aries
representa la cabeza. La personalidad de Aries es considerada como un líder
enérgico y luchador que puede desafiar cada dificultad y sacrificarlo por alcanzar
su meta. Como jefe de una organización, Aries puede sacudir a todo el mundo y
entusiasmarlos acerca de algo. No obstante, al hacer esto seguirá su propio
camino y hará todas las cosas siguiendo su propio plan; no le gustan las
interferencias. Es obstinado e impulsivo en sus acciones. Tanto en el trabajo
como en su casa, le gusta ser percibido como el jefe. Puede llegar a tener
mucho éxito y llegar a pensarse grande, pero en la gloria de su éxito, su orgullo
y su irritabilidad pueden traerle derrota.
En el
Oriente hay un ritual en el cual se corta la cabeza y se le sustituye
simbólicamente por la cabeza de un carnero. El ritual del corte ritualista de
la garganta y la separación de la cabeza nos indican que debemos sustituir
nuestros deseos individuales por la voluntad y el plan divinos, de manera que
podamos tener una cabeza cubierta de luz y podamos expresar la verdad. Con la
preparación adecuada, Aries nos ofrece la oportunidad de apartarnos de la
conciencia de la personalidad a la conciencia del alma, y de entrar en un
anillo más alto del camino espiral. De otra manera, nos movemos en un círculo y
que será el mismo cada año. Especialmente los primeros nueve días de Aries
están concebidos para la transformación de la cabeza. Cada año, cuando el sol
está a 9 grados en Aries, el principio del sol desciende nuevamente en nosotros,
y nos da una nueva dosis de energía. La preparación para esto debe ocurrir al
menos desde el equinoccio en Marzo. Es una preparación de al menos 9 días.
RECIBIENDO NUEVAS
ENERGÍAS
Los
iniciados eligen cada año los meses de Aries, Tauro y Géminis para atraer las energías
de círculos superiores y transmitirlos a nuestro planeta. Durante la Luna Llena
de Aries, las energías se invocan en el centro llamado "Shamballa",
donde el Maestro del planeta reside en el etéreo. Se asimilan de la Luna Llena
de Aries a la Luna Nueva para llegar a manejarlas y a aumentar el control de
ellas. Durante la Luna Llena de Tauro, cuando ocurre el festival Vaisakh, las
energías se transmiten al centro llamado “Jerarquía" que tiene un ashram
en el éter en la cordillera de los Himalayas. La Jerarquía transmite estas
energías a la humanidad durante Géminis. Es por ello que en el Occidente se
celebra cada año el descenso de “Las Lenguas de Fuego” durante el mes de
Géminis como las fiestas de Pentecostés. También en armonía con este ritmo, el
Maestro CVV recibió las energías de síntesis el 10 de Marzo de 1910, que fueron
traídas a él a través del cometa Halley cuando la Tierra pasó a través de su
cola en aquel momento.
Durante
tres meses, él asimiló las energías para distribuirlas a la humanidad en
Géminis el 20 de Mayo 29 de 1910 y para establecer ese día como el día del lanzamiento
del grupo.
Es así
que la Luna Llena de Aries se relaciona con la energía de la voluntad divina,
mientras que la Luna Llena de Tauro se relaciona con el amor y la sabiduría, y
la Luna Llena de Géminis con la luz que irradia, transmite y separa el amor de
la voluntad. En el cuerpo de la comprobación, Shamballa está situado en el
centro principal y está conectado hacia arriba con el señor Sanat Kumara que
reside en Shamballa. El centro del corazón se conecta con la Jerarquía, y la humanidad
con el centro de la garganta. La humanidad representa la personalidad, la
Jerarquía representa el aspecto del alma de nuestro sistema planetario.
Shamballa y la Jerarquía son uno e iguales, excepto que Shamballa es el azul
interior y la Jerarquía, la envoltura de oro.
LA SEMILLA DE LA PALABRA
Antes
de ser recibida, la palabra divina existe, pero no es perceptible. Es por eso
que las Escrituras dicen que la Palabra estaba con Dios y luego vino al hombre.
El Dios
en el hombre libera la Palabra y el hombre en Dios debe escucharla y recibirla,
lo cual significa percibirla. La Palabra existe como suspiro en Aries, como voz
en Tauro y como respiración en Géminis, y entonces existe la Palabra como tal.
Eso es lo que se explica en las Escrituras al hablar de los cuatro estados de
la elocución o los cuatro estados de la existencia. Lo que normalmente llamamos
la elocución es la elocución vocal.
Antes
de que la elocución, existe una base para la elocución que es la respiración.
Antes de que haya elocución al nivel del pensamiento, e incluso de que exista
al nivel del pensamiento, nosotros somos enunciados desde un centro. Una vez
que la Palabra viene al hombre, la semilla de la Palabra se desarrolla en él, y
los detalles de la semilla se convierten en pensamientos antes de ser
expresada. Para que la semilla germine, es necesario que el pensamiento y el
discurso sean puros. La manera más fácil de purificarse sabiamente es
pronunciando “mantrams” mental u oralmente.
La
recepción de la semilla está en Aries, su remojo está en Tauro, y su expresión
está en Géminis. Por su naturaleza, Aries, Tauro y Géminis son subjetivos y son
los principios sutiles, causales. De Cáncer en adelante, la manifestación
ocurre y entramos más en lo material. Hay 90 días de preparación subjetiva y 270
días para la expresión. El primer trimestre forma la semilla para la expresión
de los otros tres trimestres. Los que desean seguir el camino espiritual deben
utilizar muy seriamente los meses de Aries, Tauro y Géminis para preparar la
naturaleza subjetiva. Es gracias a las enseñanzas del Maestro
Tibetano
que la sabiduría antigua fue restablecida en la forma de los tres festivales de
la Luna Llena de Aries, Tauro y Géminis. Pero el conocimiento y la celebración
de estos festivales ocurren desde tiempos inmemoriales. Intentemos no sólo
respetar este conocimiento, sino también hacer buen uso de él en nuestras
vidas.
EL HUEVO CÓSMICO
En el
"Libro de los Muertos" del antiguo Egipto, se dice que el Dios Ra
está en el huevo solar. Lo describen irradiando en su huevo (el sol) y echando
a andar tan pronto como la energía solar despierta y le da impulso.
El dios
solar dice: "soy el alma creativa del abismo celestial. Ninguno ve mi nido.
Ninguno puede romper mi huevo. Soy el Señor." Ra es el poderoso y el huevo
es el símbolo de la luz, de la inmortalidad y de la eternidad.
La
sabiduría oriental conoce el sonido simiente Ra o Ram como el sonido del Fuego
Cósmico, que impregna el espacio. El simbolismo del huevo constituye una de las
claves principales de la sabiduría antigua. Dice que el globo del espacio se
manifiesta como un huevo de oro radiante que proviene de la oscuridad del fondo
y que el Creador, Brahma, vive en él. Del huevo de la Presencia viene el Hombre
Cósmico. Él se manifiesta a través del número 10: El 1 representa el YO SOY del
Señor, el 0 o el huevo, la Naturaleza divina.
Antes
de que la creación se despliegue, tiene la forma de un huevo, más adelante la
de un loto, como el principio que siempre está en desenvolvimiento. La mente poética
de los videntes describe que la Madre del Mundo vive en un lago lleno de lotos
que representan los muchos universos. Con el despliegue de un loto, la Luz Una
de la "Madre de los Mundos" se divide en 12 clases diferentes de luz,
irradia los 7 planos de la creación y les presta luz y vida. 12 x 7 son 84, el número
relacionado con Urano y su período de revolución alrededor del Sol. En
consecuencia, Urano es visto también como el Sol mayor; en el plano espiritual,
él gobierna sobre el signo cardinal de fuego de Aries.
Según
la ley de correspondencias, el globo en desarrollo del cosmos, el globo del
espacio que nos rodea y el huevo en la matriz son análogos. Durante los meses
del embarazo, el huevo crece en el vientre como el loto en el espacio. Después
del nacimiento, el hombre sigue su trayectoria dentro del huevo o la esfera de
los 12 signos del zodíaco. El tallo que une al huevo con el ovario corresponde
a la salida del sol en el día y al signo zodiacal ascendente al momento del nacimiento
en el Este: el ascendente. En el año solar, se corresponde con el equinoccio
vernal, con el que comienza el signo de Aries. La tradición de celebrar la resurrección
de Cristo o el despertar del espíritu con los huevos de Pascua nos recuerda la
profunda realidad espiritual del principio germinal cósmico.
GERMINACIÓN DE LA NUEVA
VIDA
El
símbolo de Aries ^ puede ser considerado como una brizna de
hierba con dos hojas divergentes desde cuyo centro emerge el nodo de la
siguiente generación de tiernas hojas de hierba. Las hierbas anuales, como casi
todos los cereales, que son nuestros principales alimentos del reino vegetal,
mueren cuando producen su fruta. Por esta razón simbolizan la cosecha y la siembra
del karma. Aries trae la nueva semilla, el impulso para un nuevo comienzo.
Astrológicamente es, por tanto, el principio del año. Durante las horas de la Luna
Llena de Aries, la semilla para el plan del ciclo anual siguiente es recibida
por los Grandes Iniciados de los ciclos? (círculos) superiores. Después de la recepción
de la semilla en Aries, su "remojo" es en Tauro, y su expresión en
Géminis. La semilla existe antes de ser recibida, pero no es perceptible. En consecuencia,
se dice que la Palabra estaba con Dios y entonces vino al hombre. Sólo cuando
la palabra viene al hombre es que se desarrolla en él su propia semilla.
Y la
semilla de la idea luego se dispersa por el pensamiento y es expresada más
adelante. Es la Voluntad quien propone una idea, la que debemos entonces
entender de la manera adecuada para luego ponerla en práctica.
INSTRUMENTOS DE
TRANSFORMACIÓN
Para
poder recibir la nueva semilla y expresarla, se necesita pureza interna. Los
primeros 15 días de Aries son un buen momento para nosotros para orientarnos a lo
interno y para dar un mejor orden a nuestros sentidos. Los sonidos mántricos
como el "Sri Ram" nos ayudan con esto. "Sri" representa el
esplendor, la Naturaleza Divina. El sonido ígneo se pronuncia y se escribe
repetidamente para quemar las impurezas en los planos físicos, emocionales y
mentales, generando así una personalidad transparente. El sonido tiene el poder
de purificar, de proteger y de dirigir. Ayuda a una transformación más rápida y
genera el seguimiento intuitivo de la Ley.
Otro
instrumento son los rituales. Los Iniciados usan los rituales para potenciar Su
voluntad y poder así llevar a cabo grandes tareas de manera efectiva. Las
llamas de un ritual del fuego tienen el fin de quemar pensamientos impuros y de
otorgarnos pensamientos luminosos. Podemos sentarnos al amanecer con un cuerpo
puro ante unas llamas, mirando al Este o al Noreste y hablar mentalmente con el
fuego: “Oh Maestro, quema, por favor, lo impuro en mí y dame el poder ardiente
para llevar a cabo acciones de buena voluntad."
Especialmente
los signos de fuego del zodiaco: Aries, Leo y Sagitario, así como los domingos
y los jueves, pueden darnos mucha energía ardiente. A propósito, el nombre del
Maestro Djwhal Khul, quien nos dio el Tratado del Fuego Cósmico, significa Guirnalda de Llamas." Él ha adquirido la maestría
sobre el elemento fuego y trabaja consecuentemente para la transformación del
fuego de la mente. Él sabe cocinar y servir la sabiduría para hacerla
apetecible para nosotros, de manera que podamos asimilarla.
LLEVANDO LA LUCHA AL
INTERIOR
La
energía ardiente de Marte rige a Aries en el plano externo. Nos hace luchar con
todo lo que se interponga en nuestro camino, para conquistarlo y derrotarlo. El
poder, la determinación, el arrojo, la agresividad y la obstinación son la nota
clave del tipo inferior de Aries.
Piensa
solamente en su intención y su acción y no en el punto de vista de los otros.
Es el tipo enérgico de un líder que acomete directamente contra aquello que desea
lograr, sin importarle a cuanta guerra, lucha u oposición deba enfrentarse.
La
lucha externa proviene de un malestar interno. En el camino espiritual tenemos
que aprender a llevar la lucha al interior y a luchar con nuestra propia personalidad.
Un buen gobierno luchará contra las debilidades internas en vez de luchar
contra otras naciones. Sólo cuando llevamos la lucha al interior podremos
superar el aspecto más bajo e impetuoso de Marte. Así la energía del
discernimiento despierta lentamente y con ella la luz de la sabiduría. La mente
iluminada es Mercurio, el regente superior de Aries.
Cuando
la luz en la cabeza crece más y más fuertemente, Urano se convierte,
finalmente, en el Señor de Aries. Él es el rayo de la luz de la intuición, que
es recibida vía los centros superiores de la cabeza.
En
consecuencia, se considera que Aries es el signo solar más radiante y el más
iluminado, representando la parte superior de la cabeza y la luz del mediodía
en el curso del día.
Quien
logra la luz en la cabeza asciende hacia el reino divino. No obstante, si
crecemos en conocimiento sin sabiduría y modestia, crece también el orgullo por
nuestros propios logros. En la sabiduría oriental existe la historia de Daksha,
una persona muy inteligente y hábil, que estaba muy orgullosa de sus
capacidades. La historia dice que el Señor hizo humilde a Daksha cortándole la
cabeza y sustituyéndosela por la de un cordero, la que luego se convirtió en un
carnero. La sustitución de la cabeza simboliza el reemplazo del plan individual
por el Plan Divino. Se recomienda pensar en esta historia cada año en el mes de
Aries, para armonizar el propio plan de vida con el Plan Divino y comenzar el
ciclo anual de la manera adecuada.
El Círculo y el Comienzo
El
círculo es un símbolo de la existencia eterna, que no tiene principio ni fin.
Un círculo se forma desde su centro; no tiene su origen en la circunferencia,
sino en el punto central. En el centro puede verse el principio de todas las
cosas, cómo se desarrollan y disuelven nuevamente. De la circunferencia sólo podemos
ver lo que ya ha llegado a ser, pero no cómo.
La
gente dominada por el intelecto se mueve solamente a lo largo de la
circunferencia y no puede alcanzar el centro. Parándonos en nuestro centro, vemos
las cosas y los acontecimientos en el trasfondo de la existencia eterna. Por
ello las Escrituras dicen:
"Hombre conócete a ti mismo; no trates de entender otras cosas
primero."
Cuando
marcamos un acontecimiento como comienzo, tenemos que definir a otro como fin.
Es un concepto de nuestra mente, un marco que establecemos.
Dependiendo
del punto donde se comience con la subdivisión del círculo, se obtiene otra
sabiduría. El círculo del año solar tiene cuatro puntos para comenzar: los
equinoccios de primavera y otoño, tanto como los solsticios de verano e
invierno. Se pueden tomar también los ciclos lunares como base para la
subdivisión del tiempo y obtener así el año lunar que es utilizado por algunas
naciones y religiones. También se han tomado los ciclos de Venus como base para
un año. Con el ciclo de Venus se trabaja con la línea de la inmortalidad, los
ciclos lunares tensionan la influencia del pasado, los ciclos solares, la
conciencia.
Comenzar
el año con el primero de Enero tal como se hace hoy día, no corresponde a
ninguno de los ciclos; es una fecha fijada arbitrariamente por las personas en
épocas más recientes, sin el conocimiento de la sabiduría antigua. Los nombres
de los meses de
Septiembre,
Octubre, Noviembre y Diciembre contienen los nombres de los números latinos 7,
8, 9 y 10 e incluso hacen alusión al viejo orden. Si Diciembre es el décimo
mes, no puede ser el cierre del año, sino que Enero es el decimoprimer mes y
Febrero el decimosegundo. Marzo con el equinoccio a 0 grados de Aries es
entonces el principio del nuevo ciclo anual.
Las
enseñanzas de sabiduría también lo enfocan de esta manera. Cuando intentamos
vivir conforme a los valores eternos, debemos seguir esta comprensión, entonces
se nos revela un conocimiento más profundo acerca del tiempo. Con esto, no
obstante, no debemos rechazar las costumbres sociales, sino respetarlas.
Cada
vez que varios planetas entran en Aries, ese es el momento de un nuevo
principio. Cada año, cuando el sol cruza el equinoccio de primavera, Aries trae
energías de fuego para los cambios. La vida da un gran impulso para que no se
mueva en círculo, sino para que progrese en espiral. El sol representa la conciencia
y tal como las plantas se esfuerzan ahora para surgir de la tierra con pleno
poder y comienzan a florecer, la conciencia individual tiene ahora también la
oportunidad de florecer. Es por ello que la estación que comienza es la Primavera,
"spring" en inglés (Spring: ingl. brotar, surgir, emerger). Cuando
vemos el florecimiento externo, debemos anhelar el interno.
El
espíritu debe despertar, recogerse y romper con el egoísmo individual y
ascender a reinos más altos.
Visualización Meditativa
El
signo de Aries rige la cabeza. La meditación en el mes de Aries recomienda
meditar sobre el símbolo de Aries ^ que comienza a partir de la punta de la nariz
y se abre a lo largo de las cejas. Podemos imaginar que somos un loto que se
abre a partir de las cejas hacia arriba y nuestra nariz como el tallo del loto,
las cejas como los pétalos preliminares bifurcados del mismo y la frente y la
parte superior de la cabeza como un globo de la luz situado en ese loto.
Podemos
contemplar la parte superior del loto con 1000 dimensiones, exactamente como un
diamante bien tallado que emite una luz brillante. El mantram para esta
meditación es SOHAM, significando “Eso yo Soy": No nos identificamos más con la vida
individual de nuestra personalidad, sino con la gran Vida, como la ola se
identifica con el océano. SOHAM es la canción de la respiración, del principio
pulsante. SO se expresa a través de la inhalación y HAM a través de la
exhalación. El sonido SO tendrá que ser visualizado en el centro de la cabeza y
el HAM exactamente desde el centro de la garganta. Con esto, la extensión entre
el centro de la garganta y el de la cabeza debe ser impregnada conscientemente
por nosotros mientras que pronunciamos el sonido internamente.
El Programa del Año
Aries
contiene el potencial de todos los otros signos solares; podemos experimentar
en él la energía del año entero en forma de simiente. De esta forma, los conocedores
experimentan el plan del año en Aries. Es también un buen momento para que
establezcamos un plan para el año y para considerar mejoras. El equinoccio ofrece
una oportunidad de hacer una introspección, de examinar nuestra forma de vida y
de pensar acerca de las áreas en las cuales podemos mejorar algo. En nuestro trato
con el tiempo, con la comida, la bebida y el sueño, con el dinero, o con
nuestros compañeros.
Desde
los tiempos más antiguos, se recomienda a los estudiantes espirituales el
consagrarse profundamente y el vivir con la mayor pureza desde el principio de
Aries, para ponerse en sintonía con sus energías. Se trata de vivir con los
alimentos y las bebida mínimas, de intentar hablar lo menos posible y de vincularse
con la más alta conciencia alcanzable. Sobre todo, en el tiempo a partir de la
Luna Nueva de Aries hasta la Luna Llena, ellos se consagran a un programa
yóguico para llevar los cinco sentidos a un estado de ecuanimidad, darles una
orden y mantenerlos en buen estado por el resto del año.
Nuestro
programa para el año depende sustancialmente de cómo nos orientemos durante
estos 15 días (del 20 de Marzo al 5 de Abril).
Embridando los Caballos
Los
sentidos se comparan con caballos salvajes, no domados, gobernados por Marte,
el regente de Aries.
Nos
arrastran hacia el exterior y nos hacen correr tras las cosas materiales. Con
esto abusamos de nuestras energías, nos cansamos y nos sentimos exhaustos. Aquí
son los caballos los que deciden adónde va el coche, no el cochero. Esto puede
llegar a un punto tal, que incluso el coche se rompe; esto significa que por un
estilo de vida incorrecto y excesivo, el cuerpo se enferma y muere. Cuando
damos una orden a los sentidos, tomamos las riendas. Con nuestro sentido de discriminación,
neutralizamos la actividad impetuosa
y
negativa de Marte. Entonces Mercurio se convierte en el regente de Aries y nos
transmite la luz del alma.
La luz
no se manifiesta por sí misma, sino que emerge cuando invocamos al alma y a la
presencia del Maestro.
Para
quien está viviendo en el nivel del alma, Urano se convierte en el regente del
signo. Urano causa cambios repentinos. Su lema es: "Esté abierto para lo inesperado,
para las nuevas posibilidades." Urano inicia trabajos que están de acuerdo con el
Plan, que dan una nueva dirección a la vida y duran mucho tiempo. Cuando Urano comenzó
su nuevo viaje a través de Aries a partir del 2011, esto estimuló actividades que
traen cambios de gran envergadura.
Es de
conocimiento muy antiguo que Aries da la oportunidad de ascender a niveles
superiores de la existencia. De igual manera, en el mes de Aries, el Viernes
Santo se celebra el festival del paso al más allá (“passover”), un paso a
círculos superiores de la existencia. En armonía con esto, el Maestro Jesús lo ha
manifestado a través de la muerte y la resurrección. Los cielos están abiertos
en este momento y con la preparación y la alineación adecuadas, podemos recibir
las energías entrantes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario