Ni un solo movimiento que suceda en el Universo deja de
afectar al ser humano y a los distintos Reinos de la naturaleza.
Lógicamente, esos
cuatro grandes Festivales que conforman Equinoccios y Solsticios, tienen una
importancia remarcada en la humanidad y ellos, junto con las 24 fases de Lunas
Nuevas y Llenas, intentan ayudar a que nuestros relojes de vida individuales se
ajusten al máximo a ese Universo donde vivimos, nos movemos y tenemos nuestro
ser.
En los
Equinoccios, esa magnífica igualdad en la duración del día y de la noche, nos
habla de algo tan importante como es el equilibrio.Nos indica que seguir las
pautas de sus energías nos ayudan a ese siempre difícil equilibrio entre la
personalidad y el alma.
Incluso es
clarificador meditar en que mientras en
uno de los Hemisferios, la savia de la vida explota en su floración, en su
energía de luz y en un nuevo ciclo, el
otro Hemisferio camina hacia la introversión, hacia el interior, madurando todo
lo que ha producido el ciclo de luz ya vivido. Si la consciencia está alerta,
podemos observar nosotros mismos como humanidad nos estamos ayudando.
Estar “sintiendo”
durante tres días que ese movimiento especial de la naturaleza va a producirse,
crea un espacio energético en nosotros lleno de posibilidades.
Los discípulos que
están prácticamente ya en ese equilibrio, se preparan en realidad durante los
noventa días anteriores a cada uno de estos eventos, modulando en su interior
la música más armónica; están sintonizando con su nota vibracional con mayor
profundidad.
No podemos por
ejemplo dormir durante la mañana y comenzar nuestras actividades al atardecer.
Actuar de esa forma lleva al desequilibrio, pudiendo presentarse estados de
inercia, de depresión o desorientación.
Somos seres en los
que viven las luces y las sombras y por ello, en los momentos en que la Luz
universal se precipita hacia nosotros podemos encontrar con más facilidad
nuestro propio equilibrio.
En el Equinoccio
de Aries, el Sol corta aparentemente el Ecuador y va hacia arriba, hacia un
estadio superior más sutil. El Ecuador es el punto medio. En ese paso nuestras
energías trabajan con más facilidad hacia los centros superiores.
Hay como una línea
vertical entre Aries y Libra y el trabajo continuo de la personalidad,
superando momentos de desánimo, determina la actividad de los mencionados
centros. Cualquier sentimiento de separatividad, de rencor o tantos otros que
no son fáciles de detectar, alteran el
Plexo Solar que está conectado con el Ajna y nos afectan durante estos días y
se invierten entonces las energías sutiles del Equinoccio, se activan aún cuada
sea ligeramente y se precipitan hacia la materia, hacia lo denso, bloqueando o
retrasando el camino.
La fuerza del Sol
es ilimitada. De él emanan todos los planetas, esas Fuentes de Sabiduría con
las que trabajamos cada día de nuestra vida. Podemos elevarnos a través de
fluir con esas energías, y a través de la forma que cada cual tenga de meditar
en la Luz y en el Amor, en forma individual o cuando sea posible
grupalmente, o bien podemos, ya que es
nuestro libre albedrío, esperar a otros ciclos del Universo, aún cuando ello signifique
perder oportunidades.
También
denominamos al equinoccio como 0º de Aries y es como ver según estén situadas
esas Vidas superiores que son los Planetas, la energía del año.
El Regente de
Aries, Marte se encuentra en el signo de Tauro que retiene en parte la energía
guerrera del planeta, algo conveniente ya que en Aries nos encontramos con Sol,
Venus, Mercurio (Regente Esotérico del Signo) y con Urano.
Marte es una
expresión más densa de la vibración de Plutón. Es una octava inferior y en
estos tiempos Plutón en Capricornio forma cuadraturas intensamente
significativas con Urano y Júpiter.
En el pasado siglo
esa cuadratura sucedió cuando Plutón estaba en Cáncer en 1933. En ese mismo año
Hitler y Roosevelt accedieron al poder, cambiando como sabemos el rumbo de la
historia. Una vez más la historia nos demuestra como camina a través de las
energías formadas en el Universo especialmente por los Dioses del Cambio,
Urano, Neptuno y Plutón. Cuando la
cuadratura de estos planetas se vaya alejando y comiencen a formas un semi
sextil, podremos comprender muchas de las cosas que ahora vemos con un sentido
de impotencia.
Cáncer representa
la puerta por la que entramos a la vida en el pasado y Capricornio es el
presente y futuro. Las dos grandes puertas para la humanidad.
Todo ello hace
pensar que la conflictividad que estamos viviendo en el mundo continuará con su
camino de luces y sombras para cambiar paradigmas incrustados en la violencia y
malversación de todos los bienes y recursos por el poder egoísta de diversos
países.
Saturno que sigue
desde Escorpio su duro camino, pasando
por Sagitario y llegando más tarde a Capricornio, estará en el inicio del 0º de
Aries, en conjunción con la Luna. Sus energías siguen ciclos de una aparente diferencia
pero en su trabajo interno, son complementarios. Saturno emplea casi 29 Años en
regresar a su punto de partida y la Luna algo más de 28 días en su ciclo
mensual y por progresión, 29 años.
Plutón marca
aspectos friccionales con diversos planetas, lo que contribuirá a que todo lo
que no es necesario y ya no es auténtico, siga desplomándose y contribuyendo a
esos tan necesarios cambios.
Júpiter en Libra,
planeta y signo amantes de la paz, llevará energías de diplomacia y de armonía
a este principio de año astrológico, marcando todo el mapa hasta el próximo
solsticio en el signo de Cáncer.
Es un momento sin
duda importante para una humanidad que anhela crecer, saber, ayudar. El
silencio y la meditación en ese día será de por si un servicio a todo el
planeta.
Joanna
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