Mes de Aries 2021
Iniciamos el nuevo año solar un poco golpeados con la circunstancia tan inusual que hemos vivido a causa del Covid-19 que todavía persiste añadiéndole a lo ya existente, que es mucho. Hay truenos de colapsos económicos, hambrunas y guerras y vemos una falta de ética en las esferas de poder permeando todos los ámbitos de la vida social humana. ¿Será que nos estamos autodestruyendo? ¿Qué nos pasa?
Si entendemos un poquito el pasado quien sabe lo podamos comprender mejor. Nosotros, almas solares llegamos al planeta y tomamos un cuerpo animal y aparecimos como humanidad trayéndole al planeta la Luz de la Conciencia capaz de redimir la materia y transformarla. Llegamos a mitad de la raza Lemur y nos dedicamos a aprender cómo utilizar el maravilloso vehículo que la inteligencia cósmica nos preparó. Inocentes y pacíficos vivimos la vida enfocados en la materia,
conociéndola y aprendiendo a manejarla. La Jerarquía nos acompañaba y guiaba. El Plan se desarrollaba conforme a la ley de evolución. Pero el Tiempo trae el cambio de Era, el continente Lemur se sumerge en las aguas y aparece la cuarta raza raíz, la Atlante. El Plan tenía ahora sus variantes. Como Atlantes percibíamos los planos que hoy son invisibles y manejábamos todos los poderes psíquicos. La Jerarquía seguía acompañando, vigilante y custodio del Plan que se desarrollaba según lo establecido. Exteriorizados nos guiaban y enseñaban. Se abrió la puerta del discipulado y los más avanzados eran instruidos en los misterios de la magia. Se formaron grandes templos siendo el principal el Templo de IBEZ que estaba en lo que es hoy América del Sur.Magos como eran
o éramos, el esplendor de la Atlántida fue majestuoso. Tanto que el Maestro
Tibetano dice en sus libros que nuestros más excelsos rascacielos palidecen
ante el esplendor de la Atlántida. ¿Qué nos pasó? Pues creo que lo que en este
momento nos está pasando. La idea divina de estar en este mundo no es
glorificar la materia, es hacer que la materia le devuelva la imagen al
Espíritu, que pueda reflejarse a través de ella. ¿Cuál fue el pecado de la
Atlántida que ocasionó su hundimiento? El materialismo. O, dicho de otra
manera, subordinar el espíritu a la materia.
Los más
avanzados discípulos de la Jerarquía no pudieron desapegarse de todo lo
adquirido y logrado con tanto esfuerzo. Todo había que dejarlo atrás para dar
el próximo paso. Sintieron que era injusto, no estaban de acuerdo con sus
Maestros y se rebelaron. Esto ocasionó la gran guerra. Eran tan poderosos que
Shambala emitió la orden de hundir el continente y colocar por debajo del
umbral de la conciencia de la humanidad la percepción de los planos sutiles y
los poderes psíquicos. La Jerarquía pasó al plano invisible, y casi abandonados
aparecimos como el hombre primitivo, con un solo poder, el intelecto que apenas
se estaba desarrollando.
Pero algo muy
grave sucedió durante la rebelión que todavía nos afecta. Se abrió la puerta a
un mal que no estaba destinado a que apareciera en la Tierra. El Plan se
desvió. Se instituyó en el planeta la Logia Negra siendo el miedo su arma más
poderosa.
Entiendan mis
hermanos, esta historia podría tomar volúmenes y volúmenes de libros. Solo
pretendo dar una idea muy general para tratar de entender un poco mejor nuestro
presente.
Hemos vuelto a
llegar a un punto de esplendor a través del desarrollo del intelecto. Los
avances de la ciencia, las maravillosas construcciones, la tecnología de punta,
los viajes, las comunicaciones, pero lamentablemente estamos cometiendo
nuevamente el mismo error. Subordinamos el alma humana a los valores
materiales, nos apegamos a la vida en la materia sacrificando al espíritu y
traicionando el propósito que nos trajo a este mundo.
¿Qué hacer como
discípulos? Creo que toca poner en marcha todo lo aprendido. Activarnos, no
recreándonos en la enseñanza sino actuando y creando efectos que de alguna
manera puedan contrarrestar la dirección autodestructiva de la humanidad. Hay
mucha gente trabajando, se están creando las nuevas estructuras que dejan atrás
el materialismo salvaje, poco a poco y casi en silencio. Pero la contaminación
psíquica es muy grande y hace muy difícil que los que están trabajando, en las
distintas áreas del quehacer humano, puedan avanzar con más facilidad. Entonces
tuve una idea que quiero compartirles. Y va especialmente dirigida a todos
aquellos que conocen y utilizan la Llama Violeta.
¿Qué les parece
si nos juntamos y hacemos rituales e invocaciones para ocasionar la
desintegración de cientos de miles de egregores, fantasmas dirigidos por la
Logia Negra que están llevando a la humanidad hacia su propia destrucción? La
Llama Violeta tiene el poder de eliminarlos, transmutar sus energías y limpiar
los éteres planetarios como ningún otro. Sí, aprovechando la tecnología que hoy
nos permite reunirnos a pesar de la distancia.
Los invito a
participar del primer intento que haremos el domingo 28 de marzo. Si estas
interesado en participar déjamelo saber.
Un abrazo, con
la certeza de que unidos en el alma y reconociendo nuestro origen común es
mucho lo que podemos hacer.
Carmen Santiago
- fdnpcaracas@yahoo.es
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