Por José L. Stevens
Uno de los grandes
temas de nuestros tiempos cambiantes y particularmente un tema para el 2014 es
la sanación de la relación entre el masculino y el femenino. Esto puede
parecer un tópico pesado para este momento del año pero mientras más pronto
entendamos cómo hacer esto más rápidamente podremos iniciar el proceso.
La ventana de tiempo es ahora, así que no debemos perder tiempo. Los días
festivos pueden servir cómo un trampolín para comenzar. Recuerden que este
artículo sólo rasga la superficie de un tópico verdaderamente enorme.
Para comenzar voy a definir
unos cuántos términos para poder entender este análisis. Cuando hablo de lo
femenino hablo del principio femenino que no es exclusivo para las mujeres. Hay
hombres que tienen más características femeninas que algunas
mujeres. Todos los seres humanos tenemos lados masculinos y femeninos. lo
sepamos o no. Igualmente cuándo hablo del masculino, no necesariamente
hablo de hombres porque algunas mujeres presentan más elementos masculinos que
algunos hombres. Esta complicación crea un mundo verdaderamente fascinante.
En este artículo
pretendo intentar decodificar y entender algunos de los tópicos más
controversiales y que pueden tocar algunos puntos sensibles en ustedes.
Continúen leyendo y entenderán más claramente por qué he dicho algo que puede
parecer la excepción. Una del as razones es que la intensidad y la falta
de claridad en este asunto se deben a la reactividad que la gente deposita en
el tema. Es casi como si aparecieran espadas,revólveres, hachas y
cuchillos al mencionar al masculino y femenino. Mantengan su mente
abierta hasta terminar de leer.
Ahora bien seamos
claros sobre algunas cosas. A nivel de la esencia lo masculino ama
absolutamente a lo femenino y viceversa porque uno es parte del otro. La
esencia no los opone sabiendo que ambos son necesarios, ambos son aspectos del
Espíritu, solamente vistos cómo diferentes por la mente humana. El ego o
falsa personalidad ve al masculino y al femenino de manera totalmente
diferente; para éste están en guerra, en oposición total, separados más allá
del entendimiento y siempre lo estarán. Así que cuando escuchen a alguien decir
‘nunca entenderé a esos condenados hombres/mujeres, me vuelven loco’, ésta es
la voz de la falsa personalidad que realmente quiere reforzar la separación y
el malentendido para que la relación nunca sane. De hecho eso es lo
último que el ego quiere, la sanación.
Ahora bien cuando hay
apariencia de separación hay semillas de desconfianza y dónde hay desconfianza
y dónde hay temor hay violencia y el potencial para el ataque. Por tanto
tenemos lo que aparenta ser una guerra entre los sexos. Para resolver este
problema pudieran tratar de hacer lo que han tratado de hacer algunas
religiones trazando una gran línea en la arena separando hombres y mujeres
tanto como sea posible. Esto nunca ha funcionado ni lo hará. Esa no es
manera de resolver una separación imaginada. Tantas religiones han perpetuado
el problema del malentendido en nombre de la pureza y lo apropiado. Sus
soluciones del pasado, no funcionarán hoy.
Analicemos la ira
porque la ira es uno de los signos más visibles del problema entre
ambos. ¿Por qué los hombres son tan violentos con las mujeres que tienen
que dominarlas, golpearlas, violarlas y faltarles al respeto? Miremos por un
momento la sabiduría convencional en el mundo, especialmente entre los pueblos
indígenas y la mayoría de la población. Aquí hay algunos:
Las mujeres son más
poderosas que los hombres.
Las mujeres son
físicamente más resistentes y extremadamente duras.
Las mujeres a menudo
dejan que los hombres piensen que son más poderosos, manteniéndolos en esa
ilusión.
Las mujeres son
realmente las jefas en la vida, especialmente en asuntos domésticos, sociales y
en las finanzas.
Recuerden que entre los
pueblos indígenas estas cosas son las mayores partes de la vida. Cazar no toma
tanto tiempo. Las mujeres son las consumidoras de la espiritualidad y por tanto
están a cargo de los elementos espirituales mientras que los hombres están a
cargo de los materiales. En un tiempo las tribus matriarcales eran la unidad
social principal en el mundo, antes de los tiempos modernos y todavía las
hay.
¿Sugiere esto,
contrario a las teorías antropológicas, que los hombres sospechan secretamente
qué, si se les permitiera, las mujeres lo dirigirían todo. Tienen los
hombres miedo a ceder una pulgada porque al hacerlo ellos serían dominados
totalmente? ¿Cuántos hombres están aterrorizados ante el compromiso porque
temen que perderán su libertad convirtiéndose en esclavos totales de una esposa
y un hijo? ¿Cuántos hombres tienen un conjunto establecido de obligaciones que
los hace pensar que ellos son el jefe? ¿Cuántos hombres escapan a la guerra
para darse un sentido de orgullo en su machismo y la ilusión de que son fuertes
y poderosos? La respuesta sencilla es: muchos.
El masculino está
desesperadamente enamorado del femenino, pero los hombres están a la vez,
furiosos con las mujeres. Siempre lo han estado. Aquí tienen parte del por qué:
Los hombres saben dentro de sí que ellos necesitan desesperadamente lo
femenino, no pueden vivir sin ello razonablemente. A ellos les cautiva
magnéticamente lo femenino y piensan en varias formas para obtener su atención.
Sin embargo lo femenino tiene el gran poder secreto del despido. Las féminas
pueden descartar al macho y en la naturaleza lo hacen regularmente cómo parte
del anhelo por fortalecer la especie. A lo largo del reino animal lo masculino
trata de atraer a lo femenino a través de grandes demostraciones de plumas,
cornamentas, danzas, canciones y similares. La hembra utiliza su poder de
despido y punto. Tú no, tú eres muy bajito. Tú no, tú eres muy aburrido.
Tú no, tú eres muy lento. Los machos seleccionados obtienen la pareja. Los
machos rechazados se quedan dando vueltas por la periferia, a menudo solos, y… no
se comen las galletitas. En los humanos debido a que ocupan cuerpos
simios de base mamífera, el despido es también parte del juego de apareamiento
pero no termina ahí. Lo femenino conlleva ciertas cualidades de discernimiento,
crítica, demanda y requerimiento. Lo primero que hace una madre al dar a
luz es examinar a su bebé para ver si tiene todos los deditos, verificar que
todas las partes estén en su sitio, que esté completo y total. Cuándo el hombre
llega al hogar después de la caza y se aparece con un conejo en lugar de un
venado, la mujer arruga la nariz y con su expresión indica ¿”qué, sólo un
conejo?. Esta noche no recibirás beneficios en la cama”. En el mundo de hoy
tenemos rendiciones más sofisticadas de esto pero todo es lo mismo. “¿Qué, manejas
un auto viejo, eres sólo un maestro, ganas poco dinero?” Los hombres de éxito,
al igual que el ciervo macho, el león, o el toro, saben que su estatus es
temporal. Un día encima y el otro ya no tanto. Siempre deben probarse a sí
mismos, siempre necesitan producir para poder escapar del mortal despido mortal
generado por el aspecto femenino de la madre naturaleza.
Lo femenino puede ser
brutal en este sentido. Uno de los aspectos más poderosos del ser macho es
estar a merced de la crítica constante de la hembra, del hacer las cosas mal,
el síndrome de,….”tú no puedes hacer nada bien aunque te lo propongas”. Por
esta razón es muy común que después de un número de años de matrimonio los
hombres tengan muchos apodos para sus esposas (siendo zorra uno de los menos
insultantes). Después de vivir sujeto a críticas interminables y sutiles o
despidos no tan sutiles el macho está furioso y quiere atacar,
desquitarse. Y cuál es la respuesta femenina a esto. “Deja los gemidos. Si
no quieres que te critiquen deja de actuar cómo un estúpido y haz algo bien
para cambiar”. ¡Uy! Así, las mujeres leen sus novelitas de romances sobre
“hombres malos” mitológicos, poderosos y dinámicos que son irresistibles. En
comparación, sus esposos y novios desaliñados parecen figuras
patéticas.
Pueden ver por qué con
este escenario, las mujeres están permanentemente desencantadas y los hombres
permanentemente desencantados con ellas. Este es un juego que no puede ganar
ninguno de los dos, pero es sutil, basado en procesos muy naturales, sólo que
llevados demasiado lejos. Lo masculino busca aprobación, aceptación
y amor por parte del objeto de su mayor deseo, lo femenino. Si ella se lo diera
y el fuese capaz de recibirlo, entonces él se sentiría salvado. Muchos hombres
están tan afectados que no pueden recibir cuándo se les da; ellos lo rechazan y
esto le aporta aún más daño al sistema.
Muchas mujeres son
adictas al rechazo y al aspecto crítico de lo femenino. Ellas no saben cómo
detenerse y al no detenerse contribuyen a que los hombres se vuelvan cada vez
menos atractivos ante sus ojos. ¿Por qué? Porque es precisamente
aquella perspectiva que nosotros perpetuamos, la que terminamos convirtiendo en
nuestra realidad. Estas mujeres encuentran con creciente amargura que los
hombres no valen nada y no merecen que se invierta en ellos. Ellos nunca hacen
nada bien y nunca lo harán.
Así, los hombres se
enfurecen con las mujeres y, o se hartan de ellas o simplemente las agreden,
sí, hasta llegan a violarlas, abusan de ellas, las atacan, no las respetan, y
todo esto debido al gran temor que les tienen. Sí, se trata de temor, no
es el poder el que perpetúa este comportamiento. Y mientras más temerosas
se vuelven las mujeres más perpetúan la realidad de que las mujeres son zorras
o tentadoras que deben ser castigadas.
Ahora tengan presente
que no estoy diciendo que éste sea siempre el caso. Es sólo un resumen de
muchos ejemplos de abuso que suceden en este planeta. No se
equivoquen. No estoy alabando o dándole la razón en forma alguna a este
comportamiento. Es el resultado de la confusión que tienen los humanos respecto
a algo que es puramente biológico, egóico y condicionado por la esencia.
Hemos examinado una de
las influencias de la naturaleza en lo femenino que conlleva grandes
dificultades entre machos y hembras. Ahora veamos la naturaleza que dirige a
los hombres a un territorio difícil. Está claro que es necesaria cierta
cantidad de agresión masculina para perpetuar la raza humana. Esto es cierto no
sólo a niveles sociales sino en la química del cuerpo masculino. Durante la
relación sexual la esperma masculina está dotada de armamento químico, químicos
capaces de atacar y penetrar la pared del óvulo. En otras palabras mientras más
agresiva la esperma, mayor probabilidad de fertilizar el óvulo. A nivel
de la esperma y el óvulo, esto equivale a atacar el castillo, una penetración
agresiva de la biología femenina. Los hombres están diseñados biológicamente
para penetrar las defensas femeninas. Por supuesto que no es tan simple
cómo esto debido a variables tales como el amor, el afecto, la amistad, la
intención de no dañar, la atracción y demás. Así que mientras la esperma
está ocupada penetrando el óvulo, el hombre puede estar amando a toda la mujer
y ésta es la diferencia entre la biología agresiva y la relación amorosa.
Así que hablando
biológicamente tenemos el arquetipo del macho que agrede a la hembra y el
arquetipo de la hembra que despide al macho. ¿Parece divertido? Para
nada. El macho, que está diseñado biológicamente para agredir siempre
está arriesgando el despido, así que a veces ataca y viola antes de que pueda
ser despedido. Esa es una estrategia de la falsa personalidad pero tiene
consecuencias sociales terribles. O él puede sólo dominar y aplastar a la
hembra para retenerla debido a que él ha perdido su libertad y sus
‘privilegios´ ante los ojos de ella. Esta es una solución pobre y es producto
de la falsa personalidad. Finalmente él puede ser paciente y esperar ser
aceptado por la hembra y entonces penetrar químicamente el óvulo de ella bajo
el manto verdaderamente posible del amor. Esto tiende a ser el
acercamiento físico más apropiado que la esencia pueda encontrar cómo
aceptación y tiende a funcionar muy bien. Sin embargo el ego masculino,
debido al hábito, todavía tiende a mantener el resentimiento y se queja de que
está arriesgando su libertad al hacerlo. Este temor puede hacer que crezca la
ira.
La esencia no necesita
del ataque, la penetración, el dominio o nada que le ocurra biológicamente al
hombre. Ella sólo observa la actividad del cuerpo y de la personalidad e
ignora lo que no sirve a su objetivo y respalda lo que sí lo hace. La
esencia está interesada solamente en el amor y en su plena expresión. Esto es
lo mismo para la esencia y la biología femenina. La esencia no necesita
del despido, la crítica, encontrar defectos o algo similar. Ella solamente
observa este comportamiento simiesco del cuerpo y de la personalidad. Si puede
encontrar la expresión de amor, de alguna manera se expresará a sí misma y si
no, simplemente esperará hasta que haya amor.
¿Qué conclusiones
podemos sacar de estas observaciones de lo femenino y lo masculino expresadas a
través del cuerpo? ¿Dónde está el potencial para sanar la horrible separación
entre los géneros? Echemos un vistazo.
Los hombres tienen una
exigencia inmensa ante sí. Ellos están desamparados sin lo femenino y por
tanto tienen un imán incorporado que los atrae inexorablemente hacia ello, aún
si fuera gay. Ellos deben entender esto. Biológicamente están construidos
para la agresión, a la usanza del viejo guerrero, pero para sanar este estilo
violador animal ellos deben hacer algo que es totalmente paradójico.
Deben ser pacientes, esperar por la aprobación y penetrar con amor. Deben
abrir totalmente su corazón y amarse así mismos primero. Esto sólo pueden
hacerlo a través del perdón. Los hombres necesitan perdonarse completamente por
todo. Si tienen éxito en esto ya no necesitarán aprobación de la mujer porque
tienen la aprobación de sí mismos, el amor profundo. Esto los libera de todo el
estrés y la distorsión respecto a las mujeres. Pueden relajarse y sentir
una gran confianza que entonces atrae a la mujer. Tarea difícil, puede ser.
Pero el hombre está diseñado para el desafío, y éste es uno grande. Esto debe
hacerse individualmente y en masa y de manera relativamente rápida si la raza
humana quiere sobrevivir. Y lo hará.
Lo femenino ama
absolutamente lo masculino y aunque las féminas pretendan que pueden vivir sin
el hombre, no quieren hacerlo. Ellas están diseñadas biológicamente para
despedir, para ser selectivas, para utilizar su sentido crítico. Ellas
necesitan retroceder ante la maquinaria de cuerpo que sólo despide por hábito.
Ella necesita aceptar al macho y aprobarlo de corazón para que él pueda
convertirse en lo que ella quiere que él sea. La única forma en que puede
hacerlo es perdonándose a ella misma completamente por todo, para amarse a sí
misma totalmente. Sólo de esta forma puede tener éxito para amar lo
masculino sin las condiciones que la personalidad del cuerpo quiere hacer. Este
es el verdadero significado tras la historia de la bella y la bestia y otras
historias mitológicas sobre besar la rana para que se convierta en príncipe.
Ambos tienen un trabajo
por delante. No hay culpa. Nadie tiene la culpa. No obstante todos somos
responsables ante la sanación del dilema. Todos lidiaremos con cada lado del
desafío al avanzar desde las vidas masculinas a vidas femeninas y devuelta.
Mientras más progresemos en la una mejor será en la próxima cuándo seamos el
sexo opuesto. ‘Si eres hombre y quieres ser una mujer feliz en una vida
próxima, haz tu tarea. Viceversa con la mujer. Si insistes en tener razón al
odiar el sexo opuesto igualmente odiarás el sexo que tendrás en una vida futura
cuándo estés en el cuerpo de otro sexo. No te crees este tipo de problema. Si
eres hombre, ama a las mujeres con todo tu corazón de una forma saludable y si
eres mujer, ama a los hombres con todo tu corazón de manera saludable. Esto
significa que no tienes que necesitar y tampoco aferrarte sino amar la libertad
de escoger’. Disfruten.
Traducción: Fara González
López
Edición y Difusión: El Manantial del Caduceo
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