Las
células de los hijos viven por años en el cerebro de sus madres. La conexión
entre madre e hijo es profunda y la nueva investigación sugiere una
conexión física aún más profunda que jamás hubiéramos pensado; realmente el ser
humano es un organismo plural, constelado por sus ancestros a nivel celular.
Sabemos
que células migran entre la madre y el feto a través de la placenta,
incorporándose a distintos órganos. Pero el nivel y la duración de esta
migración no fue reconocida hasta poco tiempo, luego de que científicos
empezaron a descubrir células masculinas viviendo en mujeres años después del
embarazo.
No se
sabe exactamente cual es la función de estas células pero se cree que pueden
participar en la restauración del tejido de manera similar a
las células madre ya que son capaces de convertirse en
una variedad de diferentes tejidos. También se cree que pueden tener un papel
en el sistema inmune. Se ha encontrado una mayor cantidad de
células microquiméricas en la sangre de las mujeres sanas en comparación con
mujeres que tiene cáncer de mama.
El mundo
de las células microquiméricas prueba una vez más que el ser humano es
esencialmente plural, es una colonia de seres, no sólo conectados a través de lazos
emocionalessino también sociobiológicos.
El
individuo no existe, estamos hechos de muchos. La conexión entre la madre y el
hijo es más profunda de lo que se imagina.
Estamos
acostumbrados a pensar en nosotros mismos como individuos autónomos singulares,
y estas células extrañas parecen desmentir esa idea, ya que al parecer la
mayoría de la gente lleva los restos de otros individuos.
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