Un Ciclo de Culminación
por Kate Spreckley www.spiritpathways.co.zaTraducción: Paloma Fernández Fernández. artesyoficios@arnet.com.ar
Estamos ahora en un momento de nuestro proceso evolutivo en el que vamos a llegar a una conclusión para los múltiples niveles que han sido despertados y activados en el interior de cada uno de nosotros desde 1999.
Junio trajo una energía muy poderosa que condujo a la conclusión de la sanación y a la fusión de los tres aspectos centrales de nuestro ser: la Femenina Divina, el Masculino Divino y el Niño Divino, que constituyen nuestra Esencia Espiritual. Señaló un tiempo en el que esos tres aspectos nuestros fueron conducidos a su equilibrio, armonía y totalidad, lo que nos permitió alcanzar el pleno cumplimiento y la verdadera divinidad que residen dentro de cada uno de nosotros. La Unión Sagrada de nuestras energías divinas femeninas y masculinas conecta con la Divinidad de nuestra Esencia Espiritual, posibilitándonos crear un Puente de luz viva que nos conecta con la Fuente de toda Creación, el Gran Espíritu, ayudándonos a empezar a sanar, de manera consciente, las heridas de nuestro mundo.
Desde el portal estelar 12:12 de 2005 hemos estado activando, despertando y sanando esas tres energías centrales, la Femenina Divina, el Niño Divino y el Masculino Divino.
La energía de diciembre de 2005 asistió al nacimiento y activación de nuestro conocimiento sagrado en nuestro chakra base, asiento de nuestras energías Femeninas Internas. Dichas energías despertaron nuestros recuerdos antiguos de nuestra Femenina Divina.
En febrero de 2006 las energías empezaron a subir hasta nuestro chakra sacro, asiento de nuestro Niño Interior. En marzo de 2006 surgió para nosotros la oportunidad de sanarlo que nos trajo la muerte y renacimiento de nuestro Niño Divino.
En agosto de 2006 la energía pasó a nuestro Plexo Solar, asiento del Masculino Interno, permitiendo una intensa transformación de nuestras energías masculinas.
Estas sanaciones y transformaciones generaron una gran consciencia de nuestros cuerpos emocionales y abrieron en nosotros un portal energético que hace posible que pasemos a un nuevo nivel de conciencia espiritual. Este nuevo nivel de consciencia fue activado en febrero de 2007, cuando las tres energías sanadas de nuestras divinidades femenina, masculina e infantil empezaron a fusionarse en una Unión Sagrada, haciendo posible nuestro elevado propósito de traerlas a nuestro mundo físico.
La culminación de este proceso de sanación, equilibrio y fusión se produjo en junio de 2007, siendo las fechas de esta culminación los días 3 de junio de 2007, 21 de junio de 2007 y 30 de junio de 2007 (3 : 6 : 9). Con esta culminación se ha activado dentro de cada uno de nosotros una trinidad sagrada de potencia creativa y una fortaleza que contiene las fuerzas vitales de nuestro propio poder personal. Ahora estamos en un momento en el que somos capaces de erguirnos en nuestra verdad personal y permanecer firmes en ella con una conexión limpia como el cristal a nosotros mismos y al Gran Espíritu, nuestro Creador, utilizando conscientemente nuestra energía para crear nuestra realidad con honor, respeto y una gran sabiduría.
Las energías de julio y agosto ayudarán a llegar, el 9 de septiembre de 2007 (9:9:9), a una culminación del trabajo que cada uno de nosotros emprendiera en agosto de 1999.
“Abuelo, Gran Espíritu, Tú que has dispuesto que los poderes de las cuatro esquinas de la Tierra se entrecrucen…. he atravesado el buen camino y el camino de las dificultades… y he llegado a saber que el lugar donde se cruzan es santo”. Black Elk (Alce Negro), Sioux Oglala
Este mes marcó un avance significativo en el crecimiento y desarrollo de la humanidad. De hecho, para nuestro mundo todo este año fue de muchos cambios y puntos de quiebre vitales. Un año que asistió a un incremento del número de terremotos, habiéndose producido 22 para ser exactos, que ocasionaron al menos 22.000 muertes. El más devastador se produjo en Turquía el 17 de agosto de 1999, y a su vez provocó un tsunami.
El 18 de agosto de 1999 se produjo la que posiblemente sea una de las alineaciones astrológicas planetarias más raras de las vistas en los últimos 2.000 años. La alineación creada entonces es lo que se denomina una Gran Cruz, con el Sol, la Luna y todos los planetas dentro de únicamente cuatro de las doce casas astrológicas: Tauro, Leo, Escorpio y Acuario. El conjunto de esas cuatro casas forma una cruz en el zodiaco tradicional. Tradicionalmente, estos signos se representan por los símbolos del Hombre, el León, el Toro y el Águila, y por los elementos Agua, Tierra, Aire y Fuego, creándose así un poderoso círculo de cambio y evolución.
Este círculo de poder formado por el alineamiento de la Tierra, la Luna y los planetas creó un portal energético a través del cual nació a nuestro mundo la energía crística o cristal. Con esa energía es con la que, consciente o inconscientemente, venimos trabajando desde ese momento.
El efecto de este alineamiento señaló el nacimiento de una nueva civilización basada en un humanitarismo iluminado, nuevas tecnologías y nuevas formas de energía. Se despertaron las facultades intuitivas de la humanidad, iniciándose un camino de exploración de las verdades espirituales y de conocimiento de la energía espiritual. Esto inició un periodo de profunda regeneración espiritual y la búsqueda individual de valores espirituales más profundos y de la verdad personal.
Este alineamiento indicó el inicio de un tiempo de poderosas emociones que condujeron a las mayores alturas del logro espiritual y a las profundidades más bajas de la degradación moral. Para la mayor parte de nosotros, esto señaló un tiempo de crisis personal en el que empezó nuestra búsqueda de nuestro verdadero ser, un viaje de autodescubrimiento y un sendero de sanación y de transformación para encontrar formas nuevas de vivir y de ser.
Desde agosto de 1999 se nos ha dado la oportunidad de mirar a nuestro ser interno mediante su reflejo en nuestro mundo externo, permitiéndonos hacer las elecciones y cambios necesarios que se requieren para transformar nuestro mundo y sanar nuestra Tierra. A lo largo de este viaje hemos encontrado obstáculos y dificultades. Hemos enfrentado nuestras heridas; hemos reconocido que nosotros creamos nuestro mundo carente de conciencia generando disfunciones, codependencia, guerra y destrucción. Hemos afrontado nuestras limitaciones personales y las barreras que antes creamos para impedirnos experimentar el amor. Hemos despertado a una nueva conciencia, una conciencia que pertenece al Corazón, una conciencia que nos brinda comprensión y que nos capacita para la verdadera compasión.
Se nos ha exigido disciplina y trabajo duro para que desarrollásemos un equilibrio entre nuestras mentes y nuestros corazones, entre nuestro mundo físico y nuestro mundo espiritual. Reconocemos que el Gran Espíritu, nuestro Creador, es la fuente de toda vida y de todos nuestros recursos, y la Tierra, el Agua, el Aire y el Sol son regalos que nos hace el Creador para que los compartamos con sabiduría para el sostenimiento y el desarrollo de toda la vida. Hemos descubierto el uso correcto de la energía y del poder, así como la comprensión de que todos los recursos son una forma de energía que fluye de persona a persona para que se realice la expansión, el desarrollo evolutivo y el mantenimiento de toda la vida posible.
Los que se avocaron a seguir la luz interior que conduce a un sendero de Verdad personal han obtenido transformación y cambios profundamente asentados. Hemos enfrentado la ilusión de separación; hemos quebrado los patrones y creencias que nos mantenían encadenados a pensamientos y suposiciones de miedo y de carencia. Nos hemos reconectado con nuestra sabiduría interior y, desde ese espacio, hemos empezado a crear patrones y creencias nuevos, basados en las antiguas enseñanzas de nuestro mundo, las enseñanzas del amor, la verdad, el respeto, el honor y la paz. Hemos empezado a recordar de verdad quienes somos y por qué estamos aquí.
Llegados a este nivel, somos capaces de ver cómo afecta la influencia de nuestra transformación personal a la comunidad mayor. El efecto final de sanarnos puede transformar nuestro mundo cuando estamos dispuestos a esforzarnos en pos de nuestra maestría personal. De esta manera nosotros, como humanidad, podemos empezar a desarrollar nuestro verdadero potencial como custodios en nuestro planeta del amor y de la sabiduría divina. Estamos alcanzando nuestro potencial infinito y nuestros dones internos están listos para ser compartidos con el mundo. Permitir que se manifiesten en nuestra vida es nuestra tarea del presente.
Ha sido un periodo de intensa transformación y de cambio. La transformación interna que se nos ha exigido ya se ha producido y la culminación de esta etapa de nuestro proceso evolutivo llegará el 9 de septiembre de 2007. Se nos ofrecerá una nueva oportunidad de explorar las dimensiones superiores del Amor Universal y de traer ese amor nuestro mundo, de manera consciente, como un poder y una fuerza para apoyar y ayudar a los que todavía están trabajando con sus asuntos, para dar fe y esperanza a los que no las tienen, usando nuestros dones, talentos y habilidades al servicio del bien más elevado para todos. Compartiendo la Luz Divina y el Amor de nuestro Creador, el Gran Espíritu.
Pueden descargar las canalizaciones de Kate Spreckley en español, en archivo Word, en http://manantialcaduceo.com.ar/libros.htm, sitio en español
Namaskar
G S
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