Mirarán hacia atrás y hablarán con gran respeto y
asombro de las almas valientes y hermosas que salvaron al planeta Tierra de una
destrucción segura, que lo elevaron y transformaron a su belleza y perfección
originales. No te equivoques, estás plantando las semillas y sentando las bases
para el surgimiento de un nuevo Cielo en la Tierra." (Arcángel Miguel a
través de Ronna Vezane, starquestmastery.com )
No debemos minimizar la importancia de nuestro amor devoto a Dios y a este hermoso Ser sensible que llamamos Gaia. La diferencia que cada uno de nosotros está haciendo es profunda y muy necesaria en este momento.
Recuerden, la Jerarquía del Cielo sólo puede
trabajar y dar a conocer su presencia en la Tierra a través de corazones puros.
Cuando calmamos la estática de nuestra incredulidad y ansiedad y comenzamos a
escuchar la voz del Espíritu, entonces sabemos que, con el tiempo, hemos
entrado en una santa asociación con ellos. Luego podrán derramar su Luz y Amor
a través de nosotros, ya que les hemos dado permiso para hacerlo.
No habrá mesías que vengan a salvarnos, ya que
nosotros somos los Mesías que hemos estado esperando. Jeshua puso la rejilla
del tiempo de la Ascensión que ahora está sobre nosotros. Elegimos (y fuimos
elegidos) encarnar en este momento crítico por una muy buena razón, porque
NOSOTROS somos los que tenemos espacio para lo Divino y para la Luz, como
transmisores del Cielo a la Tierra. A través de nuestras acciones y nuestra fe,
día a día, oración tras oración, afirmación tras afirmación, estamos elevando nuestras
frecuencias y las frecuencias de todos los que entran en contacto con nosotros,
en nuestros hogares, nuestras comunidades, nuestro estado, provincia y país.
También estamos elevando las frecuencias de la propia Tierra.
Hemos llegado al punto de no retorno y el Plan
Divino se está acelerando rápidamente. Mírate en el espejo y ve los valientes
Guerreros de la Luz en los que te has convertido. No minimicen sus aportes en
este tiempo santo, porque juntos estamos recreando nuestra realidad y la
Tierra.
No os desaniméis, sino acercaos a vuestra comunidad
y al Espíritu, que siempre está ahí para ayudar y guiar.
Juntos prevaleceremos.
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