Vicente Beltrán Anglada
LA VERDAD HA DE PRESENTARSE DE TAL MANERA, QUE CONVENZA SIN ATAR Y QUE ATRAIGA AUN SIN CONVENCER. ESTO SOLO PUEDE REALIZARLO EL LENGUAJE DEL CORAZÓN
Vicente.- Bajo el título genérico de conversaciones esotéricas vamos a iniciar hoy una serie de disertaciones que tienen por objeto abarcar todo el contenido esotérico, o sea, profundo, dinámico, que existe más allá de aquello que pueden percibir los sentidos y aun el entendimiento razonable para llegar a las zonas más profundas en donde parece ser que existe algo supremo, divino, con lo cual debemos establecer contacto.
El temario que
pensaba disertar hoy tiene que ver con todos aquellos efectos que tienen lugar
en el éter y que pasan comúnmente desapercibidos por nuestros sentidos, es
decir, todo aquel contenido vital que tiene que ver con todo cuanto ocurre en
la naturaleza, incluidos los acontecimientos del mundo de los hombres, los
adelantos científicos, las más elevadas concepciones filosóficas y todo cuanto
constituye el arquetipo de conocimiento que debe realizar el ser humano,
porque, evidentemente, nuestro espacio es multidimensional, esto significa que
no existe un vacío en el cosmos, y que cuando existe un vacío entre nosotros
forzosamente este vacío debe estar lleno de una substancia, de un elemento, o
de unas vidas, con las cuales no podemos corrientemente establecer contacto
debido a que nuestras células cerebrales no han llegado todavía a un estado de
perfección que les permita ser conscientes de estas dimensiones.
Se nos dice, según
la gran ley hermética, de que nuestro Universo es septenario, de que existen
para nuestro Universo siete dimensiones, siete dimensiones de las cuales
solamente conocemos tres, que corresponden a nuestro mundo físico. Es decir,
que cuando la ciencia empieza a reconocer hoy día el cuerpo etérico o el cuerpo
bioplásmico debido a los últimos avances científicos, es que empieza ya a
descorrerse en lo que toca a la ciencia esta área profunda que llamamos cuarta
dimensión. ¿Qué es la cuarta dimensión? Yo diría que es el espacio que nos
permite ser conscientes de otras vidas y de otras criaturas que viven en el
éter y que no podemos ver debido a que nuestro cerebro no está todavía
ampliamente capacitado para ello.
Los planos del
Universo tienen que ver con todo este conglomerado, y si tenemos que hablar
desde un punto de vista netamente esotérico, como es el tema que nos ocupa,
debemos empezar a reconocer la verdad fundamental de que nuestro Universo
septenario tiene en cada una de sus dimensiones, o de sus planos de actividad,
un arquetipo que debe ser realizado. En el plano físico parece ser que la
tendencia del arquetipo es la belleza. Debemos educar, desarrollar y ampliar en
nosotros cada vez más este arquetipo de belleza que es el que permite una perfecta
ecuación de los valores internos a través del cuerpo físico. Si vamos al mundo
emocional, parece ser que debemos llenar el éter de este plano con bondad. La
belleza física más la bondad del mundo emocional debe sacar como consecuencia
la otra dimensión que es la verdad, la verdad de la mente, de todo el contenido
filosófico de la humanidad y de todas las humanidades hasta converger en esta
presente Subraza de la 5ª Raza. Entonces, como hemos dicho siempre, hay una
tendencia absoluta hacia la realización de los arquetipos, y ustedes
preguntarán, ¿qué tienen que ver los arquetipos y las dimensiones con este
espacio multidimensional? Precisamente porque a medida que nos vamos
sutilizando, es decir, que entre los átomos que constituyen nuestra estructura
psicológica existe más distancia, empezamos ya a ser etéreos, porque la
dimensión no tiene más que ver que hay más espacios vacíos, vacíos de aquello
que no podemos percibir, aunque lleno de aquello que todavía no es perceptible
por nuestra razón ni por nuestros sentidos. Por ejemplo, el éter está
galvanizado por ciertas vidas que condicionan la mente y el corazón de los
hombres. Son sustancias vivas cuya primera opción puede ser también posible
desde un punto de vista científico con la teoría de los elementos químicos, si
analizamos un cuerpo físico a través de un aparato de gran potencia
radioeléctrica vemos que entre un átomo y otro átomo existe una distancia
comparable casi de un kilómetro de distancia en proporción de lo que nosotros
comprendemos por distancia, entonces, si el cuerpo físico visto de esta manera
entre cada dos átomos hay esta distancia, hay que suponer que al aumentar las
dimensiones del espacio la distancia es mayor, lo cual equivale a una alta
frecuencia vibratoria que hace que exista sutilidad. Esta sutilidad es la
conquista de las dimensiones, aquello que debe revelar cada dimensión, hasta el
punto de que si somos capaces de percibir, aunque sólo sea en cierta medida
este aspecto multidimensional del éter, somos conscientes de otras criaturas
conscientes que allí viven y tienen su morada. Por ejemplo, son reconocidos
dentro de los elementos unas criaturas vivas conscientes a las que la ciencia
esotérica asigna el nombre de elementales, a otras potencias que también
cohabitan en el éter se les denomina ángeles o devas, y son perceptibles para
las personas que poseen una alta sensibilidad psíquica o que tienen poderes
mentales extremadamente organizados. No se trata de algo al azar, yo estoy
seguro de que alguna vez al menos cada uno de ustedes ha experimentado la
presencia de una entidad cerca de ustedes que no es física y que tampoco es
—según la teoría de los desencarnados— una entidad que ha dejado el cuerpo sino
que son criaturas vivas que tienen sus propias condiciones en aquel plano, que
tienen su propia conciencia y que colaboran con el ser humano en la realización
de aquellos arquetipos que han sido anteriormente mencionados. Naturalmente,
esto presupone una capacidad de percepción que no está al alcance de la
mayoría. Tampoco vamos a creer que una persona que esté dotada de esta facultad
de ver lo que existe en los éteres va a ser más espiritual, se trata de cierto
poder que el hombre debe tener algún día plenamente conquistado, que le dé la
seguridad de que allí existe una vida, una permanencia de vida y una
realización constante desde el mundo espiritual. Por tanto, la sutilidad a la
cual me he referido, esta distancia que separa los cuerpos a medida que avanzan
las dimensiones del espacio y que nos da sutilidad, nos habla también del
sentido de gravedad que existe en todos los planos. ¿Por qué el plano físico es
el más pesado? Porque la distancia entre átomos no es tan fuerte, no es tan
profunda, no es tan inmensa como en el caso de un plano ádico, por ejemplo, en
el cual existen millones de kilómetros entre un átomo y otro átomo; y ustedes
dirán, ¿cómo puede ser probado esto? Sencillamente, solamente al pasar a la
cuarta dimensión somos capaces de percibir lo que existe más allá de los
cuerpos opacos, por ejemplo, esta pared, puedo ver lo que existe al otro lado.
¿Por qué?, porque estoy utilizando una dimensión en la cual el vacío es tan
grande que me permite penetrar a través de un cuerpo opaco, porque es la ley de
la afinidad química más sutil que opera en aquel plano, y si ya ahora empieza
la ciencia a ocuparse de la cuarta dimensión y a aceptar como válida la teoría
de los esposos Kirlian —científicos de la Unión Soviética—, acerca del cuerpo
etérico o del periespíritu o bien del cuerpo bioplásmico, es que realmente existe
ya una posibilidad de que progresivamente vayamos educando este sentido fino de
valores que tiene que hacernos conscientes de todas las dimensiones del
espacio.
Ustedes se preguntarán, ¿qué misterio se
realiza cuando estoy hablando y ustedes están escuchando, y cómo se propagan
las ondas auditivas y parlantes a través del éter para que puedan afectar la
sensibilidad de los oídos tal como salen de la boca? Entonces, hay una
substancia viva en el éter, y esta substancia viva es la que permite precisamente
la relación. A medida que la relación se hace más sutil, cuando la persona está
penetrando en zonas de alta sutilidad entonces es consciente de unas formas de
vida realmente extraordinarias. Se nos dice, esotéricamente, que el éter es la
sangre de los dioses, esta es una afirmación que merece nuestra atención más
inmediata porque también se dice que cuando la sangre circula por dentro del
cuerpo no es sólida ni líquida, sino que es gaseosa, solamente en contacto con
el aire la sangre toma el aspecto líquido hasta que se solidifica. Son cosas
que nos hacen pensar que realmente aquellos grandes Rishis de la antigüedad
cuando dijeron que el éter es la sangre de los dioses tenían su razón, porque
ellos veían que lo que permite la relación de los mundos, lo que permite la
relación entre los planos, entre los reinos de la naturaleza y entre las
distintas dimensiones del espacio es simplemente éter, éter en sucesivas
modificaciones que van de lo más físico a lo más elevado. De esta manera, todo
cuanto se precisa entonces es ser consciente de estas dimensiones, y el hombre
de la Nueva Era tendrá que trabajar con la quinta dimensión del espacio, la
cuarta tiene que estar rebasada ampliamente cuando empiece a actuar la 6ª
Subraza de la 7ª Raza, a fin de que exista la posibilidad de establecer
contacto con criaturas de un origen desconocido, pero que parece ser tienen que
ver con la evolución espiritual del ser humano, me refiero concretamente a los
ángeles.
Naturalmente, ustedes verán que no existe
ninguna religión en el mundo que trate de establecer contacto con la divinidad,
que no haga un culto especial para los devas o para los ángeles o para los
espíritus de la naturaleza, como en el caso del vudú, porque todo cuanto hasta
aquí entendemos como magia no es sino aquel sentido de incorporación consciente
de aquellas entidades para provocar determinados efectos en el mundo físico. La
magia, la teurgia y la goecia, magia siempre es manipulación de la energía. La
magia blanca es la teurgia, opera con entidades elevadas de esos planos
misteriosos de los cuales poco sabemos. La goecia es la magia negra. Todos
hemos oído hablar de esto a través del tiempo, no se trata de algo nuevo de
ahora. Yo de pequeño había oído a mis padres hablar de estas cosas, pero nunca
había sabido yo que esto era algo científico y que no tenía nada que ver con la
superstición, sino que existe un poder en los éteres del cual el hombre puede
algún día extraer su significado y aprovechar esta potencia para crecer,
precisamente, para alcanzar el mundo de los arquetipos. Porque cada dimensión,
cada plano, cada reino de la naturaleza, cada raza, tiene la misión de regalar
un arquetipo. Este arquetipo parece ser que está agitándose gozosamente en los
éteres más sutiles de nuestro Sistema Solar. Esto indica también que existe una
responsabilidad para las personas sensibles que pueden establecer contacto con
estos mundos de no caer en el vicio —que trae su castigo— de aquellos que sin
darse cuenta se han convertido en magos, porque magia —no debe asustar la
palabra— es sencillamente una forma de decir manipulación de la energía que se
agita en el éter, desde el momento que sabemos que existen entidades, que
existen criaturas vivas y conscientes en el éter. Y cuando sabemos nosotros,
cuando hablamos de contenido social, cuando hablamos de impresiones subjetivas,
cuando hablamos de poderes psíquicos o de efectos parapsicológicos estamos
simplemente definiendo esos estados de conciencia de los cuales poco conocemos,
pero que sabemos sí, que existen. Entonces, el problema actual, el problema de
una humanidad que está agonizando, de una humanidad que está tratando con todo
su esfuerzo de salir de este atolladero social en que se halla sumergida,
cuando trata de recuperar el prestigio, la paz y la potencia de aquello que
tuvieron los primitivos pobladores del planeta, cual era el contacto consciente
con los poderes ocultos de la naturaleza, ahora en el siglo XX, a punto de
finalizar éste y de empezar una Nueva Era, hay que empezar por tener presente
que vamos a tener que ponernos en contacto con estas fuerzas, colaborar con
estas fuerzas y hacer de estas fuerzas nuestras aliadas a fin de realizar
nuestra evolución más rápidamente. No existe aquello que esotéricamente
llamamos iniciación, o sea, el poder de trascender la vida humana para pasar al
quinto reino de la naturaleza, o sea, el reino de las almas, el reino de la
liberación, sin antes haber establecido contacto consciente con estos
misteriosos elementos invisibles. Y, naturalmente, preguntarán ¿cuáles son
estos elementos invisibles que no podemos ver pero que a veces hemos sentido?
Una señora me decía el otro día que estaba descansando y que sintió como si
pasara por su mejilla el ala de un ángel. Naturalmente yo no sé si los ángeles
tienen alas, sólo sé que son entidades conscientes, y cuando todas las
religiones sin excepción, con distintos nombres establecen un culto definido a
los ángeles, a través del incienso, a través de los mantras o a través del
sándalo o a través del OM, de lo que sea, estamos tratando (de asegurar un
contacto) ya que (esto es necesario) para establecer el arquetipo ideológico
de cualquier Iglesia determinada o de cualquier idea filosófica del pasado, (es
igualmente necesario) para poder llegar a este punto en el cual podamos
materializar por lo menos de una manera que sintamos su presencia, (la de) y
estas entidades que vibran en los mundos invisibles, o sea, en los éteres, y
entonces empiece el reinado la evolución consciente del hombre.
Se dice también, que en las primitivas
edades de la humanidad, seguramente cuando el ser humano todavía estaba en
formación, existía una virginidad absoluta en el ser humano que le permitía
estar en contacto con los ángeles. Que después, al aumentar la división, cuando
el hombre creó la mente y con ella el poder de discernir las cosas estableció
una diferenciación, (y) se fue apartando de los ángeles y fue
adquiriendo la posibilidad de conciencia y de libre albedrío humano. Esto
naturalmente pudo parecer una cosa de maravilla, pero de qué vamos a
maravillarnos ahora que poseemos la televisión, los grandes reactores, la
telegrafía, las computadoras electrónicas, para algo que nosotros vemos que
realmente tiene que ser así, sin contar con la cooperación de estas entidades
invisibles en la evolución del ser humano. Se trata de un punto de atención
sobre el cual quisiera atraer la atención de ustedes, porque cuando se habla,
por ejemplo, hoy día está de moda el diablo, se hacen películas acerca del diablo,
pero quisiera también atraer la atención de ustedes hacia aquello que significa
el diablo en nosotros. Por ejemplo, una persona por su tendencia natural tiende
hacia la divinidad, esto se llama técnicamente evolución, sale de las canteras
más profundas de la vida organizada hasta conquistar los elevados arquetipos
que se hallan en los planos más elevados de nuestro sistema, entonces todo el
trayecto debe ser pesado, medido, calculado y desarrollado según unas normas
realmente inmutables que son las leyes que bordean precisamente ese sistema
donde estamos inmersos, y que todo esto no es más que tratar de establecer
contacto consciente con formas de vida que están agitándose a nuestro
alrededor. Tercer punto, si llegamos a establecer este contacto y al propio
tiempo somos capaces de vibrar en la misma sintonía, entonces estamos
reproduciendo idéntico proceso que aquel que se originó al principio de los
tiempos cuando, según los tratados esotéricos, el hombre vivía equilibradamente
y en paz con sus hermanos los ángeles, y la maldad y la bondad no es más que
aquel aspecto que hay en cada hombre buscando la evolución, el arquetipo
superior, y por el otro lado las tendencias de todo aquello que tiene que ir
dejando como a través de un cedazo que es el contenido de todo aquello que es
peso, que es gravedad. Hemos hablado de gravedad, el sentido de gravedad es lo
opuesto a la evolución, es involución, en tanto que la sutilidad es realmente
evolución; entonces, el hombre debe perder peso esotéricamente hablando, y
solamente puede perder peso cuando entre las moléculas que constituyen sus
distintos cuerpos exista cada vez más distancia, cada vez más sutilidad. En esa
sutilidad se halla la explicación del porqué Madame Blavatsky había dicho que
el espíritu y la materia eran la misma cosa, que la materia es el espíritu que
ha descendido a su nivel más bajo de objetividad, y que el espíritu en sí es la
materia dignificada hasta el último extremo de sutilidad. Por tanto, todo esto
nos amplía el concepto de que existe una corriente evolutiva que tira hacia
Dios y otra que tira hacia la materia. No es que aquello sea más malo o más
bueno, pero fíjense bien que todo aquello que crea peso en la conciencia o en
el cuerpo, que todo esto que tira hacia arriba sutilizando, son los extremos
que están siempre en posiciones antagónicas. Esotéricamente, a la parte que
pesa se le llama el Guardián del Umbral o el Guardián de los
Misterios, el Guardián de la Iniciación, y todo aquello que no tiene peso
se le llama el Ángel de la Presencia o el Alma humana, o Dios
en nosotros, Cristo en ti esperanza de gloria. Entonces, en medio de esta
lucha está crucificado el hombre, de ahí, precisamente, el símbolo de la cruz.
El hombre, se nos dice, es un animal más un dios: en el centro de la cruz está
el hombre crucificado. El hombre es dentro de la evolución del planeta Tierra
la entidad que tiene por objeto redimir los reinos subhumanos y adquirir la
conciencia de los reinos superiores, y cuando esto se realiza, cuando la cruz
es perfecta, cuando no existe un desequilibrio, entonces se dice que el hombre
ha adquirido el poder de liberarse o ha adquirido la liberación. Cuando decimos
liberación hay que entender que hemos perdido peso, hemos quedado convertidos
casi en la gloria monádica, casi podemos decir que de nosotros a Dios solamente
existe una pequeña partícula que nos separa de Su presencia, que es
precisamente la partícula que nos permite auto reconocernos y trabajar siempre
en un sentido positivo, porque esotéricamente se tiene en cuenta que todo
Universo no es sino el cuerpo de una entidad universal que utiliza aquel
Universo para expresar su propia vida. Luego Dios, dentro del Universo, es una
entidad psicológica como un ser humano, y cuando se nos habla de la Gran
Fraternidad Cósmica, dentro de la cual existen todos los mundos, todos los
Universos y todas las galaxias, estamos hablando de éter, siendo éter la
substancia primordial que nos permite esta auto-relación y esta relación con
los demás seres y con los demás mundos del Sistema Solar. Cuando hablamos de
éter estamos buscando la causa de todas las cosas, no estamos buscando definir
un estado de conciencia o un lugar o un hecho, estamos tratando de la esencia
de la vida, de ese supremo impulso que tiene que llevarnos hacia Dios, y naturalmente,
si todo el estudio esotérico que podemos tener juntos, y que naturalmente debe
surgir de nosotros el diálogo para descubrir lo que está más allá de los
sentidos, de la emoción y aun del entendimiento, es cuando seremos conscientes
de niveles desconocidos, cuando podemos realizar el arquetipo, cuando haremos
la distinción perfecta entre el Guardián del Umbral o demonio
tentador, y el Ángel de la Presencia o el ángel guardián, del
cual nos hablan todos los tratados místicos y religiosos del mundo sin
distinción alguna.
Como digo, la idea del demonio ahora está
de moda, se hacen películas que demuestran un interés en descubrir las causas
de este proceso. Precisamente, a través del tiempo y siguiendo un proceso de
reincorporación estamos siempre, a través del proceso místico del karma o de la
Ley de causa y efecto, de cargar nuestros vehículos con substancia de los tres
mundos, y esto, este peso específico, es lo que impide la coordinación
inteligente con los mundos invisibles y el que impide que nuestra mente pueda
funcionar en zonas de alta sensibilidad y que nos está arrastrando por el suelo
debido a la propia ley de gravedad, siendo así el demonio esta ilusión que,
fíjense bien, no sólo es la entidad que hemos creado a través del tiempo, a través
de los actos punitivos, de aquellos actos reprobables, de aquello que hemos
realizado mal o de aquello que hemos omitido pudiendo realizarlo. Todo esto es
el peso específico que impide la elevación del alma, todo este contenido es una
substancia eléctrica, por así decirlo, que está cargando los éteres que nos
circundan y que transmitimos unos a otros de la misma manera que nos
transmitimos los microbios que causan las enfermedades. Si admiten ustedes como
válida esta teoría de que de la misma manera que nos transmitimos por relación
simpática los virus de las enfermedades, hay que admitir también, porque la
analogía es la base de nuestro sistema, de que realmente también nos estamos
transmitiendo aquellas energías que fluyen de nosotros cuando el cuerpo
psíquico está cargado o cuando la mente no funciona adecuadamente. Entonces, es
fácil suponer que el ambiente donde existen criaturas conscientes con la
capacidad de apropiarse de nuestras energías constituyendo formas de
pensamiento o formas emocionales, formando verdaderas nubes psíquicas que están
conturbando el ánimo de la humanidad y están impidiendo realizar los
arquetipos, entonces sabremos de la responsabilidad que tenemos de no cargar
los éteres, porque de la misma manera que Cristo decía que el hombre es
responsable no sólo de las palabras que haya dicho ofensivas sino también de
las palabras inútiles, porque esto está creando en el éter las semillas de la
descomposición psicológica de la raza. Basta que se fijen en los ambientes;
cuando entren ustedes en algún lugar donde se haya pensado mal ustedes sentirán
el impacto; si van a una Iglesia, la que sea, notarán un aura de paz creada por
el sentimiento de fe de muchas personas; y si penetran en un santuario perdido
en los montes, donde solamente existe un santo en oración sabrán también de la
gloria de Dios. ¿Por qué?, porque Dios está en todo, pero por la ley de peso de
la gravedad es justo y lógico admitir que solamente donde hay pureza existen
ángeles y donde hay impureza existen demonios, no siendo entidades, no siendo
formas objetivas tal como han sido supuestas sino como estados de conciencia
permanentes de la humanidad que no han sido todavía destruidas por el poder de
la voluntad de nuestra vida psicológica, y que nosotros hemos creado estas
formas y al crear estas formas somos al propio tiempo los creadores y los que
sufrimos las consecuencias de su acción. Es decir, que cuando hablamos —y esto
es muy natural— de las consecuencias de los gobiernos que tenemos o de las
filosofías que están inundando la literatura de los pueblos o de una forma
determinada de evolución, tengan presente que hemos dinamizado el éter del
espacio que nos circunda y que realmente tenemos aquello que merecemos, ustedes
creerán que esto parece una cosa imposible pero analicen, por favor, esta
cuestión. Es necesario que seamos conscientes del poder que tenemos, de la
cantidad de energía que desarrollamos, de los elementales que creamos, o de los
ángeles que invocamos, y cuando hablemos del demonio no le creemos como una figura
antipática, como la que tenemos desde el principio de los tiempos, sino pensemos
que la forma puede ser realmente horrible, pero es una forma creada con la
substancia de nuestros pensamientos y de nuestras emociones. Así que no
critiquemos al diablo, critiquémonos a nosotros, y cuando estemos en un proceso
diabólico busquemos la paz y el diablo desaparecerá, perdamos peso y el
guardián desaparecerá; reaparecerá el guardián del umbral seguramente en una
etapa superior de trascendencia absoluta, cuando, al llegar a cierto punto
donde solamente hay que atravesar una puerta para ver y realizar un arquetipo
determinado, veamos ante nosotros el Guardián del Umbral por un lado, y el
Ángel de la Presencia por el otro y tengamos que pasar por el centro, entonces
se verá si realmente nos atrae más la forma del Guardián del Umbral o del
Demonio tentador o si estamos insuflados por el poder y la gloria del Ángel de
la Presencia. Esta distinción que llegará a todos nosotros en cierto periodo
vital de nuestra vida espiritual, psicológica, debemos empezar a encararlo
ahora, con la teoría de las fuerzas que vibran en el éter, por el dinamismo de
los espacios intermedios, por aquel poder que existe que hace que una persona
sea santa y que la otra malvada. ¡Esto es! Ahí está la cuestión de todo el
esoterismo, tratar de resolver el dilema que existe en los éteres, tratar de
conquistarlos, de dinamizarlos con una vida más suprema, más desbordante, más
vívida, más noble. Siendo así, el problema del demonio desaparecerá; entonces
quizás el problema inmediato sea el contacto con los ángeles. Ya directamente
empezar una nueva civilización basada en la fraternidad, lo cual todavía no ha
sucedido, porque se habla mucho de fraternidad pero evidentemente no existe,
existe una opresión, existe siempre el egoísmo humano y este egoísmo es el
verdadero demonio, el diablo, y cuando se nos hable de exorcismo pensemos que
se trata de una actividad supremamente científica, que nada tiene que ver con
la superstición, con el atavismo, con la tradición de aquello que nos enseñaron
de pequeños, sino que es algo latente que surge de nosotros y que en nosotros
mismos podemos resolver, que podemos evitar y que podemos crear nuevas
situaciones en un mundo oprimido por la desesperación y el sufrimiento.
Prefiero que tengamos un poco de coloquio
porque yo creo que el tema en sí es actual, evidentemente, siempre ha sido
actual. El problema del hombre para la humanidad es siempre actual, pero hemos
llegado a un punto dentro de la órbita de las conclusiones personales en que
realmente precisemos quizá de aclarar este punto para no caer como en el pasado
hemos caído en la tradición y abarcar el asunto de una manera totalmente nueva.
Por ejemplo, todo cuanto existe es una creación del hombre, excepto aquello que
es la naturaleza, fíjense bien el poder de crear que tiene el hombre, no
solamente puede crear un edificio, un estado de conciencia, sino que puede
dinamizar los éteres creando nuevas formas de vida y de civilización, y para
esto no se precisan nunca los jurisconsultos ni los políticos ni los caudillos.
Se precisa únicamente la fuerza de voluntad del individuo, el poder de la
autoobservación, el poder, definitivamente, de dinamizar los éteres con aquel
poder que es la ciencia máxima de la vida y que se llama, técnicamente, la
voluntad. Educar la voluntad, con la voluntad podemos crear ángeles y demonios,
entonces la elección es para nosotros, y para nosotros es realmente la
responsabilidad. ¿Cuál será la tarea? ¿Cuál será la respuesta? Eso depende de
nosotros, y podré continuar insistiendo con las preguntas de ustedes.
Interlocutor.-
¿Qué es más importante la fuerza de voluntad o la imaginación?
Vicente.- La
imaginación y la voluntad siguen dos caminos muy diferentes aunque van al mismo
sitio. La imaginación es mental, la voluntad es más alta siempre que la mente,
es decir, que la voluntad es para hacer fruto o conciencia u objetiva la
imaginación, por lo tanto, siendo la tendencia de la imaginación de llegar a un
sitio determinado, entonces, lógicamente, hay que educar la voluntad con la
fuerza de la intención o de la imaginación. La imaginación puede crear un mundo
de maravilla y la voluntad complementará aquel fruto de la imaginación, pero la
imaginación —ya estamos insistiendo en lo mismo— puede crear también la
deformidad psicológica, por lo tanto, la imaginación en sí no es lo positivo,
lo positivo si acaso será una imaginación dirigida por un gran sentimiento de
fraternidad, buscando siempre lo mejor de lo mejor y utilizando la voluntad para
dinamizar los éteres que harán posible que aquello se pueda realizar, que pueda
ser objetivo y llevarse a cabo.
Interlocutor.-
Bueno, es que pasa una cosa, es que yo he leído algo sobre este particular
donde diferencian esto de una forma bastante notable, o sea, que dicen que con
mucha voluntad y sin imaginación el hombre no puede crear nada porque toda la
creación depende de la imaginación. O sea, tal como tú has dicho muy bien
antes, toda la obra que se manifiesta que vemos, excepto la naturaleza que es
obra divina es imaginación. ¿Estamos de acuerdo?
Vicente.- Justo,
sí, naturalmente. Imaginación cristalizada en objetividad.
Interlocutor.-
El demonio yo comprendo que es nuestro propio cuerpo con sus vicios, pasiones y
mala sociedad…
Vicente.- Parte
del demonio. Fijaos bien, estamos empleando palabras, palabras, quizás con el
tiempo, con el devenir del tiempo, quizás serán reemplazadas por otras más
asequibles, pero digamos demonio al contenido corporal de tres cuerpos, que son
la mente inferior o intelecto, que está relacionado con el deseo, el propio
deseo y la conducta, ahí está el demonio, pero el demonio no debe asustarnos
porque nadie se asusta de sí mismo, pero la imaginación puede crear, puede
sutilizar este demonio y convertirlo en un ángel. Ahí está el problema. No es
que no exista el demonio, lo que pasa es que no existe tal como lo hemos
supuesto siempre, existe una forma permanente que nosotros hemos creado a
través de las malas inclinaciones del tiempo, de lo que hemos encontrado, de lo
adquirido, del fruto amargo del karma del pasado, pero en el presente —y
siempre debemos hablar en términos de presente—, estamos tratando de deificar
el proceso, divinizarnos hasta el punto en que todas las tendencias queden
transformadas en algo superior, tal es el sentido del Magnus Opus de los
antiguos alquimistas de la Edad Media, que realmente lo que buscaban era
transmutar el metal vil de los cuerpos inferiores en la gloria pura de la mente
superior, por lo tanto, todo este proceso lo sabemos porque lo hemos leído, y
todo el misterio ha sido llevado a un punto en el cual somos conscientes de que
realmente podemos hacerlo, y como podemos hacerlo la responsabilidad es el
porqué no lo hacemos.
Leonor.- Has
tocado el tema del exorcismo, y yo algunas veces he pensado cómo es posible que
si una persona tiene ciertas convulsiones producidas por equis cosas, cómo es
posible que el exorcista pueda sacárselo en un instante o en una actuación
suya. Si es producto de sus errores, si es producto de sus inclinaciones
materialistas o de lo que sea, cómo puede sacárselo en un momento todo el
proceso psicológico de aquella mente. Creo más bien que le asusta y nada más.
Vicente.- ¿Se
dan cuenta de la pregunta? Entonces, vamos a tratar ya de aunar esto con lo que
hemos dicho anteriormente. El exorcismo es magia y la magia tiene que ver con
la substancia que vive en los éteres. Hemos dicho que el hombre ha creado en
los espacios, en el éter que circunda los espacios, una forma positiva o
negativa, cuando la persona ha creado de sí misma, ha elaborado, una cierta
cantidad, una cierta forma de mal, este mal se adueña de la persona. No es que
sea el demonio aparte, lo ha creado más la intromisión de todas aquellas
partículas dinamizadas por otras personas que responden a aquella actitud, y
como está indefensa aquella persona, entonces el mal penetra en ella por alguna
obertura del cuerpo etérico, y entonces se dice que el demonio se ha adueñado
de aquella persona. Realmente ha sido una potencia etérica formada por la
humanidad y que ha encontrado en aquella persona un punto de anclaje, por lo
cual el exorcista debe ser un mago utilizando mantras. ¿Qué es un mántram? El
mántram es un sonido especial que disuelve en el éter la substancia maligna,
pero tengan en cuenta también que el mago negro utiliza mantras para atraer las
substancias negativas, lo cual hace que el proceso sea todavía más oscuro, más
complejo, de ahí que el exorcista deba trabajar con magia negra cuando se trata
de querer infundir el mal, porque también se hace así, pero cuando trabaja con
magia blanca, entonces disuelve el mal a través de la fuerza de voluntad. ¿Por
qué?, porque la voluntad es el mántram más la fuerza espiritual de la persona
que puede galvanizar los éteres y disolver las substancias de mal en aquella
persona. Ahora bien, que se haga bien o mal tal como vemos en las películas eso
es aparte. Estoy hablando de magia depurada, estoy hablando de goecia. Yo creo
que ninguno de nosotros debemos estar interesados en la magia negra, porque la
teurgia es la que interesa al ser humano, y el exorcismo actual es un medio
científico de liberar las substancias etéricas que están dinamizadas por el
pensamiento y el sentimiento de las personas, pero teniendo en cuenta que el
caso de posesión, el caso de obsesión, los espejismos mentales y todas las
obsesiones que pueden venir por efecto de una rotura del cuerpo etérico de los
hombres, en todos los casos siempre es producto también de aquello que hemos
creado en el éter, se introduce y realmente, científicamente, es un caso de
posesión. Entonces, el proceso —y a veces muy largo— es de hacer que los éteres
vayan saliendo y vayan adoptando la forma que tenían antes o disolviéndolos por
efecto de unos mantras especiales. En todo caso, antes que curar más vale
prevenir, porque si estamos dando las razones por las cuales podemos prevenir
el mal no hay por qué tener que luchar para restablecer el bien, sino que la
forma más positiva de luchar contra la goecia es practicando la teurgia, es
decir, practicar la magia blanca es lo que nos libera de la magia negra, y en
toda magia negra ya tenemos el problema del demonio y en la magia blanca
tenemos el problema del ángel, ya tenemos el problema del bien y del mal dentro
del corazón del hombre. Por lo tanto, todo está dentro del corazón del hombre,
no hay algo que esté fuera de nosotros, solamente existe algo que es la
divinidad que nos está atrayendo a través de los arquetipos superiores, pero
por lo demás estamos realmente protegidos para que el mal no pueda adueñarse de
nosotros, (porque) es siempre deliberadamente que el mal se introduce en
nuestro cuerpo etérico, siempre es deliberadamente que el mal se posesiona de
nosotros. ¿Cuándo?, cuando no obramos adecuadamente, correctamente, según las
leyes de la naturaleza. Así pues, si tenemos en cuenta esto, vemos que si somos
capaces de restablecer el orden, el equilibrio perdido, solamente existirá en
nosotros el Ángel de la Presencia, prontitud en el servicio, capacidad
inteligente para reaccionar ante los acontecimientos, capacidad de donación,
vida activa, proceso de voluntad, dinamizando positivamente los éteres,
entonces, la ciencia del exorcismo nada tiene que hacer; solamente cuando el
mal se ha apoderado de la humanidad es cuando hablamos de exorcismo.
Interlocutor.-
Hablábamos antes sobre el desarrollo mental superior de la persona. Bien, yo
digo que la persona según las experiencias en el campo del esoterismo, se
presenta a la persona bajo tres aspectos prácticos como energía, como mente y
como personalidad. Bien, así resulta, por ejemplo, que la mente…
Vicente.- Un
momentito, el arquetipo es, si ustedes pueden seguir esotéricamente el proceso
que Dios ha imaginado, como imagina el arquitecto un edificio y lo está
construyendo, y como existen siete planos en el Sistema Solar, o siete estados
de su vida, o siete dimensiones, para cada uno de esos planos o dimensiones ha
situado aquello que Él quiere realizar. Esto es un arquetipo, pero cuando
hablamos del arquetipo humano ya nos vamos a referir... (silencio, parece
dibujar algo en la pizarra). Esto naturalmente es lo que decías tú, es
decir, la mente, aquí le pones energía, yo le pongo emoción, es igual, y aquí
le pones tu materia, o conducta. Desde un punto de vista, digamos, científico,
el arquetipo está en el equilibrio de las tres razones: de la mente, de la
emoción y de la conducta; de la mente, de la energía, de la materia, de la
personalidad está aquí… (Señala a la pizarra). No podemos realizar el
arquetipo porque no sabemos el plan de desarrollo de este arquetipo, pero en la
medida de que el triángulo se hace equilátero, cuando la mente, la energía, la
conducta o la materia o la personalidad siguen idéntica trayectoria entonces
hay una tendencia a revelar un equilibrio. El arquetipo será, por ejemplo, que
la mente reflejará un arquetipo de verdad, lo que decíamos antes, la energía
emocional tiene por objeto un arquetipo de bondad bien definido, y la conducta
por ejemplo tiene que establecer belleza de actitudes. Fíjense bien, tenemos la
verdad, la bondad y la belleza, tres aspectos que constituyen el triángulo de
la vida humana, pero esto no puede ser realizado en tanto no exista un
equilibrio entre la mente que piensa, el corazón que siente y la conducta que
actúa hacia lo exterior. Entonces, el proceso es ver si podemos tener atención
hacia dentro donde está el arquetipo de belleza, de bondad y de verdad, aprender
también a silenciar las actitudes, porque la mente funcionando en un plano
eminentemente intelectual no puede captar la verdad ni el arquetipo. Si la
emoción está actuando dentro de un sentido de valores del deseo no puede captar
la bondad del arquetipo que tiene que desarrollar el mundo emocional, y tampoco
la conducta puede desarrollar una belleza de actitudes en tanto no exista un
equilibrio de funciones psicológicas, pero esto solamente es el aspecto visible
de nosotros, pero ¿qué diremos cuando hayamos rebasado las fronteras del
intelecto, o cuando la emoción se convierta en sentimiento de integridad, o
cuando la conducta sea automática respondiendo a las impresiones de verdad y de
bondad? Lógicamente será belleza, pero esto es un arquetipo que debemos
desarrollar con el tiempo; ahora bien, si decimos, por ejemplo, que el
equilibrio de este triángulo, de la personalidad o del alma debe desarrollar
estos atributos de verdad, bondad y belleza, hay que suponer que solamente
estamos refiriéndonos a tres estados positivos. Por ejemplo, la mente funciona
en una quinta dimensión, vamos a la dimensión y al éter. La bondad funciona en
la cuarta dimensión, desde un punto de vista emocional; y la conducta funciona
en un nivel de tres dimensiones. Fíjense bien que tenemos que utilizar la
cuarta, la quinta y manifestar a través de la tercera dimensión, luego es
importante lo que hemos dicho antes de tener un dominio absoluto de los éteres,
el éter de la tercera dimensión, en la cual en el plano subatómico es precisamente
donde se nota la alegría del arquetipo puramente físico, aquel que actuará
seguramente según el Plan del Creador al finalizar la 7ª Subraza de la 7ª Raza.
Ahora, actualmente, se nos dice, y puede ser comprobado, que estamos
funcionando en una mente que está dentro de la 5ª Subraza de la 5ª Raza,
tenemos que desarrollar para terminar esta raza dos subrazas todavía, la sexta
y la séptima. Seguramente que la Era de Acuario dará noción de la sexta
subraza, y aún faltan dos razas con sus siete subrazas cada una, catorce
subrazas más dos razas que nos faltan para finalizar un arquetipo puramente
físico. Pero, más todavía, según un estudio esotérico se nos dice textualmente
que el Universo dentro del cual vivimos inmersos no es sino el cuerpo físico de
un Logos Cósmico, ¿qué significa esto? Que todo nuestro Universo, con sus diez
planetas conocidos: Mercurio, Venus, la Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano,
Neptuno, Vulcano y Plutón, y dos que faltan por desarrollar todavía que no han
sido descubiertos, para estar de acuerdo con el doce de la constelación
celeste. Fíjense bien, que todos estos planos, que cada uno de los planetas
tiene siete esquemas que desarrollar, siete cadenas planetarias, siete rondas,
siete razas humanas, siete subrazas, siete reinos de la naturaleza, por lo
tanto, y después de saber todo esto, después de ver lo sublime que es la
creación de Dios en la naturaleza, que todo este contenido universal no es más
que un cuerpo físico de un Logos Cósmico o de un Dios Solar, la mente queda
realmente desvanecida ante esta grandeza y realmente hay que pensar en grandes
proporciones, lo cual significa, volviendo al principio, que el intelecto
prácticamente no nos resuelve el problema de la divinidad. El intelecto nos da
la noción de la mente relacionada con los tres mundos, pero hacia adentro esto
tiene que desaparecer para convertirse en intuición que es el aspecto sublime
de la mente. Entonces una vez la mente se ha convertido en intuición y puede
captar directamente los grandes arquetipos de la raza, la bondad se convierte
en algo indescriptible, en un sentimiento de integridad, y todo junto
constituye aquello que técnicamente se define en esoterismo como la iniciación,
que analizamos al examinar los misterios del cristianismo en días pasados, pero
todo está condensado en el misterio del equilibrio del triángulo, como decía el
amigo Domingo, porque realmente el triángulo una vez ha sido equilibrado nos da
la noción del arquetipo a nuestro alcance, pero no del Arquetipo Solar, es
decir, que debemos hacernos solares para poder descubrir el arquetipo que se
agita gozoso dentro las oquedades infinitas de la Mente de Dios, y por esto hay
que ser muy humilde y empezar a reconocer cuán poco sabemos todavía, y cuán
poco sabemos y cuán poco desarrollamos, y cuán poca responsabilidad tenemos
ante lo que está sucediendo por doquier, ante la vida y los acontecimientos
históricos.
Interlocutor.-
Entonces, por este equilibrio mencionado ahora podría ser dinamizada esta
energía de la tónica de la Era de Acuario, o sea Crística, sería esto, ¿verdad?
Vicente.- Sí,
justo, porque cuando hay equilibrio hay un dinamismo natural que se proyecta
hacia los éteres en todas direcciones, entonces hay un dinamismo creado por un
equilibrio, y yo me pregunto, cuando existe equilibrio ¿dónde está el diablo?
Se dan cuenta de cómo es científico y filosófico al mismo tiempo. Solamente
cuando no existe equilibrio es cuando hablamos del diablo, solamente cuando la
mente está oscurecida por el intelecto es cuando se hace el razonamiento del
ser o del no ser. ¿Se dan cuenta dentro de una escala de valores filosóficos de
la inutilidad del libre albedrío? Fíjense bien, si el hombre tiene el libre
albedrío de decidir es porque no es perfecto, porque siempre está ante el
dilema de elegir esto o lo otro pero ¿qué pasará cuando la mente sea plenamente
intuitiva, es decir que pueda captar directamente los grandes arquetipos de la
raza ¿Dónde está el libre albedrío? Se hace esto y está bien, y se hace bien
siempre porque no vamos a discutir si está bien o mal. Solamente el intelecto
tiene la duda, o el deseo tiene la duda, pero no la intuición ni el sentimiento
de integridad. El proceso está aquí. Si nosotros como seres humanos podemos
vivir de una manera tan libre que incluso el intelecto llegue a ser solamente
un pequeño instrumento de la voluntad, y no como ocurre frecuentemente como
todo el sistema escalonado y competitivo de la vida organizada, social de
nuestros días. Este es el problema, solamente.
Interlocutor.-
Para llegar a este despertar de esta energía o dinamizarla, ¿verdad que una
vida normal, sin ashramas, también se puede conseguir?
Vicente.- ¿Sin
ashramas?
Interlocutor.-
Sin ashramas, con la voluntad propia, claro, de una vida espiritual
completamente.
Vicente.- Yo
creo que lo que nos aparta de la realidad, de Dios, o del arquetipo, es el
haber acogido sobre nosotros una carga de cosas con las cuales no tenemos nada
que hacer, es decir, que la mente cuando funciona a su pleno ritmo de
integridad es cuando es muy sencilla, muy vulnerable, no tiene autodefensa,
está abierta completamente a la vida, y entonces en esta apertura la verdad
pasa constantemente por esta mente y la convierte en la sede o en el
recipiente, o en el cáliz de la intuición. Pero nos han enseñado de pequeños a
competir, a tener algo, a suspirar por una meta, y naturalmente estamos
pensando en metas, en objetivos, y estamos edificando estructuras constantes de
la mente, y en tanto estemos edificando una estructura intelectual la verdad se
escapa, no la podemos comprender así. Comprenderemos un concepto de verdad, o
una pequeña verdad, o uno de los fuegos menores de la naturaleza, pero la
verdad no la podemos conocer a menos que la mente esté tan abierta, o volviendo
al principio, tan separados los átomos de la mente los unos de los otros que
por allí, por aquellos grandes intersticios se filtra la intuición, o sea, el
arquetipo, o sea, Dios en nosotros. Lo mismo en el mundo emocional, hemos de
ser algo en algún mundo para autorreconocernos, si nos falta el deseo nos falta
todo, y para llegar a un sentimiento de integridad y de belleza el deseo tiene
que estar reducido a cero, sin ambiciones. La ambición no es para los amigos
del espíritu ni para los discípulos de un ashrama. Yo digo que el ashrama es
para todos los seres humanos, no es para un grupo de elegidos, es para toda la
humanidad. Por lo tanto, funcionamos siempre de una manera inadecuada, de una
manera inestable, de una manera caótica, y así no podemos producir a nuestro
alrededor ningún canon ni ningún arquetipo de belleza; al contrario, estamos
inmersos en las sombras de la noche que nosotros hemos creado. El arquetipo
precisa para revelarse un corazón casto, una mente sencilla y una conducta
recta, y es un desafío a la integridad espiritual de todos y cada uno de
nosotros que vivimos en el centro de una humanidad agobiada por el egoísmo, la
incomprensión y la ignorancia, y todo el proceso de la vida de la humanidad no
es si no este paso que debe ir del diablo al ángel. El paso que va de este vacío
tremendo que existe entre el Guardián del Umbral y el Ángel de la Presencia es
la evolución, por lo tanto, desde un principio de los tiempos estamos luchando
contra el diablo y estamos buscando el Ángel de la Presencia. Así que estamos
viviendo, y ahora cuando hablamos del diablo nos parece que es una cosa
extraordinaria, pero si desde el principio de los tiempos, desde que tenemos
una mente que funciona, desde que estamos psicológicamente organizados como
individuos estamos traficando con el demonio constantemente, estamos también
suspirando por el ángel. Así que estamos proyectándonos en el éter, tratando de
realizar en el éter el arquetipo de la propia perfección que es la tarea
inmediata de los servidores de la humanidad. Lo demás, cuando un grupo muy
numeroso de individuos han realizado el arquetipo es cuando florece una buena
civilización. Es cuando la raza da de sí lo mejor que tiene, es decir,
técnicamente está realizando el arquetipo de aquella subraza o de aquella raza,
y todos podemos contribuir al desarrollo de nuestra propia subraza para
alcanzar la raza más profunda dentro de la subraza en la que estamos
evolucionando.
Interlocutor.-
Es la integridad.
Vicente.- Justo,
la integridad.
Interlocutor.-
Has dicho que el libre albedrío era una indignidad. Yo creo que el hombre hace
uso del libre albedrío pero llega un momento en que ya no tienes necesidad de
hacer uso de él, entonces es cuando tienes libertad y haces lo que debes.
Vicente.- Justo,
justo. El libre albedrío..., esto parecerá una cosa muy dura para algunos, pero
es que realmente la persona se está forzando constantemente para realizar algo,
y naturalmente para que el individuo se sienta impulsado a realizar algo debe
tener un objetivo muy cercano, entonces, trabaja porque ve la meta. La
conquista la ve inmediata. Pero cuando se está buscando un arquetipo, el
arquetipo para la humanidad (ha sido proyectado) proyectado por la
Divinidad, entonces la meta es muy larga y no todas las personas tienen el
estímulo necesario para perseguir aquel arquetipo a través del tiempo,
transcurriendo las edades cronológicas del tiempo, y, por lo tanto, la teoría
de que la mente debe dominar todo el proceso de la vida es para aquellos que
tienen ante sí una meta inmediata, pero para las personas que realmente decidan
buscar directamente la divinidad deben dar el salto tremendo, deben arrebatar
el cielo por la violencia, como decía Pablo de Tarso, y ahora mismo, en este
instante, como dice Krishnamurti, podemos realizar esto, pero hay que
comprenderlo para vivirlo, vivirlo sin comprenderlo es volver a caer en las
redes del intelecto. Ahí está el proceso, entonces, si la meta es tan lejana
que en la proyección de esta meta hemos perdido la conciencia de nosotros
mismos, entonces ¿dónde está el libre albedrío? Se ha fundido en el éter. El
libre albedrío es la voluntad de Dios en nosotros, por tanto ha desaparecido
todo cuanto tiene un tráfico con el tiempo y estamos viviendo por anticipado la
gloria de la eternidad. Yo digo que esto puede ser posible, en esta época.
Ahora. En este momento. No esperar a mañana porque el mañana es aplazar
constantemente el tiempo, porque mañana tenemos pasado y así iremos
proyectándonos en el tiempo sin realizar ningún arquetipo, solamente realizando
las metas competitivas del intelecto y solamente esto, o los límites o
fronteras del deseo, pero nada más que esto.
Interlocutor.-
Cuando este triángulo perfecto se realiza y el éter está lleno de átomos
diferentes, buenos y malos, pues según se desprende de la conducta humana y del
egoísmo que cada día crece más y de los vicios, ¿es que hay más átomos malos
que buenos y llegará un momento que en la nueva raza serán los buenos los que
tendrán superioridad y todo el mundo cambiará?
Vicente.- Yo
solamente puedo decirle... no vamos a contar los átomos buenos y malos porque
esto es imposible…
Interlocutor.-
… pero ante tantos vicios, representa que hay muchos más malos que buenos…
Vicente.- …
sí, un momentito, espérese usted. Fíjense bien, vamos a analizar esta reunión
en la que estamos inmersos nosotros. Durante todo el rato ustedes han mantenido
una atención extraordinaria, durante ciertos momentos el silencio es absoluto,
¿dónde están los átomos cuando el silencio es absoluto? Se han disuelto en el
éter. ¿Por qué se nos habla místicamente del silencio? Porque el silencio
disuelve los átomos, o ¿es que el diablo no es algo intelectual, que está
pensando constantemente? Ahí está el proceso, entonces, más que buscar, por
ejemplo, el número es ¿qué capacidad creativa tenemos nosotros? ¿Cuántos átomos
no colaremos a través del silencio y vamos a destruirlos? Ése es el problema,
es decir, que ahora estamos en silencio, fíjense bien, estamos un momento en
silencio y verán la fuerza que se libera en el silencio…, ahí está. Cuando hay
una atención profunda no existen átomos nocivos, existe la gloria de la
divinidad solamente, esto estamos demostrándolo, no yo, ustedes. Ustedes están
sintiendo esta vida, este silencio, y en tanto sean capaces de permanecer en
este silencio el diablo no podrá con ustedes. Solamente es esto. Así que es un
método sencillo de disolver los átomos nocivos del espacio, del éter, con sólo
dedicarnos un poco a silenciar nuestro cuerpo emocional, limitando la expansión
del deseo material, dejando la mente simplificada, sin átomos intelectuales, y
recuperaremos el intelecto cuando seamos capaces de expresar verdades. El
intelecto es una fuerza, hay que adquirir el intelecto, y cuánto más nutrido
sea el intelecto mejor será el instrumento con el cual podremos progresar los fuegos
mayores del sistema a través del arquetipo que hayamos conquistado. Casi
valdría la pena callar y estar en silencio un rato y saldríamos de aquí casi
levitando, porque en silencio perdemos peso, y estamos volviendo al principio,
que en el momento mismo en que estamos en silencio estamos perdiendo peso ¿Por
qué? Porque estamos disolviendo átomos y cada vez es más grande la distancia
entre uno y otro átomo. Los Santos, los grandes místicos levitan cuando están
en unción con Dios ¿Por qué? Porque sus átomos se han separado a una distancia
tan grande que pierden peso. Es el caso del aire caliente y del hidrógeno
dentro de un dirigible o de un globo, ¿por qué se eleva con todo su peso el
globo? Porque existen átomos calientes que no tienen átomos y claro van
luchando contra la gravedad, ahora bien, apliquen el símil a todos los planos
del Sistema Solar y a cada uno de los cuerpos que poseemos, y se darán cuenta
de que estamos intentando sutilizar los cuerpos, hacerlos perder peso para
alcanzar la gloria de la divinidad.
Leonor.- Estaba
pensando en que ciertas cosas que nos parecen un poco pesadas en el mundo de
los deseos al que nadie se atreve a aludir, que es el que provoca retraso
quizás de encontrar nuestro fin, pero es que quizás, empezando por abajo, en un
aspecto muy sencillo, una educación diferente de la que hemos recibido hasta
ahora que nos enseñara a manipular nuestra…, y que quizás nos enseñara a
utilizar ciertos aspectos de nuestra personalidad que hasta ahora hemos
utilizado solamente para satisfacciones personales. Cuando se nos enseñe el
verdadero uso de estas cualidades físicas y emocionales a través una generación
o dos, les será facilísimo a estos niños o jóvenes, entonces inmaduros, les
será más fácil llevar el mundo de los deseos al de una conciencia superior,
pero ahora hemos vivido unas generaciones en las que sólo se ha estimulado,
digamos, de peso, el aspecto que pesa más. Se ha estimulado todo, se ha hecho
comercio de todo lo que debemos de apartar de nosotros, entonces el mundo vive
sumergido en estos aspectos, y sólo somos unos cuantos que queremos avanzar,
pero vivimos inmersos en esta sociedad todavía, por eso espero que habrá una
educación salida de personas que tengan la mente sana y ocasión de utilizar
unos conocimientos nuevos para educar a las nuevas generaciones, que creo que
el equilibrio de carácter será lo primero que tendrán que conseguir, la
emoción, o sea, los aspectos sensoriales tendrán otros fines porque serán ya
educados para otros fines distintos para los que se ha educado hasta ahora. Es
dificilísimo que ahora entre la humanidad se encuentre equilibrio. Ha vivido
sumergida durante siglos en un caos erótico, en un caos solamente de
sensaciones, de egoísmo, por eso la gente tiene en cuenta si hay más vicio o
menos vicio, no habrá nada de esto, sucederá que se utilizarán las cosas de un
modo normal, y esta normalidad llevará a una más fácil elevación. Entonces, por
eso, cuando Krishnamurti decía que hay que perder la voluntad, muchas personas
creían que había de ser que la persona debía dejarse llevar continuamente sin
pensar que antes tenía que llegar a esta perfección antes de perder esta
voluntad. O sea, que me gustaría que explicaras un poco mejor este aspecto de
la voluntad, porque muchos no creían aquello que escuchaban a Krishnamurti en
Suiza, que tú sabes bien, muchos decían que no había que tener voluntad, que
había que dejarlo todo porque entonces es cuando hablaría la divinidad, ¿y cómo
puede hablar la divinidad si tenemos un cuerpo que no está educado?
Vicente.- Bueno,
la educación depende también de la capacidad de los educandos. Los educadores
son otro cantar, hay que educar a los educadores para las nuevas técnicas y
para las nuevas humanidades que surgirán en el futuro, que exigirán más de la
vida de lo que hemos exigido nosotros y también serán más responsables en razón
de sus exigencias. Pero, la voluntad en sí, como el poder de realizar las
cosas, no es naturalmente la pasividad ni la quietud. Antes la persona santa,
la persona mística o reputada como mística, era aquella que estaba en silencio
y se pasaba el día en oración, pero esta oración sin un concepto no intelectivo
pero sí lógico de la vida, le da una fruición a ese sentimiento de la divinidad
en sí, es decir, que el silencio, esta capacidad de síntesis en la cual el
intelecto se convierte solamente en un instrumento de la voluntad y no en la
meta de la humanidad, entonces, existe una característica realmente bien
definida, yo diría de síntesis, que permite saber lo que es la voluntad aliada
al intelecto o lo que es la voluntad de Dios actuando cuando la mente está
realmente vulnerable, no pasiva, vulnerable, vacía, eternamente vacía,
creadoramente vacía. ¿Por qué?, porque una mente vacía puede ser llenada de la
gloria de Dios, en tanto que una mente intelectual solamente puede estar llena
de ideas ¿Se dan cuenta de lo que es la idea y de lo que es la santificación
arquetípica de la vida? El proceso está aquí, en este punto, pero estamos
aferrados al intelecto como a los conceptos tradicionales y a los sistemas
educativos, porque somos responsables de los sistemas educativos ya que es
nuestra necesidad absoluta la que crea la civilización. La cultura de un pueblo
es esto, la capacidad que tiene el individuo de exigirle a la vida aquello que
precisa, no mendigando sino exigiendo. No podemos saber el poder de la voluntad
dinámica o fuego de la divinidad si no conocemos el fruto del sacrificio,
porque naturalmente les he hablado a ustedes de la pérdida total del libre
albedrío, pero no les he hablado a ustedes del sacrificio que presupone llegar
a este punto, ¡cuántos años de lucha para perder la personalidad, para hallar
el arquetipo, constantemente inmersos en un mundo en conflicto, estando en el
mundo pero sin pertenecer al mundo!. El proceso es éste, lo sabemos porque en
los Evangelios y en el Bhagavad Gîta, y en la Biblia está todo, lo que pasa con
el diablo es que se apoya incluso en versículos de la Biblia si conviene ¿Por
qué?, porque está hecho de manera intelectual, y si la persona no tiene
intuición se le escapará la verdad como se escapa la verdad en una pequeña
noticia de prensa, porque leemos la letra, pero hay que vivir del espíritu que
anima la letra. No hay ningún político real, ningún diplomático que lea
solamente la letra, sino que busca el trasfondo, y me pregunto por qué no
podemos ser políticos del entendimiento superior, verdaderos diplomáticos del
carácter para entendernos con las gentes. Y cuando hablemos de educación, como
decía la señora, ¿somos nosotros responsables de la educación de nuestros
hijos? Porque no hemos sido responsables de la propia educación y hemos hecho
un sacrifico para auto-educarnos cuando todo nuestro mundo que nos rodea estaba
yendo contra nosotros, no hemos tenido estudios necesarios y no obstante
podemos establecer diálogos en todos los niveles con toda clase de gentes ¿Por
qué?, porque por encima de la educación técnica existe la educación espiritual,
esta aristocracia a la que se refería Platón, precisamente esta aristocracia es
la que hay que buscar en todas las cosas, esta elegancia en el vivir, en el
moverse, en el establecer contactos con las gentes. De no ser así, toda
educación basada únicamente en conceptos descriptivos, en instrucciones e
informaciones será falsa, porque esto lo puede hacer una computadora
electrónica. La nueva educación empezará con la computadora electrónica y
terminará dándole al hombre la capacidad de síntesis, o, es decir, la
informática, ya que la computadora es un aparato registrador de intelectos, la
suma del intelecto crea el conocimiento, y el conocimiento variado, profuso, es
lo que constituye una computadora, pero la computadora no hará otra cosa que
suministrar conocimientos. Entonces sí, aprovechemos las computadoras para que
tengamos tiempo de preparar una buena informática, suministrando datos nuevos,
esta novedad informática es el sacrificio de nuestra civilización. ¿Seremos
capaces de informar a las computadoras o seremos un elemento más de la
computadora? Porque como hemos dicho antes, todo el sistema competitivo de la
educación se haya centrado en la memoria y en el intelecto, y en tanto no existan
fulgores de creación la educación será falsa, fallará por su base, porque
crearemos solamente memoriones, personas con gran capacidad intelectiva pero no
con capacidad creadora o de síntesis.
Interlocutor.-
Démonos cuenta del conocimiento que se nos está dando hoy aquí en la escuela y,
claro está, debo de manifestar mi alegría y mi gratitud a los que van viniendo
a expresar su conocimiento con esta humildad, con esta nobleza para con
nosotros; pero, ahora bien, dentro de lo que se ha manifestado como para el día
de mañana será la cultura y cómo el hombre trabaja para ser, como una
computadora para que vaya dando conocimientos, yo debo de deciros que el
conocimiento del mañana esta escuela lo tiene preparado para que cuando vengan
hermanos dando lo que es a ver la luz del conocimiento se pueda empezar
aproximadamente un día de fiesta a las diez de la mañana y terminar al cabo de
cuatro o cinco horas y después habrá una continuación. Eso quiere decir, que
tal como dice, hay que preparar, si ya voy preparando pero no llega el momento
de esta preparación si no es que vengan hermanos como él dando la luz para
poder dar luz al mundo, para que el mundo siga con luz, para este conocimiento
de la Nueva Era, la cual nos lleva a que todos podamos tener conocimientos.
Porque ahora parece que tenemos conocimiento pero ignoramos el verdadero
conocimiento, porque solamente lo recogemos por etapas, y es preciso en
relación con lo que se ha manifestado que lo recojamos a caudales, porque
claro, se ha manifestado también la cuarta, tercera, segunda y quinta
dimensión, y yo debo decir que podría manifestar cuando dentro de estas
manifestaciones cuando he dicho que junto a un hermano así la sexta y séptima
dimensión, porque para mi he de decir que el espíritu y el alma dentro de su
quinta dimensión llevan la sexta y la séptima. No puedo deciros nada más sino
que esperar, tal como ya os he dicho, que pueda juntarme con hermanos así de
luz para empezar a las diez de la mañana y entonces entre la dualidad veréis
como sale la luz a raudales porque no hay contrariedad dentro de la unidad,
sino que todo es armonía y hemos de buscar esta armonía para que todos a una
vayamos acordes a la luz.
Vicente.- ¿Hay
alguna otra pregunta?
Interlocutor.-
Quería preguntar. Esta Nueva Era ¿qué es para nosotros, un perdón a nuestra
ignorancia pasada o un premio por el sufrimiento de haber sufrido ignorancia?
Vicente.- Yo
diría que es una oportunidad, simplemente, una oportunidad. Las eras no vienen
por la voluntad de los hombres sino por la voluntad de Dios. Una era viene por
la progresión de los universos. Cuando determinados planetas inciden en una
franja del cielo por donde debe atravesar la Tierra, se crea lo que llamamos el
dinamismo de los espacios interestelares, y a aquella fuerza dinamizada por
ciertas entidades psicológicas de elevada trascendencia se le llama
simplemente, una Era. Conocemos las eras del pasado y vamos delante hacia el
futuro; estamos terminando una era, que es la de Piscis, de una manera
astrológicamente enunciada, y estamos penetrando ya en la era de Acuario,
entonces, ¿qué nos dará Acuario, me pregunto? ¿Qué es lo que podemos ofrecer de
Acuario nosotros? Es decir, que preguntamos siempre qué es lo que trae Acuario,
pero yo preguntaría qué es lo que podemos ofrecer. Fíjense bien, que incluso el
Padrenuestro, que ha sido la plegaria universal por excelencia durante dos
mil años, está perdiendo su sentido por el hecho de que solamente se le está
pidiendo al Padre, entonces tiene que haber una reorientación absoluta de
actitudes cuando en la oración al Padre le digamos ¿qué es lo que podemos
ofrecerte? Entonces, una era es una oportunidad, pero más que por lo que trae
para nosotros como perdón o como castigo, como decía la señora, más por el
sentido de la responsabilidad, que es lo que podemos ofrecerle a Dios a través
del contacto con nuestros hermanos. Ya volvemos al principio, las eras vienen
por el impulso cíclico de los espacios siderales ocupados por universos, pero
¿qué dice el principio astrológico cuando se refiere a la parte oculta de las
estrellas? Que las estrellas influyen pero no obligan. Las estrellas como son
entidades como nosotros, pero dentro de una elevada complacencia imposible de
describir, es lógico que también inunden los éteres con sus pensamientos y
emociones que están más allá y por encima de nuestro entendimiento, y aquello
es crear en el éter ciertas sustancias que podemos aprovechar o despreciar, ya
no dependerá de la era, dependerá de nosotros, porque todo lo tenemos ya en lo
que nos rodea, sólo nos falta adquirir la capacidad de recibirlo. Es decir, que
yo creo que toda pregunta inteligente, contiene en sí la respuesta inteligente,
así que yo creo precisamente, que estamos forjando ahora mismo una nueva era;
estamos de acuerdo y durante el tiempo en que estamos juntos parece ser que se
ha ido creando una unificación de propósitos y voluntades que es, precisamente,
lo que se nos dice que va a traer la Nueva Era. Luego, para qué hablar de la
Nueva Era, si ya estamos viviendo aquello, es cuando no estamos viviendo
aquello que hablamos de las oportunidades de la Nueva Era, porque el santo es
santo en la era que sea, y ha habido altos iniciados en todas las eras, con más
esfuerzo y más virtudes de su parte que ahora que parece ser que la evolución
del tiempo, la evolución de la técnica facilita enormemente nuestro trabajo.
Pero, por otra parte, podemos caer en el vicio de la comodidad de todas las
conquistas materiales que hemos ido adquiriendo y consiguiendo a través del
tiempo, luego una era como la de Acuario nos va a traer una gran flexibilidad
mental que muchos empezamos ya a tener ahora. Yo podría decir que las eras dependen
más de los hombres que de las propias eras, la evolución, ¿quién crea una
sociedad? ¿Quién crea un tipo de civilización en marcha? No es algo que está
flotando en el éter; sí, existen fuerzas en el éter, pero ¿quién las manipula?,
¿quién tiene el deber de manipular las fuerzas en el éter? El hombre, el rey de
la creación, el 4º Reino de la Naturaleza buscando al quinto, de aproximación a
Dios. Por lo tanto, estamos en un punto, y repito muy sinceramente, muy
honradamente, en el cual debemos definir una actitud ante la vida, esta actitud
debe ser individualmente la realización de nuestro objetivo inmediato, que es
la liberación de nuestra individualidad, como grupo es el establecimiento de un
plan jerárquico de relaciones humanas correctas. En el plan de la educación no
podemos aspirar a una educación sana, certera y profunda si nuestra mente está
todavía presa del intelecto y del razonamiento frío y calculador. En el mundo
social, en el mundo político —la política de las naciones, me refiero— no
podemos aspirar a buenos gobiernos si no somos buenos ciudadanos, porque en
definitiva es el ciudadano el que crea al gobierno. Yo me pregunto, ¿por qué
estamos criticando a los gobiernos y no nos autocriticamos? Hay la tendencia a
querer poner el peso de la vida sobre los demás y no sobre nosotros, por lo
tanto, otro punto de atención y de responsabilidad, en vez de criticar,
autoexaminémonos. Reflexionemos y busquemos una seguridad espiritual y
proyectemos esta seguridad a nuestro alrededor, que es la única manera de crear
relaciones humanas de simpatía, correctas, lo cual todavía no sucede, porque
ahí estamos bien, en silencio, y todos estamos de acuerdo en que somos hermanos
y que la única ley que impera en el Universo es la fraternidad, y cuando salimos
a la calle si nos pisotea alguien ya estamos reaccionando de nuevo, entonces
eso significa que sólo era un barniz, nos hemos pintado por encima, nos hemos
empolvado simplemente de eternidad, pero en contacto con el mundo caemos en el
error de siempre. Entonces, me pregunto, y les pregunto a todos ustedes, si es
posible que podamos organizar la vida de una manera tan equitativa, salvo los
fallos que tenemos todos, vacíos que parecen insalvables, para establecer
cordialidad de relaciones. No se nos pide que seamos sabios, solamente que
seamos humanos, no se nos pide que entremos todos por este camino estrecho que
conduce al Adeptado. Los propios adeptos dicen: sed buenos ciudadanos, porque
¿cómo podemos ser buenos discípulos y buenos maestros si no somos buenos
ciudadanos? Ese es el problema, siempre estamos con este problema, to be or
not to be, that is the question. Siempre estamos en el mismo punto, que
todo lo que pasa somos nosotros, que todo está en nosotros y que la única
manera de salvación para la humanidad es galvanizar los éteres que nos
circundan con el dinamismo de la acción correcta. Solamente esto.
Interlocutor.-
Parece que hay alguna opinión que dice que ya ha empezado, o sea, que el
descenso de la materia ya ha sido y que ahora ya se va subiendo. Me hago esta
pregunta, a mi parecer no, me parece que todavía la humanidad no está en subida
¿verdad?
Vicente.- Pues
mire, la humanidad está aquí, es una evolución. La evolución es un árbol, en
tanto el árbol exista, habrá esto, ¿es que nosotros podemos criticar a las
raíces? En las raíces está toda la ciencia del árbol. La involución está aquí,
¿qué haríamos sin involución? Tenía que haber un estado de permanente
involución para que nosotros podamos acercarnos a la vida material donde
realizamos la evolución. Ahora bien, fíjense bien, que estoy hablando de
energía, entonces la energía de la involución que está constantemente en la
humanidad, está ascendiendo en forma de savia o de corriente hasta que da los
frutos de la humanidad que son los Maestros de Sabiduría. Tenemos el ser más
involucionado, digamos, o en un plano de reino, el reino mineral, el vegetal,
el animal, ascendiendo hasta el ser humano…, es decir que la evolución y la
involución se complementan. ¿O es que podemos nosotros hacer medio círculo de
la vida solamente? El círculo es completo, una línea que desciende y otra que
asciende, pero constantemente.
Interlocutor.-
Me refiero a la humanidad entera.
Vicente.- Sí,
sí. Pero yo te decía, sobre todo para los esoteristas, el criticar por ejemplo
a las personas más involucionadas que están, según categorías, en las partes
más bajas del árbol de la humanidad, pero es que resulta que todo el gigantesco
árbol de la evolución se apoya en las raíces. Fíjense bien, cuando nacemos
estamos creando un círculo que conduce a la muerte, salimos al misterio, damos
una vuelta infinita y volvemos al misterio, y el misterio es la muerte pero al
mismo tiempo es el nacimiento, y a ustedes cuando a la rueda del nacimiento le
llaman involución y a esta corriente que asciende evolución. Es igual, pero el
círculo nunca deja de funcionar, como nunca deja de funcionar la Rueda de
Samsâra de Muerte y Nacimiento, en tanto exista necesidad de la creación de
manifestarse en cosas creadas existirá la ley de muerte y nacimiento. Ahora,
ustedes le llaman involución al nacimiento…, es una forma de evolución la
involución.
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